Asistencia a la cadena catalana

La Generalitat, la ANC y Òmnium inflaron desorbitadamente los datos de asistencia a la Via Catalana cap a la Independència

"El Gran Timonel" afirmaba muy ufano hace unos meses: "Si hemos demostrado que podemos poner a dos millones de personas en las carreteras de Cataluña, ¿alguien cree que no somos capaces de parar la economía catalana durante una semana?" (minuto 2´55¨ del video).
Aquella cifra le extrañó bastante a Uribe porque, sin ser catedrático de Estadística, domina las cuatro operaciones aritméticas básicas y la regla de tres. Si una persona cogida de la manita de otras dos ocupa más o menos un metro, dos millones de personas ocupan dos millones de metros, o sea dos mil kilómetros. Exactamente la distancia que hay entre Alcanar (primer eslabón de la cadena, con Carod Rovira y Lluis Llach) y Viena.
Si nos atenemos a la más modesta cifra de un millón seiscientos mil, llegamos solo hasta Munich, lugar de trabajo de Guardiola [¡ándate con ojo con ese tío, Junqueras!], último eslabón de la cadena... ¡Qué bella estampa hubiera sido una cadena iniciada por Lluis Llach y acabada con Josep Guardiola a mil seiscientos kilómetros de distancia!


En todas las manifestaciones se inflan las cifras, pero sumar un millón "por la patilla" no se hacía todos los días, desde tiempos de Franco en la plaza de Oriente. Además, esa "inflación"  ha sido utilizada casi como en aquellos años, hasta el punto de montar toda una leyenda sobre este asunto, base de mucho de lo que ha pasado después.
No será de extrañar que ya se esté incorporando esa especie de "récord Guiness" a los libros de historia que estudiarán nuestros pobres alumnos el próximo curso. Hay que prepararles para el futuro.
En fin. "Es... la historia", amigo Tapir y amiga Ludita. O: "Es lo que hay", como se dice ahora.

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