domingo, 14 de enero de 2018

¡Esta semana tenemos dos nuevos presidentes!

Se pregunta MJ en un comentario a la entrada anterior: "¿Y Fuigdemont? ¿Cómo eludirá la justicia? ¿Será posible que un trastornado vuelva a ser, esta vez virtualmente, presidente de la "Generalitat de Catalunya"? Claro que si pienso que Trump está donde está, esto de aquí es peccata minuta".



Bueno, no precipitarse, vamos por partes. Soledad Gallego-Díaz, que es una persona cabal, equilibrada y con dos dedos de frente, opina lo siguiente, y no le falta razón (se queda corta) "al respective" de este grotesco y disparatado asunto que nos ocupa, para desgracia nuestra. Lo  hace en su artículo Arrasar la Generalitat:

«Carles Puigdemont corre el riesgo de considerarse presidente de Cataluña al margen de cualquier proceso institucional, lo que le convertiría en un político autoritario. El grupo que le respalda, Junts per Catalunya, y sus posibles socios, ERC y CUP, deberían considerar el grave precedente que sentarían aceptando que se ejerza el poder político sin limitaciones procedimentales o legales, un espacio que, una vez abierto, cualquiera puede recorrer.

En política, ser astuto, hábil para engañar, característica que, según Joan Coscubiela, ha acompañado a los protagonistas del procés, tiene un coste más elevado de lo que se pregona. El engaño o la ficción prolongada suele arrasar con las instituciones. Y en este caso, arrasaría con la Generalitat, la institución política fundamental del autogobierno catalán, necesaria en la autonomía, pero también en cualquier proyecto legítimo de independencia.

Es fatigoso tener que recordar que Carles Puigdemont no es un héroe perseguido por el destino, sino más bien un político que ha cometido errores fundamentales en su gestión y que ha tomado decisiones ilegales, al margen de la calificación penal que merezcan finalmente.

Además, Puigdemont es un político que nunca ha ganado unas elecciones. Primero, fue presidente de la Generalitat por renuncia de Artur Mas y después, su lista quedó segunda, por detrás de Inés Arrimadas, de Ciudadanos, con más de 160.000 votos de diferencia, por mucho que a sus seguidores les cueste aceptarlo.[...] Puigdemont debería abandonar de una vez la épica en la que se envuelve. Ni hay épica en Bruselas ni Puigdemont es Ulises. A lo más, puede reclamar el apodo “el de los pies ligeros”» [apodo de Aquiles, por cierto —nota de G.U.—].




El caso es que la semana se presenta movidita, con las dos apariciones telemáticas —prácticamente simultáneas, ambas vía plasma— previstas para la solemne toma de posesión de sus respectivas presidencias: la del "Presidente en el exilio de la Republiqueta catalana", Carles Fuigdemont, y la del "Presidente en el exilio de Tabarnia", Albert Boadella.

Sin embargo, no es descartable que a última hora se produzca un impensado efecto taumatúrgico y se nos aparezcan ambos en persona; uno de ellos (Fuigdemont), llegado hasta el Parlament camuflado en el remolque de un tractor cedido por un payés de Tractorluña, y el otro (Boadella), con un espectacular desembarco en el puerto de Tabarnia, como los Reyes Magos, para traer un poco de ilusión a los más desvalidos. Y de allí hasta su llegada en olor de multitudes al Colegio de Periodistas. Si fuera así, Gran Uribe se apuntaría a esto último, no lo duden.

Aparición taumatúrgica de Fuigdemont en el Parlament
[Viñeta de JM Nieto (14/1/2018)]
Aparición taumatúrgica de Boadella en el puerto de Tabarnia
[Simulación infográfica de granuribe50]


3 comentarios:

  1. Bueno....no hay que reirse...yo también soy bisesual....me gustan los perros y las cabras ¡¡¡

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  2. ¡Madre mía, esto es la Corte de los Milagros! Dispongámonos de nuevo a pasar unos días de surrealismo a todo trapo. Nuestra capacidad de asombro todavía no ha tocado techo.
    nvts

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  3. Boadella y Tabarnia. Más en línea con lo que está pasando por aquí.

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