miércoles, 4 de abril de 2018

Sobre la "Inclusion rider"


Javier Marías comentaba recientemente, como entradilla de lo que quería decir después, el remake que se perpetró en 2016 de la simpática película de 1960 "Los siete magníficos" (de John Sturges), y lo hacía de la siguiente manera:

«En seguida me desinteresó, porque los siete de ahora eran totalmente inverosímiles, como un viejo mural de la ONU representando a las razas del globo. Aparte de Denzel Washington, negro, había un hispano o dos, un asiático, un indio o "nativo americano" y no recuerdo si alguien con turbante (puede que lo soñara luego). Esto, de manera artificial y forzada, sucede cada vez más en el cine y en las series estadounidenses, y va ocurriendo en las británicas. Si hay un equipo de policías, suelen componerlo un par de negros o negras (por lo general son los jefes), alguna asiática, un hawaiano, un inuit, varios hispanos. Si la banda es de criminales, la diversidad racial se relaja: pueden ser todos blancos, y además fumadores, puesto que son "los malos"».



[Hace ya bastantes años que en la casa familiar habíamos bautizado como "cuota de negro" a lo que intuíamos que era una exigencia, por parte de no se sabía quién, de que en los telefilms y películas siempre figurara en los papeles más relevantes algún "afroamericano", como se dice ahora. Los jueces, los cirujanos-jefe del hospital y los inspectores de policía encargados de las investigaciones más complejas, por referirnos a tres de las temáticas más usuales en ese tipo de engendros (con frecuencia iban agrupadas en el mismo pack), siempre eran indefectiblemente de raza negra (hombres o mujeres), aunque quizá esa presencia no respondiera a un hecho sociológico consolidado.

Luego, quién sabe si para ampliar mercado, se abrió el abanico a los "hispanos" (a mayor gloria de Banderas, Penélope Cruz, Andy García, Jennifer López, etc.) y a lo que parece ahora alcanza a otros colectivos, aunque G.U. no lo puede asegurar porque no suele ver las películas del Hollywood reciente. Por supuesto, los que fumaban eran siempre gente perversa o degenerada (desde cuando eso del tabaco estuvo mal visto), y ha ido in crescendo: mala gente, en efecto].



Y Javier Marías pasa al meollo del asunto, a explicarnos cómo se generaron esas "cuotas" y cómo lo ve, en su columna titulada Buen camino para el asesinato, que ha resultado ser "políticamente incorrecta", como casi todas las suyas, y buenos varapalos que está recibiendo por ella en "las redes", algo ya bastante habitual:

5 comentarios:

  1. Disculpe, Uribe. He estado un tiempo fuera y ¡sin internet! Prometo ponerme al día de sus cosas. Pero le doy la razón: no hay teleserie, telefilm o película americana en que no salga una comisaría de policía, un hospital y, como colofón, un juicio. Y en general, los afroamericanos ocupan un lugar destacado en esos tres ámbitos, algo bastante alejado de la realidad.

    Muchas gracias
    F.G.

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  2. En cuanto leí ese artículo me dije a mí mismo: "pronto aparecerá en el blog de GU". Últimamente, observo que la "cuota de negro" se ha transformado en cuota de "negra". Francamente, empiezo a estar un poco harto de lo "políticamente correcto" y agradezco muchísimo que en las películas, series, telefilms, etc., no aparezcan cuotas de ninguna clase. ¡Lo "políticamente correcto" me aburre enormemente!
    El Tapir

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    1. Y yo sabía que avalaría usted lo de la "cuota de negro" (que, en efecto, ahora es "de negra") no en vano esa denominación fue fabricada 'tiempo ha' en el ámbito familiar...

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  3. Empieza a ser evidente que hay demasiadas consignas.

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  4. Disculpe, Uribe: no cité los tres géneros que faltan para formar un sexteto:
    - Comedia sentimental tontorrona.
    - Alemania nazi.
    - Guerras diversas (mundial, Vietnam, Irak, etc.).

    Disculpe el olvido.
    Muchas gracias
    F.G.

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