viernes, 18 de septiembre de 2015

Letizia y Felipe en la Casa Blanca

Comentario de Luz Sánchez-Mellado en EL PAÍS a la visita de Letizia al "huerto" de los Obama en la Casa Blanca

Es una situación bastante habitual que en las bodas de hoy en día se desarrolle la ceremonia sobre un jugoso césped, con el consiguiente apuro para las mujeres que van con zapatos de tacón. Sin ser una boda, este parece haber sido el caso en el "huerto" de la Casa Blanca.
Lo cierto es que siempre que hay alguna salida oficial de Letizia y Felipe, las arpías de cotilleando.com se lanzan a la yugular, y en este caso no ha sido una excepción. Allí se dice, entre otras cosas mucho peores:

«Debe ser algo horrible tenerla cerca. No es nada extraño que caíga tan mal, a la gente que tiene ojos en la cara y oídos para escuchar. Es alucinante verla moverse, parlotear, andar y toquetear. Humilla a su marido tratando de captar toda la atención sobre ella, se ve muy claro cuando saludan a Felipe, hablan con él, se oye su voz por encima de ellos. Como lleva la ropa es de vergüenza ajena. Para visitar un huerto lleva zapatos de aguja y de altura de más 10 cms. Para visitar el Capitolio un vestido absurdo para la ocasión y para un encuentro con científicos un vestido para ir a un cabaret. El resultado: Deja al marido como un gilipollas integral. Todas las miradas interrogantes van al marido, porque éste hace el papel de pelele consentidor. Pierde el respeto de la gente y esto conlleva la falta de prestigio que se supone que tenía que tener. Es todo tan falso que da asco y a mi ya no me hace ni puñetera gracia».


Diez años separan estas imágenes

Comentario en cotilleando.com: «Leti, te has pasado, pareces Sarita Montiel, vaya pinta que sacas, jeje, río para disimular, estás horrorosa y ....¿por que has abierto el mostrador?, se te van a caer las prótesis por arriba, te salen las mollas de silicona, ¿pero te has visto? ¿pero como tienes tan mal gusto?, te ves muy vieja y muy pasada, ¡estas mangas tan palurdas!, estas muy mal, y la barbilla te está creciendo de nuevo».

¡Dios mío, qué nivelazo!

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