lunes, 7 de septiembre de 2015

Merkel, Rajoy, el Papa y los refugiados

En Alemania bastantes empresarios parecen encantados con la llegada de los inmigrantes huídos de las guerras, y no por cuestiones humanitarias sino porque parece ser que allí necesitan bastante mano de obra joven y más barata, según nos contaba ayer La Vanguardia. Pero como no podrán absorber a todos, Merkel está procediendo a su redistribución.
«Miles de refugiados han llegado en las últimas horas a Alemania y Austria huyendo de la guerra. Son los primeros que han podido alcanzar la tierra deseada, después de días inmovilizados en Budapest. Solo Alemania espera recibir 800.000 peticiones de asilo este año, una cifra que puede rejuvenecer el mercado laboral de la locomotora europea. De ahí que los refugiados sean considerados un golpe de suerte para la economía del país, un escenario que, sin embargo, despierta recelos entre los políticos. El presidente de la poderosa Federación de Industrias Alemanas (BDI), Ulrich Grillo, manifestó hace unos días la gran oportunidad que supone para el país la llegada de miles de refugiados».

Rajoy se hacía el estrecho porque en España no estamos per llençar coets, como dirían por aquí. Pero, impactado quizá por la foto del niño ahogado en la playa turca —es sujeto sensible— y a cambio de que Merkel lo apoye en lo de Cataluña, se ha comprometido a aceptar una cuota más alta de refugiados que la que anunció hace unos días, tan es así que le han encolomado una cantidad bastante importante, casi más que a nadie.
El Papa Francisco, que no es nada tonto, ha encontrado una solución para los países en los que la religión católica es la mayoritaria. Es algo que no sé si agradará del todo a muchos de esos párrocos que están tan tranquilos en sus casas y, en algunos casos, se pegan la vida padre. Por no hablar de los monasterios vacíos, con sus magníficas celdas y refectorios. No olvidemos tampoco que la Iglesia Católica, al menos en España, está forrada y llena de privilegios.

El Papa Francisco en el balcón del Vaticano / Foto: Vicenzo Pinto (AFP)
Como explica Pablo Ordaz en EL PAÍS, «El Papa ha hecho un llamamiento “a las parroquias, a las comunidades religiosas, a los monasterios y a los santuarios de toda Europa” para que acojan a “una familia de refugiados”. Más que una petición, las palabras del Papa contienen una orden: “Me dirijo a mis hermanos obispos de Europa, verdaderos pastores, para que en sus diócesis atiendan mi llamamiento, recordando que Misericordia es el segundo nombre del Amor. Bergoglio cita un pasaje del Evangelio de Mateo: “Todo aquello que hicisteis a uno solo de mis hermanos más pequeños, me lo habéis hecho a mí”. Francisco advierte a los católicos de que, “frente a la tragedia de decenas de miles de prófugos que huyen de la guerra y del hambre”, el Evangelio los llama a atender a los más pequeños y abandonados. “Hay que darles”, explica, “una esperanza concreta. No solo decirles: “¡Ánimo, paciencia…!”».

Según los datos de la Conferencia Episcopal, en España hay 22.859 parroquias, o sea que las cuentas salen.

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