“Ma, Rodrigo, sei un pringatto, deve aprendere del Pujolone” |
Alzamiento de bienes: delito que consiste en cualquier acción de un deudor dirigida a la sustracción u ocultación de todo o parte de su patrimonio, dirigida a que el acreedor encuentre dificultades para hallar elementos patrimoniales con el que poder cubrir su deuda, obstaculizando de este modo la ejecución que podrían seguir los acreedores.
¿Los Pujol? Bien, gracias. El Sistema les ha proporcionado varios años para borrar pruebas y mover sus bienes por el mundo para ponerlos a salvo.
¿La Justicia? Fatal, de nada. Ratone libre y Pujolone... de rositas.
¡Ay Ratone, Ratone! Lo del alzamiento de bienes no sabemos, ya se irá viendo, pero eso de que todo un exministro de Hacienda y expresidente del FMI se apunte a la amnistía fiscal es de pena. ¿Cómo se te ocurre, Ratone? Sei un pringatto, como dice Prodi.
Por aquí tenemos también algo parecido con el tema Pujolone. En ambos casos se nos quiere vender que son problemas personales ya que la pasta ha sido obtenida por herencia familiar. Por cierto, los progenitores de estos dos sujetos eran unos mangantones del carajo pero de ahí a cargarles el muerto...
En el caso de Pujol, hizo valer siempre la moneda de cambio: garantizo estabilidad y no pido independencia a cambio de que no metáis las narices en mi casa. Y cuando metían las narices... ¡Madrid nos persigue! Aquí entra en juego ¡el pequeño Nicolás! Javier de la Rosa (otro mangante, que guarda un cierto parecido físico —no sabemos si casual— con Nicolás) le confesó hace unos meses, según nos cuenta EL PAÍS:
"Les di hasta 4.500 millones de pesetas [27 millones de euros] de sociedades que me dieron a mí para darles a ellos, para que Convergència fuera el equilibrio para la no entrada del independentismo. Cuando veo que este hombre —Pujol— se mete de lleno en el independentismo, no sólo eso, sino que me amenaza personalmente, es cuando le fui a denunciar”.
Ratone, en cambio, hizo su "trabajo" poniendo cara de perdonavidas (como bien señala El Tapir) y adoptando un aire grave y circunspecto. Fue así como todos pensamos (Gran Uribe no y El Tapir seguramente tampoco) que era un hombre serio, honrado y responsable. Craso error, como se ve.
En fin, deprimente en ambos casos. Pero, Rato aparte, volvamos a Pujol.
Hace 34 años Josep Tarradellas —sujeto que no es santo de la devoción de Uribe pero que era un buen político— se hartaba de su sucesor y escribía una célebre carta a "La Vanguardia", carta que en principio el diario se negó a publicar. Todo quedó dicho, casi nadie quiso escuchar, ahora lo vemos claro: Tarradellas caló bien al personaje, Jordi Pujol
En su carta, Tarradellas lamentaba que Pujol -que llevaba diez meses al frente del Ejecutivo autonómico- tratara de "ocultar el fracaso de toda una acción de Gobierno y de la falta de autoridad moral de sus responsables" mediante la utilización de "un truco muy conocido y muy desacreditado, es decir, el de convertirse en el perseguido, en la víctima".
Y añadía: "Así hemos podido leer en ciertas declaraciones que España nos persigue, que nos boicotea, que nos recorta el Estatuto, que nos desprecia, que se deja llevar por antipatías hacia nosotros, que les sabe mal y se arrepienten de haber reconocido nuestros derechos e incluso, hace unos días llegaron a afirmar que toda la campaña anticatalanista que se realiza va encaminada a expulsarlos de la vida política. Es decir, según ellos, se hace una política contra Cataluña, olvidando que fueron ellos los que para ocultar su incapacidad política y la falta de ambición por hacer las cosas bien, hace ya diez meses que empezaron una acción que solamente nos podía llevar a la situación en que ahora nos hallamos".
Nivel Avanzado: para estudiosos, que los hay, facilitamos aquí el enlace a aquella histórica carta de Tarradellas a "La Vanguardia" que provocó numerosas rasgaduras de vestiduras entre los fariseos que por aquí pululan desde siempre.
Enlace: Josep Tarradellas enjuicia la situación en Cataluña
[Sin el subrayado de Gran Uribe: Enlace a la hemeroteca de La Vanguardia]
[Sin el subrayado de Gran Uribe: Enlace a la hemeroteca de La Vanguardia]
Sabía de la antipatía -más bien desprecio- que le causaba Pujol a Tarradellas (gustaba de reírse de él y de ridiculizarle en público en cuanto podía), pero yo creía que era una cuestión meramente visceral, sin razones objetivas para ello. Por lo que veo el asunto era más profundo y Tarradellas le tenía bastante calado, aunque no tanto como creía él... Muy interesante esa carta, cuya existencia desconocía. Saludos,
ResponderEliminarEl Tapir
Bien, Gran Uribe por desvelarnos esta carta que dice mucho de todo y de todos, y más leída en estos momentos.
ResponderEliminarnvts
No había leído la carta de Tarradellas en su integridad, sino sólo el extracto publicado en el blog del Gran Uribe. Aunque es evidente que en la carta flotan los rescoldos del 23-F, y también que han pasado muchos años (35) desde entonces, no hay duda de que el viejo zorro de Tarradellas le vio el plumero al zorrito de Pujol antes que nadie. También es verdad que Tarradellas era un "hombre de Estado" y Pujol un "hombre de partido", cuyos intereses supo "colar" como los intereses de toda Cataluña, cuando, en realidad, eran los intereses de su partido. Aun así, hay que reconocerle al viejo zorrito su rara habilidad para convencer a todo el mundo de lo "universal" de su mensaje...
ResponderEliminarEl Tapir