jueves, 17 de septiembre de 2015

La izquierda y el nacionalismo

Un artículo de Félix Ovejero titulado La izquierda que pudo ser incide en su tibia actitud ante el nacionalismo. Una pena.

Félix Ovejero[...] «Por dependencias diversas, nuestra izquierda se ha mostrado comprensiva con el tóxico relato nacionalista. Los peajes no han sido pocos y, entre ellos, no es el menor un empacho de remiendos conceptuales, para cuadrar lo incuadrable, que le ha impedido pensar claro. Podemos no tenía ese lastre porque no tenía los gastados tributos. Había nacido como partido nacional, no como una gavilla de proyectos locales, y podía nutrirse aquí y allá de gentes de izquierdas que, comprometidas con el interés general y, por ende, alejadas de quienes entienden el trato entre ciudadanos como un conflicto de identidades, se habían alejado de los partidos tradicionales y, no menos, de las izquierdas étnico-patrióticas. Estaban los mimbres (proyecto común, militancia dispuesta y espacio político) para enfrentarse con razones al nacionalismo.

Lamentablemente, lo recorrido hasta ahora invita a abandonar toda esperanza. Podemos se ha convertido en un centro de acogida y reciclaje de izquierdas nacionalistas. Partidos políticos agonizantes, junto con nacionalistas electoralmente estériles por su cuenta pero dispuestos a parasitar a cualquiera mientras puedan sembrar su mensaje, han vampirizado el proyecto. Una película que, en versiones menos aceleradas, ya hemos visto y cuyo final conocemos: una izquierda acobardada ante el delirio nacionalista, puramente reactiva, que solo sabe decir que no, a bulto y sin razones, y que oculta su falta de ideas con pirotecnia y efectismos. Basta con ver esa política gestera con los símbolos del Estado. Un uso patrimonial y arbitrario de las instituciones poco acorde con un ideal republicano tantas veces invocado. Pero eso es casi lo de menos. Lo peor es que para oponerse a quienes quieren acabar con el Estado del bienestar busquen la compañía de quienes quieren acabar —y lo proclaman— con el Estado, su condición de posibilidad».



4 comentarios:

  1. Aunque ya intuía algo así, el artículo me ha resultado francamente deprimente, tanto, que casi habría preferido no leerlo.
    El Tapir

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  2. Claro, no se puede confundir la velocidad con el tocino.

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  3. Muy deprimente, en efecto, para los que creíamos que la nueva izquierda iba a hacer algo más en este penoso asunto.

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  4. Hay que ir abandonando la idea de que la izquierda pueda salvarnos del nacionalismo. Efectivamente, ha sucumbido vampirizada por este y no sé si podrá levantar el vuelo nunca más. Ante este panorama impotencia total y melancolía.
    nvs

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