jueves, 4 de agosto de 2016

Ojalá no haya que ir a Urgencias en Ibiza

Dos artículos de Marta Torres Molina nos informan de cómo está la situación este verano en el servicio de Urgencias del flamante nuevo hospital de Can Misses, en Ibiza [un ojo de la cara]. Tras su lectura, si es tal como explica, solamente nos queda implorar no tener que acudir a ese servicio, al menos hasta que las 'drásticas medidas' adoptadas por el gerente Balanzat —un viejo amigo de la Gran Uribesa que se metió en un buen fregado aceptando ese cargo— den sus frutos.

Gran Uribe, un sujeto con un grado de hipocondría similar al de su progenitor ('El cruel tirano', del que hablamos el uno de agosto), se limita a cruzar los dedos y a exponer a la consideración de sus seguidores lo que ha leído en Diario de Ibiza.

Marta Torres dice así:

 «La enfermera de triaje entra y sale de su consulta. Mira a los pacientes que, a primera hora de la mañana de un fin de semana, no son muchos. Apenas cuatro. Dos de ellos se retuercen del dolor. Hace rato, sobre las ocho de la mañana, casi dos horas antes, los vio a todos. Hizo una primera valoración de lo que tenían, pero ningún médico ha salido para llamarles. Consciente de la desesperación de los enfermos intenta que algún facultativo los vea, aunque sólo sea para darles analgésicos hasta que pueda atenderlos de verdad, pero la respuesta es siempre la misma: «No hay ninguno libre».

Son casi las diez cuando dos de los pacientes prácticamente se desmayan del dolor. La enfermera está convencida de que sufren un cólico nefrítico. Pasean, golpean las paredes para mitigar el dolor. Llevan desde poco después de las siete de la mañana en Urgencias. Tres horas aguantando. Ante el riesgo de que se desvanezcan los colocan en unas camillas en el pasillo por el que entran los pacientes que llegan en ambulancia.

Son más de las diez cuando uno de los médicos de guardia pasa por ahí. Se sorprende de ver tanto paciente en el pasillo, pregunta qué pasa y, al cabo de un rato, aparece un facultativo presto a suministrar calmantes. Uno de los enfermos está, tras más de tres horas aguantando el dolor, en cuclillas, llorando. El personal del servicio se lamenta ante los enfermos. Son pocos médicos, no dan abasto, no pueden atender a todos los pacientes y, además, el espacio de Urgencias en el nuevo hospital lo complica todo mucho porque no permite hacerse una idea general de cómo está el servicio en un vistazo. El entramado de pasillos, que giran varias veces sobre sí mismos, obliga a recorrer todo el espacio para saber cuántos pacientes hay en el servicio. Puede pasar más de una hora sin que nadie se acerque, por ejemplo, al pasillo con camillas.

Son casi la una cuando, tras comprobar los análisis y hacerles una radiografía, algunos pacientes reciben el alta. Uno de ellos se ha negado a orinar en la cuña que el personal de Enfermería se ofrecía a ponerle. Necesitaban hacerle un análisis de orina y querían evitar que caminara por el pasillo, medio zombi y con la vía y las bolsas de los calmantes y el suero. Se ha negado. La auxiliar lo entiende. Le pide mil disculpas por la «falta de intimidad». Están en un pasillo por el que constantemente pasa gente y no hay biombos.

En la sala de espera, en esos momentos, hay una quincena de personas. Los médicos resoplan. Siguen sin poder con todo el trabajo. Uno de ellos explica que se siente «impotente» cuando ve a los enfermos aguardando durante horas. Otro de los facultativos reconoce que, además de médicos, falta organización. Todos confían en que la nueva jefa de Urgencias, María Ángeles Leciñena «ponga fin» al caos que viven desde hace más de un año. "Lo ideal sería poder tirar paredes y replantear el espacio", indica».





Hay que tener en cuenta que muchos médicos, enfermeras, auxiliares, etc. no quieren desplazarse a trabajar a Ibiza por el coste de la vida y los gravísimos problemas que encuentran para encontrar vivienda a precio razonable. La propia periodista Marta Torres se ha dirigido al gerente del Área de Salud de Can Misses —el esforzado facultativo Pepe Balanzat— para inquirir acerca del enérgico paquete de medidas que se están adoptando para aliviar la situación. Esperemos y deseemos que sean suficientes, aunque...¡Hummm!

Marta nos explica así la información que ha obtenido por parte de la gerencia:

"El Columpio" de Diario de Ibiza (4/8/2016)
«La gerencia del Área de Salud de Ibiza y Formentera aseguró ayer que el funcionamiento del servicio de Urgencias mejorará «en los próximos días». Explicó que la nueva coordinadora, María Ángeles Leciñena, acaba de adoptar las primeras decisiones, cuyos resultados podrán apreciarse «en breve».[...]

La intención de Can Misses es contratar a cuatro nuevos médicos para este servicio. De esta manera, la plantilla aumentaría a 29 profesionales y podría haber hasta ocho facultativos por cada turno. Salud quiere contar con ellos «cuanto antes», aunque reconoce que es «difícil». Esto se debe tanto a que la mayoría de los médicos que buscaban trabajo han encontrado ya un empleo esta temporada como a las dificultades para encontrar una vivienda en Ibiza en pleno verano. «A pesar de eso, seguimos intentándolo», insiste.

Hoy mismo está previsto que se empiecen a proyectar ya en la sala de espera los vídeos informativos sobre el uso correcto del servicio de Urgencias. En ellos se explica que aquellos que no necesiten pruebas diagnósticas es mejor que se dirijan a los centros de salud.

La gerencia del Área de Salud pitiusa asegura que hay un servicio telefónico de traducción al que pueden recurrir los profesionales de Urgencias si no entienden a un paciente. También recuerda que el celador de puerta, encargado de guiar a los pacientes y sus familiares en el servicio, se acaba de incorporar y está haciéndose aún al espacio y sus funciones, por lo que los cambios comenzarán a percibirse en unos días.[...]

También a lo largo de esta semana quedarán pintadas en el suelo del servicio unas líneas que servirán de guía a los pacientes y familiares para no perderse en el servicio. Una de ellas conduce a la salida, otra a las consultas y una tercera a las salas de observación y las tres estarán rotuladas en castellano, catalán e inglés».

2 comentarios:

  1. Hay gente que va a urgencias sin necesidad, es cierto, pero con eso hay que contar siempre. Si esas son las enérgicas medidas que piensa aplicar el gerente (un video diciendo que es mejor que se vayan al centro de salud, un servicio de traducción para los médicos, unas líneas pintadas en el suelo rotuladas en tres idiomas, etc.), además de esperar que el celador se aprenda bien los itinerarios y que algún médico acepte trabajar allí, mal panorama se presenta en ese aparatoso hospital.

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  2. De lo que se deduce que no es oro todo lo que reluce.

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