domingo, 30 de agosto de 2015

La caída de Roma

Un reportaje de Pablo Ordaz aparecido en EL PAÍS SEMANAL sobre la ciudad de Roma, una ciudad que encantaba a Gran Uribe pero que parece ser que —en manos de mafiosos— no pasa por su mejor momento. ¡Qué lástima!:

[...] «Dos operaciones consecutivas de la fiscalía de Roma –la primera el pasado mes de diciembre y la segunda en junio– demostraron que hasta los romanos más críticos se habían quedado cortos. La vieja incógnita –¿hay Mafia en Roma?– fue despejada de forma abrupta. Todo pareció encontrar sentido. De repente, empezó a tener explicación que la ciudad estuviese siempre tan sucia, tan caótica, que todo el dinero destinado a las emergencias sociales –acogida de migrantes, atención a las familias en apuros– nunca fuera suficiente.

Ambiente de piratería en el Panteón de Roma / Fotografía: Antonello Nusca
La investigación de los fiscales arrojó luz sobre una serie de personajes inquietantes que conformaban un triángulo criminal destinado a adjudicarse los mejores contratos públicos.

Salvatore Buzzi y Massimo Carminati, dos vértices del triángulo
En un vértice situaron a Massimo Carminati, un viejo terrorista de extrema derecha, exsicario de la banda de la Magliana, apodado El Tuerto porque perdió un ojo en un enfrentamiento con la policía. En el siguiente ángulo, a Salvatore Buzzi, un empresario de izquierdas con grandes contactos en los bajos fondos, obtenidos tras pasar una temporada en la cárcel por matar a un antiguo socio. Entre los dos –el poder de la amenaza y la seducción del dinero– se encargaron de tejer una extensa red de políticos y funcionarios a sueldo que se encargaban de procurarles los contratos más suculentos. Un triángulo perfecto que la policía no dudó en calificar como la quinta Mafia de Italia, tras la Cosa Nostra siciliana, la Camorra napolitana, la ‘Ndrangheta calabresa y la Sacra Corona Unita, de Puglia. Fue bautizada como Mafia Capital.



El barrio de Monti (Fotografía de Antonello Nusca)Las más de 80 detenciones y los centenares de indagados –entre los que destacan el anterior alcalde, el exfascista Gianni Alemanno, y un subsecretario del Gobierno de Matteo Renzi– sacaron a la luz una realidad terrible. 
Tras la belleza de Roma se oculta una maquinaria de corrupción que se nutre incluso de la desesperación de los más débiles. En la infinidad de cooperativas –tildadas “de izquierdas”– manejadas por Salvatore Buzzi se adjudicaban los contratos para recoger la basura, limpiar los parques, gestionar los campamentos de refugiados, pero los fondos reales terminaban convertidos en una ilusión óptica, como en una perspectiva de Borromini.
La emergencia social se convirtió en el mejor de los negocios. “Con los inmigrantes”, llegó a reconocer uno de los detenidos durante una conversación grabada por la policía, “se gana más que con la droga”».



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