La cosa no pinta bien, todos lo sabemos; algunos de los blogs que consulta G.U. reflejan lo mismo que siente él en este momento: pesimismo cósmico, desánimo y también ciertas dosis de enojo. Lean, por ejemplo, La crisis inveterada y quizá entenderán de qué estamos hablando. Por otra parte, la prensa y las televisiones nos presentan un mundo paralelo y ficticio, centrado siempre en la anécdota, que puede ser más amable o menos, y a veces con una truculencia gratuita.
Lo que estamos viviendo en estos meses tiene mala índole. Por si fuera poco, la cadena de ocurrencias baladíes de nuestros diecisiete virreyes se suma a las de nuestro gobierno central, y el desconcierto es general. Y los del Congreso, a lo suyo, a ganarse el pan en sus plenos, mientras las generaciones de la "ESO" marcan las agendas con sus fiestecitas.
¿Qué podemos hacer? Ni p*** idea, pero sí sabemos que no nos va a bastar el bálsamo de Fierabrás, esa mítica pócima a base de aceite, vino, sal y romero, para curarnos las heridas que arrastramos, porque no son siempre físicas las que nos afectan, aunque también éstas. Uno de los parches que se le ocurren a G.U. es el de la lectura, una terapia que recomienda "sí o sí". Aunque los textos a los que nos acerquemos "expresen las más terribles desesperaciones", si están escritos con arte a uno le "devuelven, al menos momentáneamente, esa vida que había perdido", escribía Leopardi.
"La lectura de Don Quijote" Célestin Nanteuil (Museo de Bellas Artes de Dijon) |
Y ya que citamos el "bálsamo de Fierabrás", solo nos falta añadir que las lecturas que utilicemos pueden ser también de evasión, que son las que entiende la gente como más apropiadas para las situaciones a las que nos estamos refiriendo. Sin ir más lejos, pueden ser novelas de acción, de aventuras o de caballerías para aplacar el enojo, y, si se tercia, hasta nos las pueden leer otros, mientras nosotros nos tomamos unas anchoítas con su correspondiente vermut y así, aparte de levantarnos el ánimo, no pringamos el libro con churreteones de aceite. Pero dejemos que nos arroje luz el ventero del capítulo XXXII de El Quijote, «Que trata de lo que sucedió en la venta a toda la cuadrilla de don Quijote».
[...] «Y como el cura dijese que los libros de caballerías que don Quijote había leído le habían vuelto el juicio, dijo el ventero: —No sé yo cómo puede ser eso, que en verdad que, a lo que yo entiendo, no hay mejor letrado en el mundo, y que tengo ahí dos o tres dellos, con otros papeles, que verdaderamente me han dado la vida, no solo a mí, sino a otros muchos. Porque cuando es tiempo de la siega, se recogen aquí las fiestas muchos segadores, y siempre hay algunos que saben leer, el cual coge uno destos libros en las manos, y rodeámonos dél más de treinta y estámosle escuchando con tanto gusto, que nos quita mil canas. A lo menos, de mí sé decir que cuando oyo decir aquellos furibundos y terribles golpes que los caballeros pegan, que me toma gana de hacer otro tanto, y que querría estar oyéndolos noches y días. —Y yo ni más ni menos —dijo la ventera—, porque nunca tengo buen rato en mi casa sino aquel que vos estáis escuchando leer, que estáis tan embobado, que no os acordáis de reñir por entonces».[...]
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Muchas gracias por citar mi texto "La crisis inveterada", es una humildísima reflexión amarga sobre esos malos tiempos que nos venido encima. Agradezco mucho que nos recuerdes a mi admirado Leopardi que nos da un poquito de esperanza y con ánimo nos aconseja que nos fijemos en el genio del ser humano.
ResponderEliminarGracias
Me sentí muy identificado con tu "humildísima reflexión" y me ahorró el intentar hacerla yo, que siempre la hubiera hecho peor. Muchas gracias a ti, Francesc.
EliminarNo pinta bien, no. Para nada
ResponderEliminarSalu
Y que no nos falte la salu"t". Sin ella todo se ve más negro.
EliminarClaro que los textos bien escritos contribuyen a devolver esa vida, hasta a Maritornes y a la hija del ventero que no entendía mucho les encantaba oír las lecturas.
ResponderEliminarEn algunos momentos actuales el pesimismo es lo que consuela, aunque en los más optimistas no dure mucho. MJ
"Cuando oyo decir aquellos furibundos y terribles golpes que los caballeros pegan, que me toma gana de hacer otro tanto". Pues eso me pasa a mí. Si mi maltrecha rodilla lo permitiera y supiera que Torra no me iba a meter en chirona me gustaría salir a la calle a repartir mandobles. No me faltan objetivos.
EliminarYo leo básicamente porque me apasiona, así de sencillo, y de paso, poco a poco voy "desasnandome". Es curioso, dejar los estudios y empezar a leer fue todo uno, sera que me gusta llevar la contraria.
ResponderEliminarTe dejo una cita de Don Miguel de Cervantes, cuando en boca de Don Quijote le aconseja a Sancho sobre el buen gobierno de la insula Barataria; y que, a pesar de los siglos, sigue totalmente vigente en un mundo de gilipollas (con perdón).
"Nunca te guíes por la ley del encaje, que suele tener mucha cabida con los ignorantes que presumen de agudos.Hallen en ti más compasión las lágrimas del pobre, pero no más justicia, que las informaciones del rico. Procura descubrir la verdad por entre las promesas y dádivas del rico, como por entre los sollozos e importunidades del pobre.
Cuando pudiere y debiere tener lugar la equidad, no cargues todo el rigor de la ley al delincuente, que no es mejor la fama del juez riguroso que la del compasivo. Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el peso de la dádiva, sino con el de la misericordia. No te ciegue la pasión propia en la causa ajena, que los yerros que en ella hicieres, las más veces, serán sin remedio; y si le tuvieren, será a costa de tu crédito, y aun de tu hacienda."
Un saludo.
Muchas gracias, Daniel, por acercarnos esas atinadas recomendaciones del Quijote a Sancho. No tienen desperdicio.
EliminarDedico humildemente una parte muy importante de mi vida a la lectura. Sin ella, no sé vivir. Las razones de ello para mí son enigmáticas. He leído miles de libros en mi vida pero cuando me encuentro con Toni, un tío de mi mujer, que no ha leído un libro en su vida, que ha dedicado a hacer dinero y el fútbol, siento que me da cien vueltas en sentido práctico de la vida. La mayoría de las veces no sé qué decirle. Pienso que los "cultivados" tenemos más problemas de identidad a fuerza de sumergirnos en pensamientos complejos y paradójicos. Se lee para entender, pero cuanto más se lee, menos se entiende. La incultura es más poderosa que la cultura a la hora de comprender el mundo.
ResponderEliminarMe pasa algo parecido. Veo que a la gente que no ha leído ni un p*** libro en su vida le cuesta más entrar en estados depresivos y está mucho más preparada para "la vida modelna" y los asuntos de índole práctica que yo, que ya llevo unos cuantos...
EliminarEl bálsamo de Fierabrás dio mucho juego después. Incluso la poción mágica del poblado de Astérix le debe algo. Aunque yo prefiero una buena cerveza o una copa de vino.
ResponderEliminarGracias por tu comentario en mi blog.
Un saludo.
Gracias a ti. Yo soy de los que ve la botella medio vacía en vez de medio llena, tiendo al pesimismo, pero los vasos de vino me los bebo enteros y las jarras de cerveza ni te cuento. No he probado el de Fierabrás, pero éstos son buenos bálsamos para tiempos espesos.
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