jueves, 25 de enero de 2018

El nomenclátor sirve para enseñar historia

Albert Soler, un habitual de este blog, haciendo amigos en su columna de Diari de Girona (una vez más)...

«Las cosas como sean, es un gran acierto de la alcaldesa de Girona cambiar el nombre de «Plaça de la Constitució» por el de «Plaça de l´1 d´octubre de 2017». Los nombres de plazas y calles sirven para enseñar historia, y al igual que ahora le cuento a mi hijo quién fue el General Mendoza que da nombre a una calle, un día tendré que responder qué pasó el 1 de octubre de 2017.


Comín y Fuigdemont cambian de coche en su huída (30/10/2017)
Gracias al nomenclátor ciudadano, las generaciones futuras sabrán que un lejano 1 de octubre los políticos catalanes enviaron indefensos ciudadanos a defender urnas mientras ellos se escondían, algunos incluso de manera tan indigna como cambiando de coche bajo un puente, como el Muy Honorable; ya ves hijo mío que en aquellos años la honorabilidad no es que se vendiera barata, es que se regalaba. 

Gracias al cambio de nombre, sabrán también nuestros hijos que el 1 de octubre los catalanes votaron convencidos de las palabras de sus políticos, convencidos de que éstos habrían preparado algo, ya no digo una estructura de estado sino un pequeño gesto, pero que en verdad ni siquiera retiraron la bandera española de la Generalitat y huyeron como ratas, olvidando sus promesas. 

Todo esto son hechos que no deben quedar en el olvido, realmente es necesaria una plaza que recuerde que los políticos catalanes han sido siempre cobardes e ignominiosos. 


El trilero del carrer Tuset: un pionero
[granuribe50]
Nosotros, los que soportamos diariamente la inmoralidad de la política catalana, tenemos pruebas sobradas, pero debemos pensar en nuestros descendientes. Nada mejor que poner a una plaza un nombre que retrate para la posteridad a la banda de cobardes y mentirosos que nos gobiernan. Que sepan las generaciones futuras que un político catalán es siempre sinónimo de trilero».



2 comentarios:

  1. En eso consistía la estratagema de los políticos processistas, en presentar el referéndum como una meta. Luego, ya se verá. Además Soraya, M. Rajoy, Zofio y otros dijeron que ese referéndum no se celebraría nunca. Pero se hizo (donde las dan, las toman y callar es bueno, a veces). Así que muchas de esas personas que fueron a votar, pensaron y siguen pensando que fue una gesta lo del 1-O y que el 43% de la ciudadanía estuvo a la altura. Los políticos processistas, lo de siempre. Menos mal que, de vez en cuando, hay voces como las de Albert Soler que llaman a las cosas por su nombre y ponen las cosas en su sitio. Genial el artículo. MJ

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    1. No hace amigos Albert Soler, más bien lo tienen enfilado, pero el hombre no se achanta.

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