lunes, 18 de agosto de 2014

Noticias de Ibiza (4)

El padre de Uribe tenía un amigo llamado Mantilla (no Montilla, ojo). Con él se juntaba a cenar de vez en cuando en algún restaurante. El tío no se andaba con puñetas. Si una vez sentado en el comedor, ya con las olivitas y el allioli en la mesa, al mirar la carta veía que el precio no se ajustaba al presupuesto, no tenía el menor problema en largarse (cosa que al que esto escribe siempre le ha dado un poco de vergüenza hacer). Para ello había ideado un personaje de ficción llamado Gorospe. "Oiga maître ¿sabe si ha llegado ya Gorospe?" Para inmediatamente añadir, al recibir respuesta negativa: "Pues si no ha venido Gorospe nos tenemos que ir". Y adiós muy buenas.
Hoy Uribe ha acudido a un restaurante recién inaugurado en Ibiza llamado Sublimotion. La cosa prometía: un cocinero "emergente" (Paco Roncero), un ambiente refrescante, con fotos panorámicas de glaciares y desiertos y una clientela muy selecta, aunque con cierto aire un pelín mafioso.
El problema ha surgido cuando, ya sentado en la mesa, se ha enterado de que el menú del día cuesta 1650 euros sin bebida ni postre. No ha habido más remedio que resucitar urgentemente al viejo Gorospe...
De vuelta a casa —sin comer— ha caído en sus manos un excelente artículo de Ángeles Caso del dominical de "La Vanguardia". En ese momento ha comprendido que esos lugares no están hechos para él, afortunadamente, y que esta isla es un auténtico disparate. Y otra cosa más: mañana no debe llevar a "El Tapir" —fiel seguidor de este blog— a cenar a ese siniestro lugar.

A punto de abandonar la mesa del restaurante Sublimotion, de Ibiza


El artículo dice así:

Ángeles CasoObscenidades

"En Ibiza se acaba de inaugurar un nuevo restaurante. Un lugar tan exclusivo, que sólo doce comensales pueden cenar en su única mesa. El responsable es uno de nuestros grandes chefs, de esos con varias estrellas Michelin, que trata de innovar la experiencia gastronómica añadiendo a cada plato imágenes de distintos lugares del mundo en una pantalla de 360 grados. Hasta ahí todo muy bien: seguro que la comida es riquísima y el placer sensorial incomparable.
Pero todo esto viene acompañado de una segunda parte profundamente desagradable: la cena cuesta 1.650 euros por comensal. 1.650 euros. Por muy exquisitos que sean los platos, por muy especial que resulte la noche, ninguna cena en el mundo debería costar 1.650 euros. Nadie debería pagar esa cantidad para llenarse el estómago. Semejante despilfarro no es más que una obscenidad, no algo de lo que uno deba enorgullecerse. Es más, si el mundo fuera un poco más justo, nadie debería disponer de cantidades así para malgastarlas de esa forma. No al menos mientras haya tanta gente muriéndose de hambre, y tanta en nuestro país, que apenas puede alimentarse con lo básico. Lo cierto es que estamos rodeados de obscenidades de ese tipo. De gestos de personas cerriles que sólo piensan en ganar y exhibir lo ganado (imagino que buena parte del placer de quienes pagan esa cantidad por cenar consiste en hacérselo saber a los demás). Personas que a menudo han llegado a ser multimillonarias explotando a otros o, aún peor, traficando con drogas, mujeres o armas. Gentes probablemente sin escrúpulos, a quienes su falta de conciencia les permite gastarse esa fortuna en una cena y luego, a la salida, apartar con desprecio al emigrante que intenta venderles una pulsera barata para no irse a la cama con el estómago vacío.
No estoy en absoluto en contra de vivir bien, de tener placeres –incluso placeres caros–, de disfrutar de la vida como mejor podamos. Pero creo que todos deberíamos poner un límite a nuestros caprichos. Hay un margen a partir del cual el dinero no es sólo algo inmoral, sino también grosero, y el lujo resulta simplemente una horterada. Desde mi punto de vista, existen pocas cosas menos elegantes que un bolso de 6.000 euros, un coche de 100.000 o una cena de 1.650. Alguien debería hacérselo saber a los patanes que dilapidan de esa manera semejantes cantidades, por mucho que otros finjan aplaudirles".

 Enlace: Probar el cielo por 1650 €

Enlace al video promocional de Sublimotion: http://www.sublimotionibiza.com/es/


2 comentarios:

  1. En Ibiza, por estas fechas, hay mucho gilipollas por metro cuadrado, deseoso de destacar en algo. Y, ¿qué mejor manera de destacar que gastarse 1.650 € en una cena? Y sobre todo, que se sepa que TÚ estabas en esa cena. Con estas premisas, no le será difícil a Roncero encontrar doce horteras cada día, para llenar el comedor (en invierno costaría un poco más). Ni que decir tiene que suscribo al cien por cien el acertado y oportuno artículo de Ángeles Caso. Saludos,
    El Tapir

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  2. ¡Dios mío, en Ibiza no cabe un capullo más!

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