"En un país como España, donde dos de cada diez universitarios están en alto riesgo de padecer desórdenes alimentarios como anorexia o bulimia, la sospecha de que la ahora Reina Letizia sufre de la primera de estas enfermedades ha puesto los pelos de punta a la Casa Real española".
Bueno, a nuestra flamante Alteza Real parece que le pasa algo. Quizá tantos años metida en esa familia de locos, esperando su momento, nos la han acabado de desquiciar. A ver si ahora, con la recién estrenada corona y ese viaje a Marruecos con ágapes tan suculentos como el de la fotografía, nos engorda un poco y, más contenta, le puede escribir discursos optimistas al pobre Felipe.
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Letizia vuelve a Oviedo, tras la cena con Mohamed VI |
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Cena oficial junto a Mohamed VI y la princesa Lalla Salma |
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Era el día que se acababa el Ramadán y aprovecharon la ocasión para "
menjar-se un bon tiberi", como dicen los catalanes. Los comensales tomaron inicialmente unos dátiles acompañados de agua para acostumbrar el estómago a la ingesta de alimentos después de numerosas horas de ayuno.
Posteriormente, los invitados a la cena probaron todo tipo de guisos de carne y pescado, potajes, empanadillas, además de una amplia selección de dulces elaborados con hojaldre, frutos secos y miel. "Harira", "Briouat", "Seffa", "Cuscús", "Tajine", etc., etc., etc.
Realmente, a juzgar por los bracitos de la pobre Letizia, parece que el Ramadán lo haya hecho ella... Saludos,
ResponderEliminarEl Tapir
En efecto, así lo parece, y ese bracito no engorda únicamente con una buena cena como la que le ofreció Mohamed.
EliminarNo basta un Ramadán ni dos para dejar el bracito, como usted lo llama, en esas condiciones tan precarias.
EliminarAlgo tiene de positivo: en los presupuestos de la Corona, el capítulo "alimentación" será igual a cero.
Patético personaje. Inspira compasión. La corona no parece que le esté sentando demasiado bien, muy al contrario que a su compañera Máxima de Holanda.
ResponderEliminarLudita