viernes, 30 de octubre de 2020

«La erótica del poder» y Eduard Pujol

Eduard Pujol y Elsa Artadi en los buenos tiempos
El "pobre" Eduard Pujol, una especie de oso pardo pero con aspiraciones de todo tipo, tenía ya desde hace un tiempo un problemón bastante preocupante ("preocupante", una de las palabrejas del año, junto con "perimetral"). Ese sujeto pensaba y piensa que  un agente del CNI le seguía y le sigue en patinete allí a donde vaya, como si no tuviera nada mejor que hacer ese espía. ¿O, quizás, se trataba de un facha despistado el perseguidor?

Ahora tiene otro peor: alguna mujer del JxCat o del PEDOCAT le ha denunciado por ...¡acoso sexual!, y le han obligado a dejar su acta de diputado de JxCat. Ojo con estas denuncias, porque pueden cargarlas el diablo y haber intereses oscuros detrás (él quizá dirá que es cosa del CNI para hundirlo); hoy en día cualquiera te puede hundir en la miseria por cualquier chuminada del tipo "Estàs molt maca avui", pero esta vez parece ser que tiene mucho fundamento la acusación; no deja de tener su gracia el asunto por ser quien es.


G.U. lo vio una vez en la terraza-patio de Can Deu, el casal del barrio de les Corts, una vez concluido un mitin electoral al que no asistió este bloguero, y tampoco vimos por allí al tipo del patinete. Parecía una estrella de cine, rodeado de chavalas y pelotillas. "La erótica del poder", ni más ni menos. Tipos que no valen un pepino convertidos en apetecibles stars que se creen que pueden hacer lo que les dé la gana. Pues bien, todo indica que a ese Pujol se le ha acabado la carrera política y que no van a saber qué c***  hacer con él. Hay quien sugiere, como indicábamos ayer, que pueda ser el primero en tripular una nave espacial de la NASA CATALANA, para ver si se queda por el espacio sideral y no vuelve... 

Veamos lo que dice Albert Soler, siempre tan crudo, en su artículo titulado El llacisme té la mà llarga.

«Las cosas como son, de un tipo gordo, calvo y eternamente mal afeitado que asegura haber visto a un agente del CNI siguiéndole en patinete, uno se puede esperar cualquier cosa, y ninguna buena. Al igual que confunde a un pijo o a un repartidor con un espía, puede muy bien creer que aquella señorita que le pidió educadamente la hora, en realidad le ha pedido meterse en la cama con él. Y claro, pasa lo que pasa.

El caso es que después de los episodios de acoso a ERC y a la CUP, ahora llegan los de JxCat. Al final hemos sabido que toda esta tropa no se hicieron "lazistas" para vivir bien -o no sólo-, sino para meter mano; ya escribí no hace mucho que no querían crear la Dinamarca, sino la Sodoma, del sur. Con razón repetían con sonrisa libidinosa «lo tenemos a tocar». Nosotros pensando que lo que tenían a tocar era la republiqueta y ellos estaban mirando de reojo los culos de las compañeras de lucha. Si yo fuera mujer, empezaría a correr nada más oír el inefable «lo volveremos a hacer».
Quim Torra, Eduard Pujol y Artur Mas, en olor de multitudes el pasado año / [nacional.cat / granuribe50]
»Entiendo que mientras no acaba de llegar la republiqueta, de alguna manera se han de entretener, y más cuando la espera se vislumbra más que larga, pero si no se les puede pedir contención, que tengan al menos discreción, que hay niños mirando. A este paso, dentro de poco los cargos "lazistas" acusados ​​ de acoso, tendidos en el suelo uno tras otro, llegarán hasta Waterloo y volverán. Eso sí que será la auténtica "vía catalana".

Ahora toma auténtico significado la frase de Eduard Pujol riñendo los catalanes que se quejaban de la sanidad y de que eso los desviaba de los objetivos importantes. Algunos analistas creyeron erróneamente que se refería a la independencia, pero él estaba instando a los catalanes a alcanzar el único objetivo de verdad importante: tocar muslo a la menor ocasión, y que se dejaran de listas de espera, independencia y mandangas.

Yo lo entiendo. Tanto había oído hablar Eduard de la erótica de poder, que terminó convencido de que un escaño en el Parlamento -y no cualquier escaño sino el de portavoz- equivalía a tener cola de señoritas en la puerta del despacho, y no precisamente para pedir consejo. De aquí a tomar por su mano lo que le corresponde, no hay más que un paso. Alguien tenía que haber advertido que incluso la erótica del poder tiene unos límites, mientras le ponía un espejo delante».


10 comentarios:

  1. Y los que hay dentro del reducto ¡.
    Si les viéramos tal como son darían mas asco del que dan.
    Salut

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    1. Sí, porque si pudiéramos (o quisiéramos) meter las narices allí, seguro que olía a tigre.

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  2. No, si ya tenía pinta. Y ahora qué.
    Esto si que es una inhabilitación.
    Salud

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    1. Lo va a tener crudo si quiere volver a figurar (y a intentar ligar).

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  3. Este es un tema delicado en el cual según lo que digas puedes ser crucificado "ipso facto".
    Por lo demás, ya lo dice Mateo M.: ¡qué pájaros tenéis por allí! Ni Hitchcock reunió tantos. Aunque por Madrid no andamos cortos. En cuanto a Uribe, veo que no te pierdes ni un sarao.
    Muchas gracias
    F.G.

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    1. Tengo desde hace años la agenda de saraos repleta (ahora, menos, lo reconozco)

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  4. Yo creo que es una conspiración de Madrizzzzzz y el contubernio franquista de la Transición.
    Lo del patinete eso si fue un cachondeo. No es el unico que se cree guapo por ser cargo público, o ser una carga pública, seamos progresistas y no seamos machistas.

    Un saludo

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    1. Es curioso; ahora algunos catalanes, como es el caso del ínclito filósofo Illa, donde antes decían Madrittttt ahora dicen Madrizzzzz.
      En cuanto al sujeto ese que vislumbra gente que le acosa en patinete, me parece que se le han acabado los acosos (propios y ajenos) por una buena temporada.

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  5. Albert Soler, como siempre, tan lúcido. La última frase, de antología " ...... mientrasle ponía un espejo delante." MJ

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  6. [img]https://3.bp.blogspot.com/-_mqlnZHAT_M/XALMY0MWAjI/AAAAAAAAnZA/fr27Pa0mquYKIJN8Z7EHbixn1NoF2pEhgCLcBGAs/s1600/eduard_pujol.jpg[/img]

    Ya que cita a Albert Soler, decía de él hace un par de años, en un artículo titulado "Les engrunes de l´Eduard":
    «Tiene todo el aspecto de no dejar ni una en la mesa, de abalanzarse sobre cualquier resto de comida que haya caído en el mantel, por diminuta que sea y, si hemos de hacer caso de su volumen, aspecto de hombre que está en política para engordar tanto la cartera como el abdomen».

    https://granuribe50.blogspot.com/2018/11/habla-torra-madrit-nos-ahoga.html

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