Primero las fotos, para entrar en materia...
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Y ahora la sencilla historia que nos cuenta la bailarina Blanca Li en EL PAÍS MODA de esta semana:
"Hace unos días, decidimos improvisar e ir a visitar a un familiar muy querido a una pequeña cala de la costa alicantina. Llegamos con la curiosidad con la que se llega a un lugar del que se ha oído hablar pero que no se conoce; sin embargo, la primera sensación que tuvimos, además de soportar un calor infernal, fue la de volver a la gran ciudad en medio de las vacaciones. El mar estaba, sí, pero a lo lejos: todo lo que lo rodeaba parecía no tener nada que ver con el paisaje que esperábamos encontrar.Para empezar, en el pequeño hotel con vistas que habíamos reservado por Internet el día de antes, la habitación tenía las ventanas cerradas y el aire acondicionado a tope. Un shock. Al abrir los porticones, en lugar de brisa nos golpeó un griterío ensordecedor. Me asomé al pequeño balcón y visualicé lo que me parecieron cientos de personas apiñadas, unas encima de otras, ocultando la cala con sus sombrillas, hamacas y demás accesorios playeros. No cabía un alfiler ni dentro ni fuera del agua.
Nos armamos de valor y decidimos salir con los niños para ir a recoger a nuestro familiar. Por el camino, tuvimos el atrevimiento de intentar llegar a la orilla para darnos un remojón. Como vimos que era imposible alcanzar el mar sin pisar a la gente, entramos por un lado en el que había rocas. Resultaba difícil nadar sin chocarse con alguien. Desde el agua, al mirar en dirección a la playa, veías una masa de gente flotando entre patines de pedales con toboganes. Todo ello enmarcado por una serie de edificios presididos por un rascacielos gigante a medio construir (según nos informaron después, las obras llevan tres años paradas). Una vez fuera, los niños ya no quisieron volver a entrar".
Enlace a la historia entera: Un día de playa inolvidable
Lo malo es que si prefieres optar por pasar unos días en un hotel con piscina te puedes encontrar con este horror:
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| Fotografía de Matías Costa |
Por muy malas experiencias que haya podido tener el Gran Uribe en Ibiza, me parece francamente exagerada la comparación con la foto de arriba. En Ibiza, si tú quieres estar solo, o casi solo, en la playa, no te vayas al "chiringuito de los futbolistas" (Malibú), por supuesto, pero recorriendo unos pocos metros más, entre dos chiringuitos, puedes encontrar bastantes claros. Y recorriendo unos metros más, ya en la zona de las rocas (pasado "Sa Trinxa"), puedes encontrar pequeñas calitas en la que estar solo o con dos o tres personas más (la verdad es que tampoco cabrían muchas más). Ayer, cuando llegué al lugar donde suelo bañarme, era el único habitante en la cala. Me fui a dar un paseíto hasta Es Caballet, y cuando volví había un auténtico "llenazo": dos personas... Y todo ello a siete u ocho minutos de Ibiza en coche. ¿Cuántas horas de coche hay que emplear en Barcelona para encontrar algo similar, no a mi calita, sino a la zona de las Salinas más llena? En lo que respecta a esa piscina, me suena a latinoamericano: les gusta mucho tomarse el cubata en el agua, hechos unos horteras... Saludos,
ResponderEliminarEl Tapir
Usted es que... ¡conoce aquello de las Salinas muy a fondo!, está a un "nivel avanzado" respecto al resto. Por lo demás, sus recomendaciones son muy de agradecer, aunque... ¿dónde quiere usted que vaya el gran Uribe en Ibiza? A un sitio a su nivel, donde encuentra con facilidad a compañeros de profesión (Michel, Camacho, Muniain, etc.) con los que departir: al chiringuito de los futbolistas, como llama usted al "Malibú" (le rogaría un poco de respeto hacia ese lugar). Allí alquila una "cama balinesa" a muy buen precio y pasa todo el día tan ricamente.
EliminarPor lo demás, estoy de acuerdo con El Tapir: no son magnitudes comparables las de las fotografías con las de Ibiza. Era un recurso retórico de tipo hiperbólico sin más. Suelen ser útiles para enganchar un poco a los lectores de páginas web. Le ruego que no se ofenda por ello.
Si ese locuaz señor Tapir da tantas pistas a través de un blog supervisitado como es "El blog del gran Uribe", me parece a mi que la próxima vez que vaya por allí no encontrará en esas calitas un bañista o dos sino mil o dos mil —tirando por lo bajo— si caben (y si no, también). Esos hallazgos no conviene hacerlos públicos. Quien avisa no es traidor.
EliminarSeñor Tapir: Donde dejá el carro cuando va a esa cala cerca de sa Trincha? Vamos a Salinas día 6 con el carro, mesa, 4 sillas, parasol, enfriador y barbecue de picnic. Como usted ve llevamos mucha impedimenta y necesitamos proximidad.
EliminarRogger Aurelio Buendía
Probablemente, el "locuaz señor Tapir" se haya equivocado dando tantas pistas... De todas formas, como estoy convencido de que la (mayoría de la) gente lo que busca no es reposo o silencio, sino más gente, no creo que mi calita sufra un acoso masivo. Por otra parte, tampoco creo que sea masivo el número de lectores del Blog del Gran Uribe, aunque debería serlo. En todo caso, veremos que pasa el próximo fin de semana... Saludos,
EliminarEl (locuaz señor) Tapir
No sé qué le mueve a pensar que el número de seguidores de este blog es limitado, aunque acepto reconocer que debería ser mayor. Todo se andará.
EliminarRespecto al próximo fin de semana, esperemos que ese tal Rogger Aurelio haya encontrado acomodo en otro lugar menos protegido (lo digo por lo de la barbacoa) y usted se pueda seguir bañando en soledad.
Efectivamente, el lugar que le gustaría encontrar a Aurelio Buendía con toda su impedimenta y a pie de carro, sencillamente, no existe. Y si existiera, habría un millón de personas, o sea que mejor que no exista. No se puede tener todo. Saludos y ojalá lo encuentre,
ResponderEliminarEl Tapir
Usted, Tapir, ¿dónde vive, si no es indiscreción? Si es en Ibiza, no creo que pueda sostener eso que dice. En cualquier caso, investigaremos, aunque agradezco en el fondo esa defensa que hace de la isla respecto a otros lugares. No quiero llevarle la contraria pero , por si no lo sabe, hay todavía (y por desgracia) algunos lugares vírgenes a los que se puede llegar a pie "de carro", como dice ese impresentable Buendía. Pero estamos en ello, eso se va a acabar, hay que proteger este paraíso que están intentando tirar a la basura. Aunque parece ser que a algunos que viven en esta isla solamente les pone felices hacerme la puñeta, yo estoy aquí (mientras Dios me dé vida) para velar por Ibiza y por los ibicencos.
Eliminar¡Horror, Matutone!
ResponderEliminarYa debe tener preparado el bidoncito de 1000 l de acido para el gran Uribe y para El Tapir.
Aprovecho pues para despedirme. Ha sido un placer.
Vicehereu
¡Cómo está el patio...! ¡Cuántas intervenciones! Pues yo me he reído de lo lindo con el artículo, el enlace, con las fotografías y con los comentarios. Me consuelan de un veraneo urbano, por llamarlo de alguna forma, en el que tampoco he visto ni de lejos el mar, la arena, las sombrillas y los rascacielos. Por lo que veo no me he perdido nada del otro mundo.
ResponderEliminarNvts