viernes, 18 de noviembre de 2016

La cosa alimentaria: la merienda del niño

Arturo Pérez-Reverte tiene un amigo llamado Paco (tranquilos, creemos que no es el erudito profesor Francisco Rico) que está recién divorciado y la mujer, en connivencia con abogados y amigas, le ha dejado 'en calzoncillos', para entendernos. No vamos a reproducir el comienzo de su articuento para no complicarnos la vida con el "frente violeta", ya que es políticamente demasiado incorrecto (el resto también lo es, aunque menos), algo habitual en él, por otra parte.

Hoy nos explica cómo son las tardes de Paco cuando le toca ir a buscar a su hijo al colegio y darle la merienda. A Gran Uribe le gusta esa manera que tiene de explicar las cosas, un pelín gamberra y donde no sobra ni falta nada.

El hijo de Paco, pirata
[...] «Paco tiene mala imagen en el cole de su hijo. Seguramente se debe a que el curso pasado, en la fiesta de Halloween, o de Acción de Gracias, o del Ramadán, una de ésas -Navidad o Reyes no eran, seguro, pues no se celebran para no ofender a los padres y niños no creyentes-, donde el asunto para disfrazar a los niños eran los piratas del Caribe, a Paco se le ocurrió vestir a su hijo, que le tocaba en casa ese día, con un parche en el ojo y una espada de plástico. Y cuando la profesora vio llegar al niño de la mano de su padre, lo primero que hizo fue quitarle el parche y la espada. El parche, dijo indignada, porque podía herir la sensibilidad de las personas con alguna minusvalía de visión ocular; y la espada de plástico, porque en ese colegio las armas estaban prohibidas. Y cuando Paco argumentó que los piratas llevaban armas para sus abordajes y masacres, la profe zanjó el asunto con un seco: "También había piratas buenos".

Pero la peor fama de Paco en el colegio de su hijo, piratas y parche aparte, viene de la cosa alimentaria: la merienda. No hay una sola madre con hijo allí que no sea una talibán de la alimentación sana; y como el gran enemigo de las madres progres son la harina refinada y las bebidas carbonatadas, cuando acuden a buscar a los niños todas van provistas de fruta ultrasana, zumo de papaya virgen, pan de pipas, pan integral con levadura madre enriquecida con semillas, jamón york ecológico, queso de leche de soja o tortilla de huevos de gallinas salvajes que viven en libertad, igualdad y fraternidad. 


La cosa alimentaria: la merienda del niño
Los carbohidratos, naturalmente, sólo se consienten en los cumpleaños; y según cuenta Paco, basta pronunciar la palabra Nocilla para ganarte una oleada de miradas asesinas. Al principio, dice, esperaba a su hijo en la puerta del cole con la moto y un donut o un bollicao. "Y como los otros críos miraban al mío con envidia, no puedes imaginarte el odio con el que me trataban algunas madres. Como si fuera un terrorista. Hasta dejaron de invitar a mi hijo a los cumpleaños y fiestas de pijamas". Alguna, incluso, hasta se ha chivado a la del niño: "Deberías vigilar lo que le da de comer tu ex marido". 

Así que, en los últimos tiempos, Paco y su vástago han pasado a la clandestinidad en cuestión de meriendas, utilizando entre ellos una jerga en código que los protege de la Gestapo materno-escolar. Cuando el enano sale de clase con los compañeros, ya está adiestrado para preguntar a su padre cosas como "¿Qué hay de lo que tú sabes?", a lo que Paco responde, tras mirar prudente a un lado y a otro: "Tranqui colega, ahora te lo paso". Entonces el zagal le guiña un ojo y pregunta, susurrando esperanzado: "¿Foskito?". Pero Paco mueve la cabeza: "Hoy toca zoológico", responde. Y mientras suben a la moto, clandestinamente, ocultándolo bajo el anorak de su hijo, le pasa la pantera rosa o el tigretón».


3 comentarios:

  1. Lo de las modas. Un pastelito de esos de vez en cuando no creo que sea tan insano. Pero hay que seguir lo que dicen, no darlos jamás a los niños.
    A veces es realmente difícil seguir esas modas, por no decir imposible. Como se ve que ahora la leche es malísima para los adultos y más para los adultos veteranos, probé una bebida de soja que tiene las escasas ventajas de la leche y ninguno de sus muchos inconvenientes. Mi enhorabuena a quien pueda con ella, a mí me resultó una pócima horrible. MJ

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  2. Gran y oxigenante artículo. Y hablando de ´papaítos´modernos, "reconozco el estilo", que diría mi tío Gerardo, QEPD.
    nvts

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