sábado, 13 de enero de 2018

Librería Vara de Rey: RIP

Algún día solo quedarán las bibliotecas (en el mejor de los casos)
[Gabriel Rufián posa leyendo en una biblioteca / (granuribe50)]
Cada día se cierran en España dos librerías, nos informaba la prensa hace un tiempo. Aquí entra todo: el auge del libro digital, las descargas ilegales, la venta por Internet (Amazon, ya saben, te puede traer un rinoceronte a casa si clicas mal) y la práctica desaparición del hábito de leer. Y esto último, lo de leer, ¿por qué es? Doctores tiene la Iglesia para analizarlo, pero uno se barrunta que, aparte de que es una actividad que requiere cierto esfuerzo, no es ajeno al asunto el pésimo momento de la educación en primaria y secundaria, que prima otros aspectos. Tampoco nos olvidemos de la irrupción de los móviles inteligentes, "que todo el mundo consulta como si fueran bolas de cristal" (Javier Marías dixit), con lo que es raro ver ahora a gente leyendo un libro en el autobús, en el tren o en las salas de espera, y es de suponer que dentro de casa tampoco lo hacen, aunque eso Gran Uribe no lo puede asegurar.



Total: que entre la gente que no lee nunca (Artur Mas se jactaba de ello, decía que por falta de tiempo; ahora quizá tendrá más) y los que han dejado de leer, resulta que los escritores, las librerías, los editores y los buenos lectores (como Rufián, profundo conocedor de la obra de Eduardo Galeano y Oscar Wilde, como saben, aunque no le hablen de Vargas Llosa), etc. todos lo tenemos chungo. Llegará un día en que nadie escriba nada, nadie edite tampoco nada y, mientras tanto, las ciudades... cada vez más uniformizadas, entontecidas y banalizadas.

En efecto. Nos enteramos de que una de las dos librerías a las que les toca desaparecer hoy es la "Librería Vara de Rey", en Ibiza, un icono de esa ciudad, noticia que ha dejado a Gran Uribe un poco turulato, aunque no le ha sorprendido. Aquí, además de todo lo citado antes, incide la peatonalización del paseo donde estaba ubicada, promovida básicamente para aumentar el sitio destinado a las terrazas de los bares, cafeterías y restaurantes existentes y fomentar la creación de otros nuevos, en otro episodio más de la privatización del espacio público, acabando de convertir aquel lugar en un extenso comedero (o cenadero con velitas), una auténtica guirilandia (ya lo es bastante).

Librería Vara de Rey en 2016 /  Librería Vara de Rey en 2017


Los inspirados urbanistas autores del proyecto quizá estimaron que los puestos de libros, revistas y postales que estaban en la acera (y que suponían un reclamo tremendo, dando mucha vida al lugar) afeaban su brillante diseño, por lo que decidieron dejarlos reducidos a la mínima expresión, adosaditos a la fachada. Eso supuso ya el tiro de gracia a la librería. 'Y colorín colorado, este cuento se ha acabado'. Requiescant in pace, Librería Vara de Rey.

Joan Lluís Ferrer escribe sobre esta triste noticia en Diario de Ibiza, un artículo titulado Cierra la Librería Vara de Rey, en el que lo explica ampliamente. Se inicia con esta entradilla:

"Tras más de cuatro décadas de actividad ininterrumpida, la Librería Vara de Rey, ubicada en el paseo del mismo nombre, cerrará sus puertas dentro de pocas semanas, según ha confirmado la propiedad. La fuerte bajada de ventas de prensa y libros, junto con los perjuicios causados por la reciente peatonalización del paseo, son algunas de las causas que han llevado a tomar esta decisión".

5 comentarios:

  1. No conozco Ibiza pero sí conozco ese proceso de la privatización del espacio público y la coartada que lo habilita: "devolver la ciudad al peatón", "pacificar el tráfico" y reducir la contaminación.

    No soy un experto en esto último (ni en nada) pero quizá habría que valorar si es mayor la contaminación de los cuatrocientos coches que pasan al día que la que generan los tropecientos fumadores, humo de velas y gases de las estufas en invierno, por no hablar de la contaminación acústica y lumínica que se produce hasta altas horas de la noche.

    Muchas gracias
    F.G.

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  2. ¡Ah! Antes de que se me olvide: la presión inmobiliaria suele ser fuerte y, o mucho me equivoco, o antes de cinco meses (de cara a la temporada estival) tendrán allí un nuevo bar de copas, con su amplia y glamurosa terraza, o algo así. Un Zara, no me da la pinta.

    En cuanto a los bancos para que se puedan sentar los peatones, no sé cómo son allí, pero suelen ser unipersonales, pocos e incómodos, para obligar a la gente a sentarse en los bares y también en prevención de que se instalen mendigos con el tetrabik y ahuyenten al personal que paga en las terrazas.

    No olvide que en Madrid somos pioneros en esto.

    Muchas gracias
    F.G.

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  3. Yo también estoy con F.G.
    En lo que se refiere a la contaminación acústica intervienen, además de las charlas y risotadas hasta la madrugada, la música de los locales con sus potentes baffles y, lo que es peor... ¡los acordeonistas!

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  4. Dos librerías diarias. Parece mucho para las que deben de ir quedando. El negocio que sustituirá a la librería Vara de Rey seguro que va en la línea de lo que dice F.G.

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