viernes, 1 de febrero de 2019

En "El Velódromo", billar y güisquis (y 2)

Van Gogh, Café de noche (1888) / Yale University
No, aquello de lo que hablábamos ayer no fue en el famoso Café de noche, en Arles, el que pintara Van Gogh en 1888, aquel del que hacía mención en sus cartas a su hermano Theo: «... Hoy probablemente intentaré el interior del café donde tengo una habitación, por la tarde, bajo las luces de gas. Aquí, le llaman un "café de noche" (son más bien numerosos), y están abiertos toda la noche. Los "vagabundos nocturnos" pueden encontrar refugio, si no tienen dinero para un alojamiento o si van demasiado ebrios».

Ni tampoco eso de lo que hablamos ayer lo pintó nunca Edward Hooper, aunque bien hubiera podido hacerlo, porque un billar en un café parece sugerirnos un cierto sosiego y un momento detenido, un poco en línea con aquellos que nos seguimos encontrando en algún que otro casino provinciano —Machado y El pasado efímero— ; nada que ver, por supuesto, con una ruidosa sala de juegos con billares, futbolines, bolos y tragaperras.


El encuentro de ayer de G.U. con su hermana se produjo en El Velódromo, que ni es "café de noche" ni acuden a él "vagabundos nocturnos", aunque sí lo hacía Tot Barcelona en su adolescencia, según nos ha revelado. Pero no le haremos propaganda aquí a ese bar, tan agradable a media tarde, no vaya a ser que la próxima vez no encontremos sitio ni siquiera al lado del billar, una ubicación muy acertada por cierto.

Quizá ese lugar se aproxima más al que pintara Jean Béraud (1849-1935) hará cosa de un siglo, un artista que es conocido sobre todo por sus evocadoras imágenes del París de principios de siglo (XX), muy buenas.

Jean Béraud, Le billard (Colección privada) / granuribe50
En fin, esos encuentros los valora mucho G.U., ya que con su hermano se ve (en Ibiza) tres o cuatro veces al año y con su hermana (¡en Barcelona!) otras tantas, algo que habrá que "incrementar al alza" (un pleonasmo muy al uso) en el futuro. En ambos casos suelen producirse esas trobades con un gin-tonic de media tarde por medio, aunque esta vez ha sido sustituido por un "güisqui en las rocas", porque lo otro es muy frío para los tiempos que corren.

4 comentarios:

  1. Buena selección de imágenes, GU, del billar "baresco" y la interpretación de esa institución a cargo, nada menos, que de Van Gogh y de Jacques Béraud, al que no conocía, con nuestros dos vasos en primer término añadidos por otro artista como tú. Me gusta tanto la experiencia que la próxima vez sería cuestión de que vinieras armado con tu potente equipo fotográfico para incrementar las perspectivas del local y de sus visitantes a esa hora de la tarde. Hay tema, desde luego.
    nvts

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    1. Me da vergüenza hacer ese tipo de fotos porque no tengo la caradura suficiente. Si la tuviera, otro gallo nos cantara: mi book sería "incontestable".

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  2. En la imagen superior, quizás a altas horas de la noche, la clientela que está sentada a las mesas parece ebria como dice Van Gogh (mejor dicho, parece que lleven un pedal de mucho cuidado). El café de la imagen inferior es más lujoso y con más animación, un fondo estupendo para ese primer plano y, G.U. en su aspecto más camaleónico, ha adoptado en este caso una silueta rolliza. MJ

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    1. En el cuadro de Van Gogh, van demasiado ebrios, según él. Según usted, "parece que lleven un pedal de mucho cuidado". Va a ser que sí.

      En el otro, sí, estoy más rollizo que en el Velódromo, donde según usted estaba muy flaco.

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