Es cierto, lo hemos pensado muchas veces e incluso se llegó a hablar de ello
en este blog. Se llenan la boca con su constante "los" y "las" que vale para
todo, excepto para los mensajes negativos y críticos. Ahí, los criminales, los
banqueros, los empresarios y los jueces que aplican mal su ley son los únicos
que aparecen en los medios. Se trata de utilizar el llamado lenguaje "inclusivo" solo cuando conviene. Cuando no, pues no, y volvemos al lenguaje "exclusivo".
Lo dice mejor Alex Grijelmo en EL PAÍS de hoy, en una columna titulada
Jueces sin juezas (igual nos lo despiden, por decir algo "políticamente incorrecto"). Les hemos incluido el enlace, por si lo pueden leer (si no compraron ayer el diario, en el digital, aunque se supone que la cosa va por suscripción), pero aquí va una pequeña selección de ese artículo:
«Hemos señalado en otra ocasión la curiosa circunstancia de que personajes
públicos habitualmente duplicadores ("todos y todas", "ciudadanos y
ciudadanas") abandonan esa costumbre cuando comunican conceptos que perciben
como negativos. Por ejemplo, rara vez habremos oído "contagiados y
contagiadas" o "fallecidos y fallecidas"; ni, en otros contextos, "los
asesinos y las asesinas", "los corruptos y las corruptas", "los criminales y
las criminales" (o "criminalas", si seguimos la senda de "concejalas"); ni
tampoco "subir los impuestos a los ricos y a las ricas", "combatir a los
poderosos y a las poderosas"... o "los banqueros y las banqueras" (las
hay).
Tantas veces oímos en boca de esos políticos "los jueces y las juezas", que
resulta muy interesante esta excepción ("los jueces" y "los que la están
aplicando mal"). Tanto empeño en acuñar el femenino "juezas" como mujeres que
imparten justicia, para olvidarse de esa posibilidad en momento tan
estelar. [...]
| [Captura de pantalla tomada de EL PAÍS / Foto: Samuel Sánchez / EL PAÍS] |
La ministra [Irene Montero] decía sistemáticamente "jueces" cuando hablaba con
sentido de crítica: "Una minoría de jueces no ha aplicado bien la ley"; pero
si expresaba un mensaje positivo se refería a "jueces y juezas": "La mayoría
de jueces y juezas ha aplicado bien la ley. [...]
Quienes así hablan dan a entender subliminalmente una idea: solamente jueces
varones aplican mal la reforma. Sin embargo, relevantes magistradas
progresistas y feministas han acordado también la rebaja de penas en los más
de cuatrocientos casos conocidos.
Aquí también se produce la invisibilidad de las mujeres; pero en esta ocasión,
con el mismo lenguaje que se inventó para combatirla».
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Me es vomitivo este tipo de lenguaje, Gran Uribe 50.
ResponderEliminarUnidas Habemos es un partido que fluctua entre el totalitarismo feminista y la uniteralidad.
Lo que dicen es de obligado cumplimento y si se les insinúa otro razonamiento te llaman "machista".
No aportan nada, al contrario, desunen.
Un abrazo
Lo detesto yo también, pero va calando como sirimiri, orvallo o lluvia fina.
EliminarUn saludo.
Sí, sí, lo hemos comentado a menudo, sólo aplican el lenguaje inclusivo en los calificativos o sustantivos positivos, nunca oímos decir ladrones y ladronas y sí emprendedores y emprendedoras, no oímos decir los cacos y las cacas y sí oímos decir los profesores y las profesoras, parace que no hayan chorizas o estafadoras. Esto es una pachanga de moralistas y puritanos que no conocen nuestra lengua.
ResponderEliminarSalud
Ojo con ese lenguaje, me refiero a los cacos y las cacas. No es políticamente correcto...
EliminarPienso,que acabará esta forma de hablar, como todo pasa. A mi me gusta, a veces, emplear la diferencia, por supuesto si favorece, como reconocimiento.
ResponderEliminarSaludos
Yo no lo he empleado nunca.
EliminarYo no lo usaría nunca si tuviera una granja avícola, ¿Cómo decir eso de los pollos y las...?
ResponderEliminarSalut
Ojo, Miquel, que te veo venir...
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