domingo, 24 de agosto de 2014

San Martín de Frómista.

Curiosa polémica, poco habitual por estos pagos, acerca de la construcción que se está realizando frente a la iglesia de San Martín de Frómista (1066), en la provincia de Palencia, una de las obras más hermosas y representativas del románico en Castilla. El arquitecto Salvador Roig debe de estar con un mosqueo considerable, y con razón.
Ya existía un edificio de construcción tradicional en ese lugar. Pero el dueño quiso sustituirlo por uno más "moderno". A instancias de Patrimonio se decidió edificar también el patio (que se puede apreciar en las fotos del año pasado), con lo que el impacto visual ha aumentado mucho. Se trata de la zona que ya tiene colocado el cerramiento de ladrillo.
La polémica está servida. Muchos visitantes están indignados. En el pueblo, todo lo contrario; piensan que es el progreso, y el alcalde añade: "¿Quieren mantener los pueblos a costa de que nos vayamos todos?"
En cualquier caso, dado lo comprometido del emplazamiento, es un encargo envenenado para el arquitecto firmante, que evidentemente nos es el citado Salvador Roig.

Fachada lateral de San Martín de Frómista con el edificio en construcción
Un tal Rodrigo Carretero nos lo cuenta de esta manera en huffingtonpost.es:
«Todo es tan legal como polémico. La construcción de una vivienda a escasos metros de la iglesia de San Martín de Frómista (Palencia), una joya del románico palentino y considerada como uno de los principales prototipos de románico europeo, ha puesto a esta localidad de poco más de 800 habitantes en el centro de las críticas.
Las obras del nuevo edificio, que se levanta ahora rodeado de vallas y andamios a unos cinco metros de la fachada del templo, cuentan con la correspondiente licencia del Ayuntamiento gobernado por el PP, con el visto bueno de la Junta de Castilla y León y con la autorización de la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural de Palencia. No se trata de la construcción de un edificio donde antes no había nada, sino que los dueños del terreno, de propiedad privada, derribaron su antigua casa y ahora están construyendo una nueva.
El problema es que donde ahora se comienza a levantar un edificio de dos plantas antes había un patio y esa era la zona de la finca más cercana al templo, por lo que el impacto era menor. La tapia de dos metros que había comienza ahora a ser sustituida por una nueva casa que puede alcanzar los cinco o seis metros de altura. Todo eso ha provocado las críticas duras y cruzadas entre los que defienden las obras y quienes las califican de "aberración"».

Fotografía del año pasado con la antigua casa / F. Frontela

Fotografía actual / Julián Rojas

Fotografía del año pasado

Fotografía actual

5 comentarios:

  1. Sí, lo curioso de la polémica es que lo sea.

    Saludos,
    Vicehereu

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  2. Es el "pogreso", mi querido Uribe. Saludos,
    El Tapir

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  3. Pienso que podía habérsele permitido reformar -o incluso reconstruir- la casa, pero condicionando el nuevo edificio a no aumentar su impacto sobre el bien protegido. Claro que eso no todo el mundo lo sabe hacer, ni tampoco juzgar... Por eso, lo más seguro es siempre PROHIBIR. Desde luego, el resultado que se muestra en la "fotografía actual" me parece calamitoso. En fin, ya veremos cuando esté acabado el edificio. Saludos,
    El Tapir

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    Respuestas
    1. Si usted viera ese proyecto en su oficina ¿qué habría hecho? Supongo que no dar el visto bueno. Pero ¿y si en la puerta de su despacho hubiera un sujeto amenazante —se supone que no es el caso, pero en otras situaciones quizá sí— con un maletín, un pistolón o una navaja?

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  4. Esta charneguilla tiene genes castellanos, de la Tierra de Campos palentina, precisamente, y sus orígenes no quedan lejos de Frómista. Tal vez por eso ha leído con mucho interés la noticia de la polémica que nos ha mostrado en su blog, gran Uribe, y se la agradece de veras.
    Sin querer entrar en la polémica, no me creo capacitada para ello, si me atrevería a opinar que, por simple gusto personal, prefiero las construcciones que saben adaptarse y armonizar con el medio y el ambiente, y eso también puede conseguirse desde la más rabiosa modernidad. Ahí, me parece, está la gracia del artista.

    Charneguilla

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