Una escapada para huir de esto

Unos pocos (muy pocos, menos de los que uno quisiera) días en Bali, cuna de los extintos tigres de Bengala de los que nos hablaba el nunca suficientemente ponderado Emilio Salgari en sus míticas novelas situadas allí. Nos referimos a "La montaña de luz" y a muchas otras. Alguna vez se ha preguntado uno si esas ganas de viajar no surgieron ya desde entonces, cuando leíamos con avidez esas novelas en el piso de la calle Muntaner, incluso ¡en el water! Pero Gran Uribe tiene las alas cortas; en eso (y en muchas otras cosas, no diremos cuáles) le supera claramente El Tapir, a quien enviamos un saludo desde estas líneas, por si nos lee.

Bueno, a lo que íbamos. Básicamente G.U. se ha ido para cambiar de aires, dado que los de aquí destilan un indefinible olor a caspa, si es que ésta oliera, que no lo sabe G.U. Comenta Javier Cercas hoy, en su columna titulada "Franco, Franco, Franco": «La pregunta es qué ocurre en una sociedad en que se vuelve común y corriente un tipo de pensamiento que prescinde del vínculo con lo racional, o en el que tal vínculo se vuelve secundario o anecdótico. Y la respuesta es, me temo, que en ese lugar no existe el menor motivo para el optimismo».

En efecto, no es para estar optimista. A veces dan ganas de salir corriendo al ver la estupidez en que se ha sumido buena parte de la sociedad catalana. Es una de las cosas que permite el blog: viajar a calzón quitado aunque sea con la imaginación. Pasa un poco como con los actores de teatro: pueden vivir muchas vidas sin salir del escenario; o con los novelistas. Salgari, sin ir más lejos, nunca salió de su piso. Y en esas estamos. Seguimos en contacto.