El misterio generado en torno a la caja fuerte del alto cargo de la Generalitat detenido por la trama del 3% ha quedado desvelado hoy: Josep Antoni Rosell, director general de Infraestructures.cat, guardaba 80.000 euros en efectivo en la caja que, presuntamente, entregó a un amigo tras los registros en la fundación de Convergència (CatDem) del pasado mes de agosto. ¿De dónde procedía ese dinero? ¡Ah...!, como diría Ferran Monegal.
Artur Mas se ha jactado de la impecable transparencia del proceso de adjudicación de obras. Puede ser. El problema radica en la subjetividad a la hora de aplicar los baremos a cada empresa aspirante, según sea 'pagana' o 'no pagana'. En efecto, la Fiscalía Anticorrupción atribuye a Rosell un papel fundamental en ese asunto: el número dos de Infraestructures.cat —la mayor licitadora de obra pública de la Generalitat— daba instrucciones, presuntamente, para modificar las puntuaciones técnicas de las ofertas que se presentaban a concurso. De esa forma, beneficiaba a aquellas compañías que hacían donaciones a las fundaciones controladas por el partido (CatDem y Barcelona Fòrum). Y de ahí... al partido o al bolsillo.
Bueno, el caso es que la apertura de la caja fuerte de Josep Antoni Rosell llevó más problemas de los previstos. Para empezar, el director de Infraestructures.cat no reconoce por ahora que sea suya y guardó silencio cuando los agentes le preguntaron el código para abrirla. Es ese el momento en que se decidió encargar la tarea a Ceforinoxa, una empresa de cerrajería "líder en el sector". Al fin, llegado el turno del cerrajero, la cosa se complicó más todavía, y no por los problemas técnicos que pudiera presentar esa apertura. La diligencia estaba prevista para las 9 horas, pero no comenzó hasta pasado el mediodía. ¿Por qué motivo? “El cerrajero quiere cobrar por adelantado”, dijo un guardia civil, "y allí nadie aflojaba la mosca".
Cualquiera se fía. Lo primero es lo primero.
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