martes, 18 de agosto de 2015

Los célebres 11 principios de Goebbels

Goebbels«Paul Joseph Goebbels (Rheydt, 29 de octubre de 1897 - Berlín, 1 de mayo de 1945) fue un político alemán, ministro para la Ilustración Pública y Propaganda de la Alemania nazi, figura clave en el régimen, amigo íntimo, y mano derecha de Adolf Hitler.
Fue uno de los principales oradores del Tercer Reich y fue él quien pronunció el famoso discurso de la guerra total en el Palacio de los Deportes de Berlín, cuando los éxitos iniciales de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial dieron paso a las sucesivas derrotas que condujeron a la caída del régimen. 
Tras la derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial, se suicidó junto a su esposa, Magda».
(Wikipedia)

Bien, ya centrados en el asunto, está claro que ese sujeto llamado Goebbels se las sabía todas en esto de comer el tarro a las masas, como quedó patente en su momento, tan es así que sus principios han creado "jurisprudencia" por doquier.

  1. Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo. 
  2. Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada. 
  3. Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos que uno tenga, respondiendo el ataque con el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan.
  4. Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave. 
  5. Principio de la vulgarización. Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar.
  6. Principio de orquestación. La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. "Si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad". 
  7. Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
  8. Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sonda o de informaciones fragmentarias. 
  9. Principio de la silenciación. Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines. 
  10. Principio de la transfusión. Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas. 
  11. Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente de que piensa "como todo el mundo", creando una falsa impresión de unanimidad.

7 comentarios:

  1. Desde luego, como sistema de propaganda, no se le puede poner un pero. Se las sabía todas, el tío. Prueba de ello es que el método sigue funcionando ochenta años después, y salvando todas las distancias que uno quiera, la principal de ellas -y no menor, por descontado- el desastre mundial al que sus teorías abocaron. Por suerte, los discípulos de pacotilla que le salieron por doquier no tienen ni tendrán nunca la capacidad de intimidación de que el III Reich dispuso.
    nvts

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  2. Caramba, alguien de por aquí ha estudiado sus obras a fondo, y no señalo a nadie, ¡Dios me libre!
    El Tapir

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  3. No hace falta, Tapir, los discípulos se señalan solos... Y las mentes borreguiles, también. Muy poco críticas con las estrategias propagandísticas, ya se ve. Y muy poco críticas en general, diría yo.

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    1. Estoy de acuerdo,no hace falta que el Tapir señale a nadie. Aquí no se hace otra cosa que aplicar métodos ya conocidos de propaganda utilizados por movimientos nacionalistas -autotildándose de democráticos por hablar con soltura de "el pueblo"- sean del pelaje que sean.

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  4. Yo cada vez que digo que "la via cap a la independència", antes llamada "via catalana", "procés sobiranista" y otros que no recuerdo, me parece horripilante, siempre hay alguien que me mira mal y me pregunta si me gusta más Rajoy. Nunca me ha pasado que se acepte de buen grado que a mí no me gusta. Flipo. MJ

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    1. Mire, MJ. eso que usted comenta ya estaba contemplado en algunos puntos del prontuario de Goebbels: en el número 1 y en el 11, sin ir más lejos. No debe preocuparse ni tener complejo ninguno por decir lo que piensa, faltaría más.

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  5. Por suerte ese individuo llamado Goebbels no llegó a tiempo de conocer las inmensas posibilidades de la televisión (como dice El Tapir, "no señalo a nadie"): hubiera hecho maravillas con ella.
    Pero, aún así, sigue teniendo epígonos que la utilizan con provecho. Ens volen aixafar, ens volen residuals, Espanya ens roba, ens ofega, ens han apallissat. Europa no es podrà resistir al nostre impuls econòmic, democràtic, etc. Necessitem els diners que ens roben per tal de fer les polítiques socials que Madrit no ens deixa fer...

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