lunes, 25 de noviembre de 2019

Calentando motores para la Navidad



Justamente hoy, 25 de noviembre, falta un mes para la Navidad. Los telefilms se llenan de bolitas de colores, guirnaldas, abetos y mensajes entrañables de gente siempre amable y sonriente. Y los anuncios de la televisión, de colonias para hombres duros y mujeres peligrosas. La semana del Black Friday arranca llena de ímpetu y todo nos indica que hay que empezar a pensar en los regalos que haremos esos días. Y el que no los haga... corre el peligro de "quedar como un cerdo". Estamos en los inicios del mes que G.U. más detesta del año. No quiere regalitos, ni darlos ni recibirlos, pero...

Y empieza también el desfile de cursilerías varias, una tras otra o todas juntas. Un horror. Pero este año, por si fuera poco, hay una novedad con la que no contábamos: ¡los villancicos dedicados a los "presos políticos"! (?). La nota triste.

Uno siente autocitarse, una vez más, pero es que todo figura en este blog, qué le vamos a hacer. Lo decíamos anteayer:

«Toda ella bastante tendente al sentimentalismo lacrimógeno y a una dulzona cursilería». 

[Nos referíamos a la hinchada del flatulento Torra y del Nen Jesús de Waterloo. No se suministran subtítulos en español].

10 comentarios:

  1. No puedo con ella no he podido verlo completo, aunque la de la barretina con coleta tiene su "que"....quien avisa no es traidor !!

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    1. A mí me pasa igual, pero tiempo tendremos a lo largo de estos días de aguantarla entera...

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  2. Me niego.
    Me niego a sentir vergüenza ajena.
    Salut

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    1. No creo que les dé la más mínima vergüenza montar estos entrañables numeritos, al contrario.

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  3. La mano derecha de la morenita de la bufanda amarilla es un poema. Tremebundo. ¿Hay futuro? MJ

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  4. Fot fàstic. Fa vergonya ser d'aquesta petita terra tan desgraciada.

    Nos toca soportar, amigo Granuribe, es como una enfermedad con sus calenturas y sus secuelas.
    Salud

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    1. ¡Qué remedio! Soportaremos, aunque a veces preferiría hacerlo desde más lejos.

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  5. Desde hace un tiempo, cuando me preguntan de donde soy respondo: "de una parte de la península ibérica de cuyo nombre no me acuerdo". Ya no me atrevo a hablar de Cataluña ni de Barcelona de un tiempo a esta parte, es cosa de la vergüenza ajena, que siempre me ha afectado mucho.

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    1. Yo suelo decir que soy de un lugar de la Mancha llamado Albacete, porque me da un poco de vergüenza decir que vengo de aquí. Hay un problema: si se trata de un hotel se dan cuenta en seguida de la impostura (por el DNI).

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