martes, 4 de abril de 2017

Un pequeño homenaje de G.U. a Moneo

Hoy va de Arquitectura, amigos. En los primeros años setenta, Rafael Moneo ya era un mito entre los estudiantes de arquitectura de la Escuela de Barcelona. Gran Uribe no tuvo la suerte (o la desgracia, porque era un 'cabroncete') de tenerlo de profesor, ya que le tocó al otro grupo. Fue muy respetado entonces, incluso por esa partida de piratas que tomaron la Escuela por aquellos años anteriores a la muerte de Franco, cortando la cabeza (metafóricamente hablando) a cualquier profesor que tuviera mucha clientela en su despacho o hubiera levantado algún rascacielos. Aquello fue una auténtica masacre, de la que algún día hablaremos, porque se cometieron muchas injusticias en aras de nada.

Pues bien, Moneo se salvó, porque estaba limpio, destilaba honestidad y quizá también porque su único proyecto conocido por aquel entonces era el del Edificio Urumea, en San Sebastián, una maravilla de integración en un entorno complejo, aunque ha sufrido las modificaciones habituales en estos casos (el cierre de terrazas con aluminio o PVC es lo corriente).

Edificio Urumea, San Sebastián (1969-1973) / Rafael Moneo (en colaboración con con  Marquet, Unzurrunzaga y Zulaica)
[granuribe50.blogspot.com.es (4/4/2017)]
Luego vino todo lo demás, el maravilloso Museo Romano de Mérida, el Ay Untamiento de Logroño o el de Murcia, la ampliación del Prado, otros proyectos un punto fallidos, quizá porque es un sujeto que arriesga siempre, y... ¡el Kursaal! (por cierto, al que deberían limpiar los cristales de cuando en cuando).

Edificio Urumea y Kursaal (Rafael Moneo)
[granuribe50.blogspot.com.es (4/4/2017)]
Río Urumea y Kursaal (Rafael Moneo)
[granuribe50.blogspot.com.es (4/4/2017)]
Río Urumea y Kursaal (Rafael Moneo) / [granuribe50.blogspot.com.es (4/4/2017)]

Carme Pinós, una arquitecta lúcida, dijo de él hace un par de semanas que era un profesional 'sin estilo' porque, a diferencia de otros que imponen a priori su propio lenguaje de formas, sea el encargo que sea, él estudia el asunto a fondo (es un tipo culto, no como otros) y adopta las soluciones acordes al tema, sin imponer prejuicios estilísticos previos.

En fin, séase como fuere, Gran Uribe ha estado hoy en sitios estupendos de esta maravillosa ciudad y ha hecho muchas fotografías (las dejaremos para otro día), pero no podía pasar por San Sebastián sin rendir un modesto homenaje a ese gran maestro de la arquitectura.

6 comentarios:

  1. Me gusta.
    Nada que ver con el ampuloso Calatrava.
    Salut

    ResponderEliminar
  2. Muy atinada la observación de Carme Pinós referida a Moneo (un arquitecto "sin estilo"), una definición que podría interpretarse como peyorativa, pero que, para mí, es la mejor alabanza que se puede hacer de este profesional. Hay demasiados colegas suyos (y míos) empeñados en "imprimir su sello" a toda costa en todo aquello que tocan, uno de cuyos mejores ejemplos es el que cita Tot Barcelona en su intervención (Calatrava).
    El Tapir

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Completamente de acuerdo, Jose María. Hay que añadir que Carme Pinós no lo decía en plan peyorativo en absoluto sino con admiración y casi con envidia, quizá porque ella es de las que deja entrever su estilo propio rápidamente (véase el Centre Cultural "La Pista", en Hostalets de Balenyà).

      Eliminar
  3. Bonito el sobrio Kursaal. En las antípodas del rebuscado Guggenheim-Bilbao (en la modestísima opinión de alguien "naïf" en arquitectura).

    ResponderEliminar
  4. Casualidades, el sábado mismo estuvimos tomando un café en la cafetería del Kursaal. De noche está muy bien por la iluminación, pero de día pierde mucho para mi gusto.
    Mateo M.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, de día pierde un poco. Además, deberían quitar el polvo a los cristales más a menudo para que luciera más.

      Eliminar