Algo así se teme ahora Mikel Legarza ("Gorka" o "El Lobo") que le pueda pasar a él. Recordemos que fue captado por el CESID para infiltrarse en ETA y que gracias a su trabajo en el interior de la organización terrorista, en la que llegó a ocupar un puesto en la cúpula, se consiguió la detención de más de 300 etarras allá por 1975, antes de morir Paco (Franco). Por motivos oscuros (aunque Legarza los tiene muy claros), la banda terrorista, tocada de muerte entonces, consiguió sobrevivir y aumentar exponencialmente su volumen de atentados y asesinatos ya llegada la democracia.
Este tema del espionaje siempre le ha intrigado mucho a G.U. El tema de ETA, un poco menos, pero resulta que aquí van ensamblados ambos en una historia que tiene bastante interés y actualidad. Y Legarza tiene muchas cosas que decir, aunque seguramente calla algunas, como todos los espías cuando dejan de serlo. Pero, aún así, hoy se explaya a gusto en una entrevista en la que, entre otras muchas cosas, hace afirmaciones de este tipo:
— "La gran mentira de ETA, que ha terminado con su rendición, supone que a partir de ahora vuelvo a ponerme la pistola en el cinto y a estar listo para aquella bala que prepararon para mí hace muchísimos años, cuando a través de un pasquín con el que empapelaron todo el País Vasco decían que el pueblo nunca perdona. Me sentenciaron a muerte de por vida y no solo ETA, se referían a todos los que tengan que ver con su entorno y sus simpatizantes, incluso con alguien que quiera hacerse el héroe” — "Esta pantomima de la disolución televisada tranquiliza a los ciudadanos y todo lo que sea tranquilizar está bien, al fin y al cabo todos hemos luchado para que esto se acabe. Pero ahora queda el descontrol, que para mí es lo más perjudicial que puede pasar, desde que yo tuve que empezar a esconderme. Ahora me viene a la cabeza aquello que me dijo en su día Emiliano, mi antiguo oficial de caso, de que “Lobo serás errante para toda tu vida, tendrás que andar en la oscuridad, tendrás que vivir camuflado”. Esto me convierte ahora en un trofeo importante para cualquier imbécil, como se demostró tras el final del IRA". — "Ahora se acaban las protecciones. Yo, por supuesto, nunca dejaré de tener mi propia gente de seguridad, pero al Estado o Gobierno ya le importa un carajo, solo le importa que salga en televisión la disolución, que todo se ha acabado. Lo que ocurra de aquí en adelante les importa bien poco. Habrá algarabías callejeras, y en esas algarabías habrá heridos y muertos, con el tiempo lo veremos". — "Lo que no veré nunca, y también le pasará a muchos, es el fin real de ETA, que se producirá cuando nosotros los españoles, los guardias civiles, los policías, los militares, podamos subir al País Vasco y entrar a tomar un vino en un bar tranquilamente, pasear por las calles sin que nadie te mire mal o te insulte, lo mismo que hacemos los españoles con ellos cuando vienen al resto de España". — Etc. (ver enlace). |
Tiene más razón que un santo.
ResponderEliminarSí. Sobre todo el último párrafo
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