"Influencers", "selfies", tiendas y probadores

¿Para qué estudiar si puedes hacerte "influencer"? Te compras para la red social Instagram miles de seguidores mediante acomprarseguidores.com y te compras miles de visitas y "likes" ("me gusta") en comprarvisitas10.com. [Está prohibido hacerlo pero se hace (no sería el caso de las dos influencers que se citan más abajo, que han actuado correctamente)].

Empiezas a colgar fotitos en Instagram; al tener miles de visitas, las adolesentes te siguen (no siguen a quien no tiene ninguna, claro) y cuando ya tienes millares de seguidoras te inscribes en una web que te pondrá en contacto con las tiendas y marcas de moda. Les interesas mucho porque les haces publicidad dirigida directamente al tipo de público que buscan. Y por eso, por cada foto que cuelgues con su ropita, te paga la marca 500€ y a vivir, que son dos días. Con YouTube el proceso es igual, pero da más trabajo hacer un vídeo que tomarse una foto... Eso sí, hay que lucir palmito.

Mientras tanto, las niñas te visitan en Instagram, se dedican a copiarte en los ratos en que no tienen clase, se ponen en los probadores la ropa que tú llevas, se hacen selfies, los cuelgan en internet y envían a las amistades, te visitan de nuevo y las tiendas te siguen pagando por cada foto que cuelgues. Un chollo.

Veamos a qué se dedican las adolescentes en Ibiza, al menos fuera de temporada, aunque es de suponer que hacen lo mismo en todas partes, pero allí tienen la excusa de que no hay ocio alternativo para ellas en los crudos meses de invierno, y en eso tienen su punto de razón ya que está casi todo cerrado.

Lo leemos en Diario de Ibiza de hoy:

«Lucía tiene 16 años y desde los 12 pasa sus tardes de ocio con sus amigas de tienda en tienda. El grupo de 10 o 12 chicas entra en distintos comercios de Vila, seleccionan ropa, se la prueban, se hacen fotos –"siempre, eso es como la ley de las compras", asegura–, las comparten entre ellas o las suben a redes sociales si les gusta "mucho el modelito" o salen "muy guapas y el conjunto es muy chulo", y, según el día y si lo que ven les encanta, "a veces" compran. Si no, se marchan, pasan a maquillarse en algunos casos por una tienda de cosmética, se van a cenar y hasta otro día.

«Mi grupo de amigas y yo seguimos a muchas influencers, youtubers, que siempre están subiendo cosas de ropa, de sus colecciones, y nosotras desde los 12 años nos hemos acostumbrado a subirlo todo», afirma Lucía, y menciona sus dos referentes principales: Dulceida y Paula Gonu, "que son las que están más a nivel internacional".

Página de Instagram de las catalanas Dulceida (2.200.000 seguidores) y Paula Gonu (1.700.000 seguidores)

Así es hoy la rutina de muchas adolescentes de Ibiza, que llevadas tal vez por la falta de alternativas, transforman su tiempo libre en horas de consumo vinculado a su apariencia física. "Aquí no hay ningún sitio donde pueda reunirme con la gente, entonces, cuando quedamos las amigas siempre vamos a mirar tiendas", dice la adolescente, que desearía encontrar lugares donde juntarse, "tomar algo, estar refugiados del frío o de la lluvia", sin necesidad de entrar a un restaurante de comida rápida porque "no hay nada fuera".

"Se meten diez o doce prendas al probador y no compran, sólo se hacen fotos. Corren por la tienda, destrozan todo [en referencia al desorden que dejan], gritan, Se que se trata de niñas de entre 14 y 17 años", dice el encargado de una de esas tiendas.

"En invierno no hay nada en Ibiza para los chicos y chicas de estas edades. No tienen espacios donde escuchar música o bailar, que es lo que les gusta; solo los que empiezan a determinadas horas y donde hay consumo de alcohol y que no son para ellos", explica la responsable del Centro de Estudio y Prevención de Conductas Adictivas, Belén Alvite».

Enlace: Tardes de tiendas, ´selfies´ y probadores en Ibiza