Que a G.U. le gustan los pájaros, por sencillos que sean, es un secreto a voces. Aquí lo hemos contado
en bastantes ocasiones: los mirlos, las golondrinas, los vencejos, las urracas, las tórtolas, las aves zancudas... Las palomas, menos.
Quizá es más desconocida su afición al oboe. Le gusta mucho su timbre. Además de
los de Albinoni y el de Marcello, que por supuesto, el gran J.S. Bach tiene un concierto para
oboe d´amore que nos entusiasma (el BWV 1055), sobre todo el Allegro que
lo abre y que les hemos ofrecido más arriba (conecten el altavoz, please).
El padre Joaquín, un personaje de La forja de un rebelde, de
Arturo Barea, tenía también esas dos aficiones, como se podrá comprobar en el texto que
adjuntamos más abajo, además de alguna otra.
Bach: Concierto para Oboe D'Amore No. 4 en La Mayor, BWV 1055, I. Allegro
[granuribe50]
También es un secreto, pero no a voces, porque no lo ha revelado nunca, que
había un jesuita que en la hora de estudio le disparaba de manera sorpresiva a G.U. con la punta de
los dedos en el cogote cuando le pillaba distraído, algo que le sucedía a veces.
El repentino impacto resultaba bastante doloroso y altamente disuasorio. Uno tardaba en
recuperarse del shock, mientras el curita seguía pasillo adelante sonriendo y buscando nuevas víctimas.
Veamos todo lo dicho hasta ahora reflejado en el texto de Arturo
Barea:
Arturo Barea, La forja de un rebelde, Tomo I, Ed. DEBOLSILLO
Se ve que entre los años veinte —la época que relata el libro de Barea— y
finales de los cincuenta el asunto siguió exactamente tal cual lo practica el padre Joaquín en el
fragmento reproducido más arriba. Por cierto, ambos curas —el de Barea y el de G.U.— jugaban al fútbol en el patio con los alumnos con encomiable entusiasmo.
Lo que ignoraba G.U. es que,
según nos describe el autor, todos los vascos tuvieran "la cabeza pequeñita y un
cuerpo gigante". Esa afirmación de Barea no la tenemos contrastada en absoluto en la práctica, aunque algunos de los cuadros de los hermanos Zubiaurre —Valentín y Ramón—, muy
apreciados por este bloguero (por ejemplo, Aldeanos vascos o
Marino vasco), así lo dejen entrever. No es el caso de Uribe, el mítico futbolista, que tenía una cabecita más bien normal.
Aldeanos vascos, Valentín de Zubiaurre /
Marino vasco, Ramón de Zubiaurre
La boina remarca la dimensión de la cabeza. Magníficos compositores. Añadamos el conciento de oboe de Mozart, una maravilla. Imagino un vasco de cabeza pequeña, con la boina puesta y con los mofletes hinchados tocando el oboe. No está mal, se podría dibujar. Salud
Los dos hermanos Zubiaurre, Valentín y Ramón, eran sordomudos. Ramón pintó el cuadro "Marino vasco Shanti Andía" con ocasión de que se le encargaran las ilustraciones para la reedición de la novela de Pío Baroja. Está en el Reina Sofía. El "Aldeanos vascos", de Valentín, pertenece a la Fundación Banco de Santander. Ambos tiene obra expuesta en el Museo de Bellas Artes de Bilbao. Un abrazo
La boina remarca la dimensión de la cabeza.
ResponderEliminarMagníficos compositores. Añadamos el conciento de oboe de Mozart, una maravilla.
Imagino un vasco de cabeza pequeña, con la boina puesta y con los mofletes hinchados tocando el oboe. No está mal, se podría dibujar.
Salud
También muy bueno, sí señor.
EliminarSaludos.
[video]https://youtu.be/T3qSsuZROfE[/video]
Me agradan cantidad estos oleos que nos has puesto. Desconocía los autores.
ResponderEliminarGracias
Un abrazo
Los dos hermanos Zubiaurre, Valentín y Ramón, eran sordomudos. Ramón pintó el cuadro "Marino vasco Shanti Andía" con ocasión de que se le encargaran las ilustraciones para la reedición de la novela de Pío Baroja. Está en el Reina Sofía. El "Aldeanos vascos", de Valentín, pertenece a la Fundación Banco de Santander. Ambos tiene obra expuesta en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.
EliminarUn abrazo
https://granuribe50.blogspot.com/2019/04/el-museo-de-bellas-artes-de-bilbao-1.html