Que Gran Uribe no está pasando su mejor momento lo acreditan sus numerosas visitas al "petit cabinet" de la habitación. El Hôtel de France es pequeño, agradable, limpio y bien situado; la pareja que lo regenta es atenta y le suministra al paciente, en su magnífico bar, yogures, té verde con menta y crepes de jamón y queso. En la farmacia le han endosado tres medicinas que parece que comienzan a dar un tímido resultado. Por lo demás, reposo, porque el viajero no está "per llençar coets".
El hotel, bien, un histórico, pero el pueblo 'sólo regular'. En los años veinte era un maravilloso destino de vacaciones por sus playas, pero tiene un gran problema: hay muchos árboles y un río. De tal modo que, en 1925 se instaló a cinco kilómetros una fábrica de papel que ha ido creciendo con los años. Es de suponer que prometieron a los vecinos puestos de trabajo y todo eso.
Los hoteleros y promotores están disgustados porque, cuando sopla viento sureste, llegan unos aromas francamente de desagradables y eso hace que no vengan turistas, que no se construyan casas de calidad y todas esas cosas. Difícilmente nadie de pasta se haría una segunda residencia o compraría un apartamento aquí, claro. Con los surfistas también hay problema porque, aunque pasan muchas horas a remojo, se suelen alojar en los campings, y eso es un horror. El propio Gran Uribe no sabe si volverá. Pero la lucha de toda esa gente topa repetidamente con los intereses del gran capital y no hay nada que hacer, como ya sabemos. La empresa, eso sí, presume de ecológica, de que repuebla los montes y de aplicar los más modernos y estrictos controles medioambientales. También sabemos algo de todo eso...
El Hôtel de France parece un sitio muy agradable. Pero, claro el panorama cambia con el calor sofocante, los efluvios y sus dolencias estomacales, (de las que deseo que se restablezca ya). Paciencia, G.U., ya volverá por aquí y sabrá lo que es bueno.
ResponderEliminar¿No habrán tenido la culpa las magníficas ostras qué te ventilaste el otro día? Mira que son muy traidoras...
ResponderEliminarNvts
Sí, sé lo de las ostras. Una vez me tomé unas en la Illa y casi la palmo. Pero no, en este caso se trata de unos "moules avec frites" suministrados en una especie de chiringuito o restaurante inmundo en una playa. No fuimos a otro sitio porque no había opciones.
EliminarVaya con les "moules avec frites". Es para denunciar a los del chiringuito, gran Uribe. Menuda faena.
ResponderEliminarMoules u ostras, todos los "fruits de mer" tienen su peligro. ¡Ya es mala pata que le ocurra a uno en un viaje, lejos de casa!
ResponderEliminarnvts