La arquitecta municipal que salvó las salinas de Ibiza

Los ibicencos se debaten en una dicotomía. Por un lado quieren que se construya a saco, porque esa es la gran fuente de ingresos de la isla, la gallina de los huevos de oro, ligada al ladrillo y al turismo; pero por otra parte se rasgan las vestiduras con la llegada de turistas en masa y con los destrozos urbanísticos que se han ido produciendo en los últimos cincuenta años (quizá por ello son tan aficionados a ver fotografías antiguas, de cuando la isla estaba virgen).

Vista panorámica de ses Salines de Ibiza. Fotografía: CAT

Las salinas de Ibiza constituyen un espacio natural maravilloso, al que G.U. tiene un grandísimo aprecio. Le gusta pasear por allí, ver aves cuando las hay, hacer fotos, la playa (sobre todo si no hay gente), las dunas... Aquí tienen una vista panorámica que muestra una parte (no toda) de la zona de la que estamos hablando. Prácticamente es lo único que queda sin urbanizar en la isla (ya destrozaron lo demás). Por eso siempre ha habido una gran presión sobre ese lugar.

[Fotografía: granuribe50]

Hubo un momento en que estuvo a punto de aprobarse un plan para desecar aquello y levantar una especie de ciudad turística con capacidad para 20.000 habitantes. Por suerte, una arquitecta municipal recién licenciada y acabada de aterrizar en el municipio de Sant Josep de sa Talaia (el más corrupto), tuvo el cuajo suficiente para decir "NO". Y hoy se la ha premiado públicamente por tener el valor que tuvo entonces, soportando todo tipo de presiones y amenazas, hasta el punto de encontrarse un día con un candado en la puerta de su despacho, que le impedía acceder a él.

Leemos en Diario de Ibiza:

«En 1975, a Isabel Martínez León, entonces arquitecta municipal de Sant Josep, recién llegada a la isla y con solo 25 años de edad, la vida le puso a prueba: le llegó a sus manos un proyecto de la empresa Ibifor para urbanizar toda la zona del actual Parque Natural de ses Salines. Ella podría haber hecho lo típico de aquella época: hacer la vista gorda, callar y firmar. Sin embargo, hizo lo correcto y lo pagó caro. En las ferias de turismo todos se llenan la boca hablando de las maravillas naturales de esta isla, sin embargo los pocos pedazos que nos quedan se deben a actuaciones heroicas de personas normales que, llegado el momento, actuaron como gigantes.  El auditorio se puso en pie para aplaudir a una emocionada Isabel Martínez. Fotografía: J.A.RIERA Ayer, en Sant Josep, en el auditorio de Caló de s’Oli, se recordó a una de estas personas, a Isabel Martínez León, y el Ayuntamiento le concedió una más que merecida Medalla de Oro de Sant Josep. [...] «La intentaron sobornar, la intimidaron», relata Joan Lluís Ferrer [autor de Ibiza: la destrucción del paraíso] y confirma la propia Isabel Martínez, que explica que la propia empresa Ibifor intentó comprar su voluntad ofreciéndole cobrar una cantidad económica por cada informe favorable que emitiese. Luego siguieron la presión y la hostilidad del secretario municipal, las insinuaciones, las amenazas veladas, incluso el despido de su padre, nada de eso logró doblegar su voluntad».

Spoiler: la sucedieron en el cargo otros arquitectos municipales en Sant Josep de sa Talaia, no siempre íntegros, continuó el destrozo del litoral del municipio, sin misericordia alguna, pero nada pudieron hacer para "enmendar el entuerto" de la hoy premiada. A pesar de que se adjudicaron a la zona diferentes figuras figuras jurídicas de protección medioambiental, la presión continuó hasta que —en 2001— se aprobó definitivamente el Parque Natural de las Salinas de Ibiza y Formentera, pero continuará, nunca ha cesado del todo. 

Y todos agradecemos que aquella arquitecta municipal tuviera la honradez y la valentía de oponerse a su urbanización, en la que estaban previstos chalets entre canales, hoteles, campos de golf, etc., un poco a imitación de Ampuriabrava y otros modelos similares. Ahora es un espacio protegido, esperemos que para siempre.