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El zagal está teletrabajando, pero no le pierde ojo al libro / (Peter Wilhelm Ilsted) |
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La madre hace un alto en sus tareas para leer la prensa / (Peter Wilhelm Ilsted) |
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El padre está en otra fase, y sale fuera, pero también está leyendo / (Peter Wilhelm Ilsted) |
Lo que reflejan las imágenes anteriores pasaba a principios del XX en Dinamarca, el país de origen de
Peter Wilhelm Ilsted y de su cuñado
Vilhelm Hammershøi (1864-1916), otro pintor excelente que pintó unos cuadros muy parecidos a éstos, en los que la luz lo es casi todo. Una maravilla.
«
La luz, menudo tema. Es un asunto que viene pintiparado para cualquier ocasión, pero más ahora, en plena primavera pandémica y confinada, en la que tenemos cada vez más horas luminosas, que disfrutamos desde el interior de nuestras casas o, todo lo más, desde el balcón» (palabras prestadas de un colega al que se cita al final de esta entrada).
Pero, a todo esto, ¿qué hacen los mayores?
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Pío Baroja, Los caprichos de la suerte, Ed. Austral (2016), pág. 170 |
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El extraordinario hallazgo / Fotografía: André Kertész, 1974 |
G.U. se lo explica: algunos de ellos (no es su caso), aprovechan la franja horaria en que pueden salir de su piso (de diez a doce de la mañana) para leer algo de lo que otros han tirado durante el confinamiento, poniendo "orden" en sus casas.
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Cuarta Avenida; Nueva York (4/6/1959) / Fotografía: André Kertész |
«TODO EL MUNDO ME QUIERE, TODO EL MUNDO ME FELICITA, PERO NADIE ME VOTA» (Julio Anguita, EPD). A todo el mundo le gusta leer —como a las personas de los cuadros de Ilsted—, a todos se les llena la boca con esto de la lectura, pocos dicen lo contrario, pero casi nadie lee (y es buena ocasión para hacerlo).
Por suerte, no todos los tiran a la basura y los libros pueden llegar a tener hasta siete vidas, como los gatos. Y si no, dense un paseo por la Cuesta de Moyano, en Madrid (cuando cambie la fase). Que Dios nos la conserve (no será fácil).
[En homenaje al blog
Arquitectamos locos, del colega José Ramón Hernández Correa, que nos ha puesto en la pista].
Ostras todavía los tengo en el recibidor.... en cuando los empiece a bajar va a ser un no parar...
ResponderEliminarCreo que como a todos, nos hemos comido el espacio, y a medida que internet ha entrado en casa, las enciclopedias y afines han ido desapareciendo. El espacio, el haberlos leído, el tedio o lo malo de algunas que te recomendaron pero que no pasaron la prueba de las cien páginas de lectura han hecho el resto. He regalado mucho, pero hay obras de las que no me desprenderé. Ahora me dedico a releer: 2666, de R Bolaño es la tercera vez; apuntes, mil de filosofía, de la que te encuentras con conceptos que tenías olvidados.
ResponderEliminarPor otro lado, has citado la frase de J Anguita, es cierta, pero mira, yo pongo otro ejemplo, el de Pepe Mujica, expresidente de Uruguay, donde todo el mundo lo respeta, lo quiere y demás, pero que ya no le votaron en el 2015, después de 15 años de poder, ganando la derecha de Lacalle. ¿Porqué?, porque la gente quiere cambiar la moto por el Fiat, y este por el A8, y no ve con buenos ojos tener un WW escarabajo durante 30 años. Eso, dicen, no es progreso.
Un abrazo
salut
Los cuadros son magníficos, la luz y el resto de elementos, una maravilla.
ResponderEliminarPero yo me he fijado en la posición que adopta cada persona en su silla. La niña del primer cuadro tiene una postura, encogida y con el cuello ladeado. No sé yo si estará muy cómoda, pero seguro que no es nada recomendable para su espalda. La del niño es un poco mejor. Las personas mayores están más a sus anchas y mejor sentadas, con la espalda apoyada. Solo es una reflexión para sentarse bien y cuidarse. Dicho esto, esos cuadros son una belleza se miren por donde se miren.
Es que durante este confinamiento, no he oído decir nada respecto a cómo sentarse bien y eso que nos hemos tirado un montón de horas en el sillón.
Yo también tengo la tira de cosas en cajas para tirar. MJ
Me gustan mucho los cuadros, sobre todo el de la niña leyendo un libro y el de la mujer con el diario. ¡Cómo se aprovechan los rayos de sol en los países donde no abunda! Aquí en seguida estamos cerrando persianas huyendo de él.
ResponderEliminarLo de los libros es un problemón que tengo yo también. No me gusta releer y los que uno compra no siempre merecen ser conservados. Tampoco hay que hacer mucho caso a los que le recomiendan a uno, sean amigos, conocidos, periodistas o críticos de literatura. Esto es personal e intransferible.
Muchas gracias
F.G.
Muy buena entrada, Uribe. Y gracias por ese homenaje a la Cuesta de Moyano, en peligro inminente de desaparición.
ResponderEliminarUnos cuadros preciosos, gran Uribe. La luz y la ambientación, geniales. No se cansa uno de mirarlos. Pero en lo que no había reparado yo era en las posturas. Muy observadora MJ, y muy oportuna, al advertirlo. Resulta extraño que nadie, o al menos yo nada he oído, nos haya alertado al respecto. Y falta hacía, desde luego. Nuestra espalda lo agradecerá.
ResponderEliminarMe llaman la atención los techos tan altos, que dan tanto aire a los cuadros, un aire bañado por la luz precisa para leer. Además, esta luz se concentra en el suelo tocando el secreter en los dos primeros cuadros, como si el pintor quisiera realzar este mueble de este modo. ¿Por qué será? ¿Qué contendrá el secreter?
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