martes, 14 de marzo de 2023

El Premio Pritzker de Arquitectura 2023 y el confinamiento

Tal día como hoy, tercer aniversario del inicio "oficial" de la pandemia del Covid, o una semana antes o después, se trasladó David Chipperfield, el flamante y merecido Premio Pritzker de Arquitectura 2023, a pasar el confinamiento en esa casita entre medianeras que se había hecho construir veinte años antes frente al mar, en Corrubedo. Se trata de un modesto pueblecito marinero en el gallego Concello de Ribeira, que está situado dentro de un parque natural, con sus hermosas playas, sus gaviotas, sus dunas y los equilibrados paisajes de las costa atlántica. Un buen lugar, sin duda.

Ahora, con eso del premio Pritzker, a los lugareños les ha tocado también la lotería en lo económico, que no en la tranquilidad que siempre tuvieron y están empezando a perder. Lo decimos porque se está construyendo mucho y el visiteo es incesante, bastante del cual acaba recalando en un bar de pueblo que arregló el propio arquitecto, "Bar do Porto". En él dan un pulpo a feira para chuparse los dedos. También ha reformado otras casas del pueblo en las que dar cobijo a sus numerosas amistades, que suelen visitarlo cuando se encuentra allí.

"Bar do Porto", en Corrubedo

Su casa es "un prodigio de elegancia y de equilibrio entre la expresividad [...] y el respeto por el entorno", en palabras del estimado bloguero @arquitectamos, una afirmación que compartimos. En realidad, es el proyecto de este premiado arquitecto que más agrada a G.U., a pesar de su modestia. El problema es que, a diferencia de un edificio público, uno no tiene posibilidad alguna de recorrerlo por dentro (¡afortunadamente para Chipperfield...!).

Les ofrecemos unas imágenes (pocas, para no aburrirles, este no es un blog de arquitectura), acompañadas de los planos, tan mudos y faltos de información como viene siendo habitual (en ellos, no se sabe por dónde se entra, cómo giran las puertas (que no se representan), el sentido de ascenso de la escalera, nada, pero quedan bien, y se agradece que rellene las paredes de negro).

Corrubedo, con la situación de la casa de David Chipperfield / Fotografía: Salva López
La casa de David Chipperfield, en Corrubedo, al anochecer / Fotografía: Salva López
 (Destacan iluminados el frente acristalado en la planta baja y la terraza en la planta primera)
No tuvo mala idea David Chipperfield en pasar esos meses enclaustrado en un lugar así, con vistas al mar y a las cimbreantes barcas. El propio G.U. no le hubiera hecho ascos a pasar aquella época tan triste en todos los aspectos en semejante enclave (algún familiar muy próximo falleció entonces y no pudo despedirlo). 

[Y, por cierto, ya que estamos hablando de cómo pasó el confinamiento el premiado Chipperfield, no estará de más recordar que mañana, 15 de marzo, es el Día Internacional del Covid Persistente, que afecta en España a más de un millón de personas, que se sepa —debe de haber muchos más— (y que no se olvide, porque la Administración, los medios de comunicación y los propios médicos no quieren saber nada del asunto y procuran ignorarlo)].
Fotografía: Salva López




Pero del mismo modo que le gusta esa casa y algunos otros edificios de ese arquitecto, debe confesarles que en su obra en Barcelona —"La Ciudad de la Justicia"— le marea un poco tanta ventanita oblonga (unas once mil quinientas), sobre todo cuando pasa por delante camino de Castelldefels, un trayecto que hace a menudo (no cuando va a declarar ante un juez, como testigo o encausado, ya que se trata de un lugar en el que todavía no ha entrado nunca, toquemos madera).
"La Ciudad de la Justicia" (Barcelona) / David Chipperfield y Fermín Vázquez, arquitectos
"La Ciudad de la Justicia" (Barcelona) / David Chipperfield y Fermín Vázquez, arquitectos
[Ese proyecto lo hizo en colaboración con Fermín Vázquez, el autor de "Los Encantes", una obra que no agrada mucho a G.U., cuya chirriante cubierta ha servido para aumentar el caos arquitectónico y urbanístico del entorno de la plaza de Les Glòries, parece que por fin acabada. No sabemos en qué tanto por ciento del diseño de la ciudad judicial incidió el mencionado Fermín Vázquez].
Edificio "Els encants" (Barcelona) / Fermín Vázquez, arquitecto
Fotografía: Simón García

6 comentarios:

  1. Es evidente que la escala mucho más humana y humanista del edificio de Corrubedo atrae más que esas mazorcas cúbicas barcelonesas. Una está destinada al placer de vivir y la otra a ver qué hacen con los que no dejan vivir a los demás. Pero, dicho esto, tampoco me desagrada del todo, pues la combinación de esos parelelepípedos y el ritmo intenso de las fachadas dan un fuerte carácter al conjunto.
    Claro que si en una se puede comer un pulpo "a feira" mirando al mar, ríete de ritmos y paraleladas de esas.
    Mateo.

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    1. Comparto tu opinión, me gusta el edificio de Corrubedo y está bien lo que dices de la "Ciudad de la Justicia", pero tanta ventanita me marea...

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  2. A mi los Encantes, me gusta, en general todo lo hecho en la nueva Glorias.Un espacio,para descansar,tomar el sol en hamacas y darse una vuelta en bici.
    Saludos.

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    1. Hace tiempo que no voy por allí, no me muevo con tanta soltura como tú, cual Ícaro a pie de calle, con tu bicicleta. Pero el sol prefiero tomarlo en otra parte, la verdad.
      Saludos.

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