miércoles, 14 de octubre de 2015

Viggo Mortensen y el coraje moral

Francesc de Carreras no sabe quién es Viggo Mortensen. Gran Uribe, tampoco. Sin embargo, además de admirar su belleza al ver la foto, comparte al cien por cien sus palabras, hasta el punto de que, a modo de homenaje, se siente capaz de acudir a ver sus películas, las buenas, las malas y las que sean solo regulares.

Esta especie de revolución festiva y amigable de las sonrisas va adquiriendo cada vez más mala leche conforme piensan que se acerca ya la hora de repartir la tarta y no hay todavía quorum suficiente. ¡Defínete, coño!, se instaba en los años setenta a todo aquel al que se intuía algo tibio. Y ahora, algo parecido: "O estás con nosotros o estás contra nosotros", un mensaje elemental y cavernario que hace furor. Y muchos somos cómplices de callarnos, empezando por Gran Uribe.

Dice Francesc en su artículo El coraje moral:

«No conocía al actor Viggo Mortensen ni de nombre, tal es mi desconocimiento del cine actual. Pero fue entrevistado en La Vanguadia hace unos días y una respuesta me llamó mucho la atención. Se le preguntaba: “¿Qué admira en los otros?”. Y respondía: “El coraje moral, no dejar de hacer o de decir lo que piensas por miedo a convertirte en enemigo de tus amigos o amigo de tus enemigos. No ser presa de ideologías, de ideas preconcebidas o de lo que piensen los demás sobre ti”.


Viggo Mortensen


Y continúa:

Cuando se dice que, a consecuencia del proceso separatista, la sociedad catalana está partida por la mitad, dividida y fracturada, no significa que haya dos bandos claros en continua lucha entre ellos sino que en un bando ha faltado y, con excepciones, sigue faltando, coraje moral, es decir, arrestos suficientes para que en un tema, un solo tema, el monotema, decir lo que se piensa sin miedo a que te pueda convertir en enemigo de tus amigos o amigo de tus enemigos.

Francesc de CarrerasEn una sociedad liberal, las ideas de cada uno no pueden ser objeto de coacción alguna y pueden expresarse con total libertad. Por tanto, no hace falta coraje moral, decir lo que se piensa es lo normal. En la mayoría de las cuestiones, la sociedad catalana es liberal: uno puede ser lo que quiera, opinar como le dé la gana, ser de derechas o izquierdas, religioso, ateo o agnóstico, heterosexual u homosexual, es liberal en todo menos una cosa: en el nacionalismo, la identidad, la lengua catalana, ahora la independencia, todo eso.

En este punto, media Cataluña es profundamente antiliberal y a quienes no piensen en voz alta como ellos, es decir, de acuerdo con los cánones oficialmente prescritos, se les deforman sus ideas hasta extremos grotescos, se les amenaza para infundirles miedo y, si no rectifican su conducta, de forma directa o indirecta, genérica o concreta, se les expulsa de la comunidad. Esto es así hoy, esto es así desde hace muchos años. Un ejército de escribanos al servicio del régimen, amparados en el poder autonómico y con grandes medios a su disposición, se encarga de ello».[...]

Bueno, etcétera. El artículo sigue incidiendo en este asunto con esas dotes de cirujano que, sin serlo, adornan a Francesc de Carreras. Un hombre que, si "por un casual" no existiera, tendríamos que inventarlo. Gracias, Francesc de Carreras, por lo que haces.


4 comentarios:

  1. La última película de Viggo Mortensen "Lejos de los hombres" basada en un relato de Camus, me la han recomendado. La respuesta del actor en la entrevista de La Vanguardia, buenísima en las actuales circunstancias, más fácil de seguir para los que van por libre. El artículo de Francesc de Carreras estupendo, claro, acertado, elegante, como siempre. Él y algunos otros sí que dicen lo que piensan, afortunadamente, cada vez van siendo más. MJ

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  2. Reconozco que soy una cobarde. Sólo digo lo que pienso ante los que sé que coinciden, pero en una comida/cena/reunión heterogénea la mayoría parece que pisemos huevos cuando tratamos ciertos asuntos que se "acerquen" al Monotema, aunque sea de lejos. Es absurdo en un país que se dice democrático, pero así estamos. A pesar de ello, como todos nos vemos mutuamente el plumero, he dejado de tratar a un puñado de personas: su compañia me (les) resulta incómoda, lo que favorece, en el mejor de los casos, un lamentable alejamiento.

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  3. Magnífico artículo, gran Uribe. Bravo por Viggo Mortensen, y bravísimo por Francesc de Carreras. Hace un análisis muy claro y certero, desde mi punto de vista, de lo que está pasando aquí y ahora. Se agradecen, y muy mucho, sus palabras atinadas y valientes. Un alivio, y un aliento.

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  4. Me ha gustado mucho la definición de F. de Carreras de sociedad fracturada.
    Hasta ahora no compartía el significado que se había estado usando porque conozco la sociedad catalana y creía ver en la expresión cierto sesgo alarmista e interesado, en cambio, F. de C. le da ese matiz que describe la situación actual con precisión: la mitad de una comunidad se calla por miedo a las consecuencias sociales, laborales...
    A veces, pienso si no será que la tortilla ha cambiado de lado y los que antes callaban ahora no y viceversa, pero creo que no, que la presión social y mediático - gubernamental (me refiero a la Generalitat y tentáculos varios) es actualmente mayor y mucho más agresiva de lo que en democracia había existido hacia los que se declaraban indepes en tiempos no tan lejanos.

    Gracias Francesc y gracias a el Gran Uribe por ayudarnos a entender mejor la realidad.

    Vh

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