Se ha escrito mucho sobre ese día, cursiladas la mayoría de las veces (aquí somos propensos), olvidando que en el fondo estamos hablando de pelas simulando hablar de libros, pero ha habido una aportación que ha interesado mucho a G.U., quizá porque llevaba este sugerente título: El lector de Salgari (el escritor que llenó su infancia).
Recordando que dos de los libros más vendidos han sido precisamente los de Xavier Bosch y Pilar Rahola, 'ambos dos' muy habituales en TeVen3, Ponç Puigdevall escribe un curioso artículo (en catalán en el original), con un punto de retranca acerca del alcance de esa diada y de los libros mencionados.
No olvidemos que, además de gran crítico literario, se trata de un novelista. Como tal, aporta un poco de ficción al proclamar que, en ese anuncio que publicamos más abajo, el comprador quería adquirir "todas las novelas de Salgari", cuando en realidad el abanico era más amplio; tampoco todos los anuncios delatan necesariamente miseria, como él afirma. Bien, mejor que leamos a Puigdevall:
«Ahora que las rosas de Sant Jordi ya se deben de empezar a marchitar, quizás hay que señalar que el Día del Libro, una efeméride que no es patrimonio exclusivo de Cataluña, está concebido como una jornada que aspira a recordar que los libros se escriben para ser leídos: "Los libros de la biblioteca no tienen letras. Cuando los abro surgen ", escribió Borges.
Es de suponer que a los lectores que han comprado "Nosotros dos" o "Rosa de ceniza", por ejemplo, no les importa mucho la calidad de la escritura de Xavier Bosch o Pilar Rahola, pero es lícito creer que a la hora de llevarse estas novelas les animaba la convicción de que durante la lectura se sentirían arrebatados por un atractivo irresistible, y que en las páginas que irían pasando encontrarían una capacidad infinita de edificar sueños; que tanto Xavier Bosch como Pilar Rahola les fascinarían.[...]
Fragmento de la página de anuncios de La Vanguardia del 28 de diciembre de 1938 |
Enlace: El lector de Salgari
No me expliqué bien. El Ateneo barcelonés es el lugar donde (en "Don de lenguas") se encuentra la clave para resolver el crimen. Me pareció curioso, porque por la descripción que se da en el libro, me lo imaginaba más o menos como muestran sus imágenes. La novela transcurre en Barcelona. MJ
ResponderEliminarOstras...que interesante ¡¡
ResponderEliminar