Mirlos (su canto nos encanta, valga la redundancia, ya lo hemos dicho otras veces), tórtolas, gorriones, algunas urracas, todas esas aves aparecen estos
días de cuando en cuando por el patio de manzana de donde vive G.U. Y ahora ya
están volviendo golondrinas y vencejos, las oímos y vemos revolotear al
atardecer. Sabemos que son temas menores, que hay asuntos inquietantes, dolorosos, pero aquí están todas estas aves para aliviarnos un poco la existencia.
Las fotografías adjuntas (salvo la de los gorriones) están tomadas el treinta de marzo de 2022, justamente hace un año. Hoy estábamos apostados por si acaso pillábamos
alguna buena imagen, pero no ha sido posible, no nos hemos pasado el día espiando su aparición. En cualquier caso, la primavera es eso que
tiene: un buen momento para las aves, aunque sea en lugares urbanos, con
chimeneas de ventilación, paredes medianeras, bajantes... ¡Qué mérito tienen! Aquellas que se fueron, siempre vuelven puntuales a los mismos lugares, por inhóspitos que nos parezcan.
Mirlo cantando / [granuribe50 (30/3/2022)]
Mirlo cantando / [granuribe50 (30/3/2022)]
Una pareja de tórtolas / [granuribe50 (30/3/2022)]
De todos, prefiero el mirlo. Es matinero, siempre sobre las seis de la mañana. Le gusta cantar desde lo más alto y desde allí no se lo que busca , pero seguro que dice que aquel es su terreno.
PD: Sólo hay un mirlo blanco, está en Madrid, se llama Sánchez.
Me encanta el mirlo y sus cantos, el negro y el más parduzco (la mirla). Un ser extraordinario ese al que te refieres, fuera de lo común (como los mirlos blancos), rodeado de tiralevitas que le ríen las gracias por los pasillos, en los mítines, en el Congreso. Da gusto vivir así, rodeado de pelotillas.
Me despiertan los mirlos, cada día. Acompañados de los pitirrojos con un sonido fino, pero fuerte para su pequeño tamaño. El morreo continuo de las tórtolas, donde la hembra (un poco más pequeña, que el macho) ,picotea la cabeza pidiendo sexo, es insaciable, a veces son tres(una hembra y dos machos),formando trio. No he visto una criatura, más caliente. Las urracas, en pareja ,pero más decentes. Parecen unidas, sólo para cubrirse las espaldas,vijilando una a la otra y a la menor señal de peligro salir volando. Saludos.
El patio interior de manzana es un lugar tranquilo. Acuden esas aves que a los urbanitas nos alegran las mañanas. Me gustan tanto como los semáforos, el aroma de los cafés y la cuadrícula de l'Eixample. Yo, por mi parte, desconecto unas semanas, seguramente veré otras aves y algunas cabras. Saludos.
Los patios interiores de manzana ofrecen posibilidades, para contemplar pájaros o, en plan "La ventana indiscreta" de Hitchcock y emulando a James Stewart, descubrir asesinatos armado de binoculares y cámara de fotos. [img]https://www.lavanguardia.com/uploads/2020/04/02/5fa8fc39b3f47.jpeg[/img] No me gustan las despedidas, aunque sean por un lapso breve de tiempo. Me da envidia tu plan, porque sé que disfrutarás de ese tiempo desconectado en ese árido páraje, con aves y cabras. Te esperamos pronto por aquí. Un abrazo.
De todos, prefiero el mirlo. Es matinero, siempre sobre las seis de la mañana. Le gusta cantar desde lo más alto y desde allí no se lo que busca , pero seguro que dice que aquel es su terreno.
ResponderEliminarPD: Sólo hay un mirlo blanco, está en Madrid, se llama Sánchez.
Me encanta el mirlo y sus cantos, el negro y el más parduzco (la mirla). Un ser extraordinario ese al que te refieres, fuera de lo común (como los mirlos blancos), rodeado de tiralevitas que le ríen las gracias por los pasillos, en los mítines, en el Congreso. Da gusto vivir así, rodeado de pelotillas.
EliminarMe despiertan los mirlos, cada día. Acompañados de los pitirrojos con un sonido fino, pero fuerte para su pequeño tamaño. El morreo continuo de las tórtolas, donde la hembra (un poco más pequeña, que el macho) ,picotea la cabeza pidiendo sexo, es insaciable, a veces son tres(una hembra y dos machos),formando trio. No he visto una criatura, más caliente.
ResponderEliminarLas urracas, en pareja ,pero más decentes. Parecen unidas, sólo para cubrirse las espaldas,vijilando una a la otra y a la menor señal de peligro salir volando.
Saludos.
Los petirrojos no han llegado a mi patio y bien que lo lamento. En cuanto a los otros, son tal cual lo explicas...
EliminarSaludos.
El patio interior de manzana es un lugar tranquilo. Acuden esas aves que a los urbanitas nos alegran las mañanas. Me gustan tanto como los semáforos, el aroma de los cafés y la cuadrícula de l'Eixample.
ResponderEliminarYo, por mi parte, desconecto unas semanas, seguramente veré otras aves y algunas cabras.
Saludos.
Los patios interiores de manzana ofrecen posibilidades, para contemplar pájaros o, en plan "La ventana indiscreta" de Hitchcock y emulando a James Stewart, descubrir asesinatos armado de binoculares y cámara de fotos.
ResponderEliminar[img]https://www.lavanguardia.com/uploads/2020/04/02/5fa8fc39b3f47.jpeg[/img]
No me gustan las despedidas, aunque sean por un lapso breve de tiempo. Me da envidia tu plan, porque sé que disfrutarás de ese tiempo desconectado en ese árido páraje, con aves y cabras. Te esperamos pronto por aquí.
Un abrazo.