martes, 12 de febrero de 2019

Un recuerdo para Julio Cortázar

Este es el comienzo uno de los relatos más conocidos de Julio Cortázar, Carta a una señorita en París. En él, el narrador le escribe una carta a una mujer llamada Andrée que se encuentra de visita en París mientras él cuida su apartamento de Buenos Aires, que describe al detalle en este fragmento. Todo en el piso está perfectamente ordenado, y el personaje siente vergüenza de mover incluso hasta las piezas más pequeñas. El motivo de la carta, sin embargo, se debe a un problema muy raro que padece el protagonista: vomita conejitos, que han dejado el apartamento hecho un cristo.

Impagable Cortázar, que murió tal día como hoy en París hace ya ¡35 años! Un día lluvioso y triste que G.U. no olvida por la tremenda congoja que le invadió, tanto disfrutaba con todo lo que escribía y tan acostumbrado estaba a verlo perpetuamente joven, como si el tiempo no pasara para él...

Julio Cortázar, Carta a una señorita en París (fragmento); Los Relatos (1), Ritos; Alianza Editorial (1976), págs. 32-33

4 comentarios:

  1. ¡Qué patoso se siente uno al invadir el orden cerrado de otra persona! Nadie mejor para describirlo que el incomparable Cortázar...
    El Tapir

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    1. Esa sensación de extrañeza en casa ajena, sobre todo cuando la persona puede disponer de todo, pero solo se atreve a disponer lo menos posible de las cosas.

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  2. Julito es lo mas grande que hay... sin dudas... saludos...

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