Pero eso nos ha sugerido otro asunto relacionado con el bar "Paco Chen". Ya que hablamos de ese establecimiento, que ofrece 'Toltilla de lo ke kielas y San Miguel a 1€' en lugar de los 330€ de "Can Françoise", pongamos por caso, podemos aquí plantear un tema que seguro que han comentado ustedes alguna vez, relacionado con los paisanos del susodicho Paco Chen que se van al otro barrio.
"A los chinos cuando mueren se les entierra o se les incinera, como a todo el mundo", afirmaba el periodista Ángel Villarino cuando escribió su libro "¿Adónde van los chinos cuando mueren?" (2012).
Esta es una teoría, pero dado que pocos de nosotros hemos asistido alguna vez al entierro de un ciudadano de ese gran país, han surgido otras teorías un pelín más truculentas, como esa leyenda urbana que reza que los incorporan al chop suey de ternera o el cerdo agridulce que se va a zampar usted si acude a uno de sus numerosos bares o restaurantes. Seguro que lo han oído decir a algún graciosillo.
Pero hay otras más, como la que nos revelaba Roberto Saviano (1979), del que ya deben de tener noticia, ya que se trata un periodista, escritor y ensayista italiano, especializado en la Camorra y en el crimen organizado. Lo hacía en el primer capítulo ("El puerto") de su libro "Gomorra", que fue tremendamente polémico en su momento (2006).
Leamos lo que escribe Saviano:
Roberto Saviano, Gomorra, Ed. Empúries (labutxaca), 2007 |
«El contenedor se balanceaba mientras la grúa lo transportaba hacia el barco. Como si estuviera flotando en el aire, el spreader, el mecanismo qué engancha el contenedor a la grúa, no lograba controlar el movimiento. Las puertas mal cerradas se abrieron de golpe y empezaron a llover decenas de cuerpos. Parecían maniquíes. Pero en el suelo las cabezas se partían como si fueran cráneos de verdad. Y eran cráneos. Del contenedor salían hombres y mujeres. También algunos niños. Muertos. Congelados, muy juntos, uno sobre otro. En fila, apretujados como sardinas en lata. Eran los chinos que no mueren nunca. Los eternos que se pasan los documentos de uno a otro. Ahí es donde habían acabado. Los cuerpos que alguna leyenda urbana aventura que son cocinados en los restaurantes, enterrados en los huertos de los alrededores de las fábricas, arrojados por la boca del Vesubio. Estaban allí. Caían del contenedor a decenas, con el nombre escrito en una tarjeta atada a un cordón colgado del cuello. Todos habían ahorrado para que los enterraran en su ciudad natal, en China. Dejaban que les retuviesen un porcentaje del sueldo y, a cambio, tenían garantizado un viaje de regreso una vez muertos. Un espacio en un contenedor y un agujero en un pedazo de tierra china. Cuando el hombre que manejaba la grúa del puerto me lo contaba se tapó la cara con las manos» [...] |
A mí también me ha llegado por WhatsApp lo del Bar Paco, algo de lo que ya tenía noticia por su blog. La verdad es que es de las veces que me ha divertido más una bromita de este estilo llegada a través del móvil, acaso porque se ajusta bastante a la realidad, caricaturizándola con cierta gracia.
ResponderEliminarPor otra parte, agradecerle la deferencia de traducirnos esa página de Roberto Saviano. Siempre he querido leer ese libro pero la verdad es que no he tenido ocasión y tampoco me estimulan mucho los temas de la mafia italiana: tengo suficiente con la autóctona...
Muchas gracias
F.G.
Truculencias aparte, no parece del todo inverosímil lo que afirma Saviano. El día que me atreva le preguntaré al chino de un bazar junto a mi casa por el particular. Como tiene a toda la familia aquí le preguntaré por su madre y por sus planes si pasara a mejor vida. De todas formas, creo que suelen volver a su país de origen cuando no están ya en condiciones de trabajar, no digo jubilados porque mientras aguantan no paran de pencar. La verdad es que pocos chinos añosos se ven por la calle. Hmmmmmm
ResponderEliminarnvts
Hay que estar allí para saber lo que es eso.
ResponderEliminarMi padre, calabrés de un pueblo llamado Bruzzano Zeffirio, está enterrado allí. Bruzzano está al lado de Áfrico y Santa Lucca. Ni Áfrico, ni Santa Lucca salen en el Google del Earth. Áfrico es la cuna de la D´rangetta, y aquello un triángulo donde todo se sabe y nadie puede ocultar nada. Bruzzano tiene 300 habitantes.
La carretera que da al pueblo desde la nacional tiene 7 kilómetros y absolutamente todas las señales tienen marca de balas. Tres, para ser más exactos, dispuestas en triángulo equilátero. Marcas y señales de quien está ahí y de que no se puede robar.
Si lo desea le daré el nombre de una película italiana de la D´rangeta, donde sale el nombre del pueblo y además se le puede ver tal como es.
Salut
https://earth.google.com/web/@38.01410224,16.0869085,96.80312636a,25894.47384831d,35y,0h,0t,0r
Muchas gracias por la información sobre cosas que desconocía. Me he metido en el enlace y veo que Bruzzano está en la punta de la bota.
EliminarLe agradecería me diera el nombre de esa película.
De los bares y la evolución me gusta:
ResponderEliminarlos huevos ecológicos de corral de gallina rubia navarra, las deconstrucciones de tortilla y lo de Paco Chen en el más puro estilo chino de poca monta.
Seguro que los chinos dejan los papeles a otro y se vuelven a China. MJ
¿Y los que fallecen aquí antes de hacerse viejos? Accidentes, enfermedades, infartos...
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