Tres preguntas sobre TV3 ("Teleprocés")

Ignacio Vidal-Folch se ha tomado la meritoria molestia de ver mañana, tarde y noche durante un cierto período de tiempo la TV3 ("la nostra") —masoquista ejercicio que G.U. hace tiempo que no practica— y nos cuenta sus conclusiones en un artículo titulado La semántica del Teleprocés.

Comienza formulando tres preguntas de tipo más bien retórico, sobre todo la segunda y la tercera:

1) ¿Tienen razón quienes sostienen que TV3, la televisión pública de Cataluña, hubiera debido ser intervenida al amparo del artículo 155 de la Constitución y que no haberlo hecho desde el primer día ha sido un error, pues es desde los estudios de Sant Joan Despí desde donde se articula el discurso insurreccional, se configura el imaginario separatista y se difunde el desprecio a todo lo que sea, represente o parezca España? (mejor "El Estado Español": la palabra España ha sido abolida).  2) ¿Es esta cadena pública, y en General toda la Corporació Catalana de Mitjans audiovisuals o Corpo, una "fábrica de mentiras", o según la terminología de hoy, de fake news al servicio del ideario nacionalista, en vez de un sistema de información ecuánime al servicio de la sociedad catalana a la que se debe?  3) ¿O acaso TV3 no es ya, como algunos la llaman, "Teleprocés" sino el procés mismo, pues sin ella este no existiría?

Y añade:

«Desde luego, las más arduas negociaciones entre las direcciones de ERC y PDCAT para constituir un gobierno autonómico y levantar el por ellos detestado artículo 155 de la Constitución residen en el reparto del poder en la Corpo: quién se queda con la tele y quién con la radio. Eso es decisivo, y lo demás accesorio, incluida la elección de una idónea consellera (debe ser mujer, por la cosa de las cuotas) para Ensenyament, cargo para el que al fin y al cabo basta con elegir a "la que sea más tetuda", según Lluis Salvadó, secretario general adjunto de ERC y ex subsecretari de Hacienda de la Generalitat, en conversación privada que se filtró el pasado 8 de marzo. En cambio para la Corpo los criterios deben ser más estrictos y exigentes.

En realidad es sólo el buque insignia de agitprop separatista, escoltado por la Xarxa (red de televisiones locales financiada por la Diputación de Barcelona) y por una tupida red de diarios digitales y otros medios de comunicación supuestamente privados, pero en realidad financiados por la Generalitat al amparo, o con el pretexto, de proteger a la lengua catalana, en eterno peligro de extinción dolosa; entre esos medios destaca —por su influencia en la conformación de la opinión de la burguesía— la radio y el periódico del grupo Godó, RAC1 y La Vanguardia». [...]

Pasa a continuación a desgranar el resultado de su apasionante experiencia televisiva (debates, informativos, programas de humor, magacines de tarde, contertulios ilustres —Rahola—, etc.), enumerando algunas de las cosas que ha observado allí, entre las que están varias que ya han salido publicadas en este blog y de las que no haremos mención, ya que el artículo de Ignacio Vidal-Folch es bastante largo, por lo que les remitimos al enlace al artículo.

Sin lacito o bufanda amarilla no eres nadie allí; la presentadora Laura Rosel durante el programa de TV3 ‘Preguntes freqüents’

Y acaba concluyendo lo que ya sabíamos desde el principio, aunque no aclara su postura respecto a la primera pregunta que se formulaba, un tema bastante polémico en el que no todos los constitucionalistas estamos de acuerdo:

»Ni hace falta ser un experto en semántica para percibir que todas las referencias ridiculizantes van dirigidas al imaginario español, manteniendo cuidadosamente a salvo el catalán. [...] Salvo cuando es escenario de algún crimen horrible que tiene a todo el país en vilo y del que no queda más remedio que hablar, o como escenario de tradiciones bárbaras y/o ridículas, y de incalificables agresiones a la "buena gente" catalana, ese país, si alguna vez existió, ha dejado de existir. Por lo menos en TV. Que es mucho más coherente y satisfactorio para su parroquia que la realidad».

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Por cierto, ya que estamos con del lacito amarillo de marras, ese con el que están satisfechos los procesistas porque piensan que WhatsApp lo ha incorporado a sus emoticonos gracias a "la internacionalización del conflicto" comandada por el presidiario Romeva, leemos lo siguiente en la prensa:

"El emoticono del lazo amarillo, que los independentistas utilizan por sus canales de WhatsApp y redes sociales, fue creado con una finalidad bien distinta a la de los dirigentes golpistas.

En concreto, el símbolo, que figura en el catálogo de emoticonos de los chats telefónicos, tuvo su origen en 2014 y sirvió para fines solidarios.

El símbolo es representativo de causas diversas, como el apoyo a la lucha contra la espina bífida o, incluso, el regreso de los soldados estadounidenses en combate. Se trata, en concreto, de una vieja leyenda de los lugares rurales de EEUU, donde los vecinos acostumbran a colocar lazos amarillos en los árboles en representación de sus soldados. Cuando uno muere en combate, éste se sustituye por un crespón negro.

La coincidencia provocó ya entonces el rechazo de la Federación de Espina Bífida e Hidrocefalia, que denunció que el símbolo les lleva identificando durante años".


Realmente era "raro, raro" que se hubiera incorporado ese emoticono gracias al procés, ya que Google, sin ir más lejos, ha desoído sistemáticamente las cansinas demandas del procesismo para que incorporen sus grandes fechas (diadas, 9N, 1-O, 21D, etc) a los doodles que suele publicar en el buscador en días señalados.