sábado, 7 de abril de 2018

"Un pollo de collons"

Mientras el procesismo ha conseguido que España tenga, como decía Fuigdemont, "un pollo de collons" (montado por él y sus adláteres), aquí preferimos (Gran Uribe también) entretenernos con los másters de Cifuentes o si la reina Letizia tiene o no tiene una buena relación con su suegra (incendiando las redes como un Nerón cualquiera). De esas cosas tratábamos en nuestras dos últimas intervenciones. Mea culpa, pero si no tomamos las cosas con humor, ¡mal asunto!

Y de eso precisamente nos acusa Miquel Giménez, que no es ni ha sido nunca un tipo optimista, y en su artículo de hoy nos lo confirma. Nos pinta un panorama bastante estremecedor, en el que empieza por recordarnos la tristemente célebre "Befehl betreffend Zerstörungsmassnahmen im Reichsgebief", conocida precisamente como "Orden Nerón", en la que Hitler (cuando la cosa se empezaba a poner chunga) conminó a su ministro Speer a dejar arrasada toda Alemania, volando instalaciones eléctricas, de agua potable, vías de tren, fábricas, en fin, todo cuanto pudiera ser de utilidad a los ejércitos que ya invadían el III Reich.

Destrozando vías de tren a raíz de la "Orden Nerón": mediante el llamado "Schienenwolf " o manualmente (pico y pala)

¡Vaya manera de empezar su artículo, carape!, aunque... eso de la "Orden Nerón" viene a ser algo parecido a lo que propone la frase —que ya hace unos meses que circula por estos lares y que no sabemos a ciencia cierta qué implica— que reza lo siguiente: "Cuanto peor, mejor". ¿Les suena, no?

Tras hacer unas cábalas sobre los próximos movimientos parlamentarios del procesismo, Giménez dice lo siguiente:

[...] «La intención es seguir con esa táctica hasta que el contador se detenga y los plazos para investir a un candidato se hayan agotado. Entonces iremos a elecciones, efectivamente, y en la campaña los separatistas se aglutinarán alrededor de Puigdemont, haciendo de él todavía más una figura indiscutible, un caudillo, un jefe, alguien a quien nadie puede negar sus méritos como patriota, ni sus padecimientos o sus logros. Al igual que en la Alemania de los años treinta se decía que Hitler pasó cautiverio en la prisión de Landberg —una habitación cómoda, con libertad de movimientos por todo el presidio, secretario, máquina de escribir y tiempo para redactar el Mein Kampf, amén de tener a toda la guardia del lugar a sus órdenes, a Puigdemont se le presentará como a un mártir por Cataluña y sus derechos.

Una vez más, las similitudes son espantosas y no presagian nada bueno para esta tierra que ha conseguido que dos millones de sus ciudadanos se entreguen a un racismo totalitario sin saberlo, o sabiéndolo, que eso es lo de menos. Mucho nos tememos que en esas elecciones volveremos a encontrarnos en la misma situación que ahora, es decir, un parlamento dividido por la mitad, unos medios de comunicación de la Generalitat al servicio de esta, una administración autonómica plagada de infiltrados nacionalistas, unos Mossos contaminados por el separatismo y una violencia callejera que irá, por desgracia, en aumento. Es algo peor que tierra quemada, es la destrucción de una de las regiones más prósperas de España, de Europa, y de la misma España si me apuran. 

En el resto de la UE no acaban de entender que esto puede ser el pistoletazo de salida para que en cada uno de sus países los movimientos nazis o radicales de izquierda se vean crecidos y con fuerzas suficientes como para tomar al asalto los diferentes estados. 

Si alguien se preguntaba qué pintaba el diputado nazi de Alternativa por Alemania Bernd Lucke visitando a Puigdemont en la cárcel, ya lo sabe. El apoyo que ha recibido por parte de AfD, oportunamente silenciado en Cataluña e, inexplicablemente, en el resto de España, es harto elocuente.[...]

Puigdemont sigue dando órdenes desde Berlín como antes hacía desde Bruselas, solo que ahora está más fuerte, más respaldado. Y aquellos que le dan apoyo no son los del lacito amarillo, son algo infinitamente peor. Al tiempo».


[Confiemos en que se equivoque en sus sombríos augurios, aunque ese limitado sujeto (Puchi) empieza a preocupar, jactándose con todo el morro delante de la cárcel de cosas que el juez ha negado, tales como que es un preso político]

6 comentarios:

  1. La ventaja es que ER y la CUP no lo quieren ni en pintura. Hasta ahora solo lo utilizan. No creo que su recorrido dure mucho más tiempo. Y no creo que sea investido presidente.
    veremos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si usted lo dice yo me lo creo. Pero la CUP impidió que Turull se convirtiera en Honorable, según dijeron, porque querían a Puigdemont. Bueno, la verdad es que cada vez estoy más a verlas venir.
      Lo que sí creo es que el "procés" y sus políticos, por mucho maquillaje que utilicen cuando salen fuera, no pueden tapar indefinidamente lo que ha ocurrido. Llega un momento en que todo se sabe. Y supongo que hay alguien a quien le sigue interesando la realidad y no la ficción. O por lo menos, confío en ello. Se trata también de que alguien sepa divulgarla. MJ

      Eliminar
    2. Yo también confío, MJ, pero no me fío.

      Eliminar
  2. Se me da que hay cosas ocultas. Ahora por lo que parece han bajado el tono las dos partes. Creo que hay un apaño entre el gobierno central y los soberanistas. E intuyo que Puigdemont no será presidente, ni tampoco el Jordi. Y se me da que Alemania y España han hablado bajo mano y hay un juego a tres bandas de la que no nos enteramos porque esto no podía seguir así. En Europa no se desea a Puigdemont, pero no se quiere tener heroes ni ídolos, ni el efecto dominó.
    Hay algo más en toda esta trama que no sabemos.
    salut

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pos eso debe ser si no es para salir corriendo pero ya !!

      Eliminar