Y no es fácil no seguirlo, porque haciendo zaping uno se tropieza cada dos por tres con algún canal dependiente de TV3 que habla de ello madrugada, mañana, tarde y noche, en una cansina salmodia. También les confiesa que, por lo poco que ha seguido el asunto, piensa que el juez es bastante bueno y algunos de los fiscales... manifiestamente mejorables.
Los doce acusados/as, sentaditos/as en una especie de trenet / [EFE / granuribe50] |
[Eran los tiempos en que TVE empezaba a llenarse de basura ante el acoso de las cadenas privadas, especialmente de Tele 5, en la que Ana Rosa Quintana (AR) montó algo parecido, aunque con personajes anónimos. Disculpen, G.U. debe confesarles, un poco compungido, que en aquellos años veía mucho la televisión. Y, por si fuera poco, pensaba ilusionado que con la llegada de las privadas mejoraría la calidad de la oferta, por aquello de la competencia. ¡Mea culpa!]
Pero no nos despistemos, y vamos a lo que dice Albert Soler, que publicamos extractado:
«Es enternecedor ver cómo gente que no conoce la diferencia entre el Código Penal y el Código Civil, qué digo, que no conoce la diferencia entre Código Penal y Teo va al Zoo, comenta el juicio. Los lacistas —no pocos periodistas entre ellos— están absolutamente convencidos de que lo que se está celebrando no es un juicio en el Tribunal Supremo, sino un especial FAQS, supongo que en la confusión tienen que ver las horas que le dedica TV3. Celebran cualquier ocurrencia de los encausados como la celebrarían si estuvieran de público en el plató: risas, aplausos, qué bien habla Romeva, qué zasca de Turull, Junqueras ha emocionado a todos y qué orgullosos estamos de nuestros políticos. [...] No sé si acusados y abogados saben que no se encuentran en un programa de TV, en que gana quien más aplausos recibe del público o —caso de la Rahola— quien más grita e impide hablar a los demás. A la vista de sus actuaciones y declaraciones épicas pero intrascendentes, yo diría que están confusos, alguien les ha engañado y, si no en el FAQS, se creen que se encuentran en un remake de aquel ‘Tribunal Popular’ televisivo que hace 30 años nos entretenía y que, sobre todo y a diferencia del Supremo, era inocuo para los acusados. Quien seguro que no lo sabe son los catalanes que, después de leer Teo va al Zoo, se dedican a elogiar declaraciones jurídicamente vacías solo porque a ellos les han gustado. Cuando llegue el momento de escuchar la sentencia, unos y otros se darán cuenta de que lo que cuenta en un tribunal son los hechos probados y nada más. Y con la sentencia llegará el susto, llegarán los llantos y llegará la incomprensión ante una dura condena. —¿Cómo puede ser? ¡Pero si hablaron como los ángeles! Será la hora de nuestro victimismo: la sentencia estaba escrita, se la tenían jurada, Estrasburgo nos dará la razón, seguimos. No habrá autocrítica.[...] Veremos que todo lo que se ha dicho en la sala se reduce a declarar la propia inocencia, no he hecho nada, nada sabía, yo desconocía. Los tribunales de todo el mundo están llenos de acusados que utilizan estos mismos argumentos. Y también lo están, ay, las cárceles». |
Me aburren. Simplemente me aburren. Todos se escudan en una ética prolija. Todos se escudan . Todos dicen no saber nada. Todos creen en milagros. Nadie sabe de donde aparecieron las urnas, quién las compró, conque dinero se pagaron, quien repartió las papeletas...Y todo era broma, era un supuesto, un simbolismo, una necesidad de cumplir con el deseo de ¿una mayoría?.
ResponderEliminarY todo se paga con impuestos nuestros, los que creemos en la ley, la misma que ahora denostan, pero a la que reclaman su amparo cuando la necesitan.
Soy una bestia salvaje porque pienso en castellano, no lo olvidemos, así que puedo , como bestia salvaje a falta de raciocinio, creer en que la ley se cumplirá con todas sus consecuencias.
¿Qué más puedo decir?
Lo que le quede por decir, lo puede decir más alto, pero no más claro de lo que ha dicho ya. Comparto al 100% su comentario.
EliminarSuscribo todo, pero añado mi decepción por las actuaciones de la fiscal Consuelo Madrigal -titubeante, balbuciente, indecisa, como si no hubiera tenido tiempo más que suficiente para prepararse- y de la abogada del Estado (cuyo nombre no recuerdo), francamente lamentable. Ante sí tienen a unos abogados solventes que han ensayado hasta la extenuación con los acusados y, aparentemente, se están llevando el gato al agua. Tienen su mérito, porque el asunto se las trae.
Eliminarnvts
Yo, como esto ya es la repanocha, estoy empezando a pensar que da igual lo lerdos que sean los fiscales y lo mal o bien que lo hagan. Como dice Tot Barcelona, nadie sabe nada, todo era simbólico y todos esos políticos eran angelitos que lo único que hacían era sonreír (revolución de las sonrisas). Lo que nos interesa a todos es que esto se acabe cuanto antes y dejemos atrás este tipo de payasadas. MJ
ResponderEliminarG.U., pasa usted algo desapercibido en ese segundo plano. Hasta ahora no le había visto. MJ
ResponderEliminarComo verá, procuro no perderme ninguna cachupinada, aunque a veces prefiero no chupar cámara.
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