El disgusto de Rajoy
[...] «Y esto es lo que lleva a preguntarse por qué quienes gozan de una situación boyante y de privilegio, con compensaciones económicas no ilegales aunque escandalosas, por qué no se conforman con llevar una vida de ricos y atesoran más, y defraudan hasta el punto de poner su futuro en riesgo y el de su familia. ¿Nunca tienen miedo como tenemos los demás?
¿O se sienten tan por encima de nosotros que piensan que nadie les pondrá jamás la mano en el cogote para meterlos en un coche de policía? Eso es lo que me asombra, aunque entiendo también a quienes razonan que aquellos tipos que se asignaron sueldos y pensiones desorbitados en un país en el que el 30% de la población se iba quedando atrás, empobrecido, excluido o fuera de juego, demostraban ya de por sí un comportamiento inmoral del que cabía esperar cualquier cosa.
De cualquier manera, siempre inquieta el espectáculo del hundimiento de alguien que lo tuvo todo y que lo exhibió tan ostentosamente. Y además, los sonrojantes derivados de esa caída: los camaradas que ahora niegan al acusado; la cara de estupor del presidente por si el asunto le estropea sus elecciones o las sorprendentes palabras de Montoro en el Congreso, que, a preguntas de Garzón, ha tenido el valor de afirmar que jamás ha sacado a relucir nombres propios por asuntos del fisco.[...]
Y se sienten tan amenazados por perder su espacio que atacan con grosería y poco juicio, porque no entienden que su derrumbe no ha venido desde fuera sino desde dentro, por esa defensa empecinada de figuras que ya deberían estar marginadas de la vida pública. No son Ciudadanos ni Podemos quienes acabarán con el PP. Es Esperanza Aguirre, es Rita Barberá, es Floriano, es Montoro, son Pujalte o Trillo, cada uno a su estilo ha abusado de su condición o ha arropado escandalosamente a quien abusaba. Y al frente de todos ellos, el propio Rajoy, que dice enterarse de los escándalos que afectan a su partido por el telediario y llevarse, vaya, un enorme disgusto».[...]
Elvira Lindo
Enlace: El disgusto de Rajoy
Como siempre me ocurre con Elvira Lindo, nada que añadir. Describe con palabras sencillas pero certeras este tipo de situaciones.
ResponderEliminarEl Tapir
No se trata solo de tener miedo, se trata del más mínimo sentido de la ética (y de la estética) y también de la honradez.
ResponderEliminarMe encanta el artículo, pero sobre todo el párrafo "........atacan con grosería y poco juicio, ........".
ResponderEliminarPodríamos hacer una lista larguísima con un montón de ejemplos. MJ
Pues yo creo que les pierde su propia soberbia. Se creen dioses, e intocables... Han subido demasiado alto y pierden la perspectiva. Eso les pierde.
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