G.U. calcula que ha debido de rezar en su vida unos mil quinientos rosarios, con sus correspondientes misterios de dolor, de gozo, etc. y sus respectivos padrenuestros, avemarías y jaculatorias en latín. Eso sucedió durante varios años todos los días en el colegio (ojo, misa diaria también) y al llegar a casa otra vez, ya que a sus padres —no especialmente religiosos— les dio por allí durante una buena temporada. Tengamos en cuenta que era la época de la "Cruzada del rosario en familia" y de aquel slogan del padre Peyton que proclamaba "La familia que reza unida, permanece unida".
El caso es que uno lo solía a hacer sin gran convencimiento, de modo rutinario, quizá con esa "expresión desatenta, letárgica, aburrida" de la que habla Juan José Millás en la columna que reproducimos más abajo.
"La cruzada del rosario en familia" / "La familia que reza unida, permanece unida" [granuribe50] |
Pasaron varios años, G.U. dejó un poco de lado las prácticas religiosas y empezó a interesarse bastante por el mundo de la política. Eran los tiempos del final del franquismo, la transición y los comienzos de la democracia. Quizá era un poco gilipollas y no se había percatado aún de que es un campo —el de la política— que aglutina a un conglomerado de charlatanes/as y de vividores/as (ahora hay bastante paridad en eso); o quizá antes era de otra manera y ese mundillo poco a poco se fue transformando hasta llegar a la situación actual, más bien deprimente. Lo cierto es que a día de hoy casi ha dejado de leer prensa y de oír y ver debates políticos, todas esas cosas que antes seguía con mucho interés.
Le aburre ese pesado y monocorde tonillo de homilía dominical, empezando por el de nuestro docto presidente (ojo al dato, tenemos otros diecisiete, más los de Ceuta y Melilla), un tipo que cuando no está en el Congreso nos adormece con su autolaudatorio y populista mensaje («los poderosos de arriba y... los de abajo»), repercutido hasta la saciedad por su cohorte de "tiralevitas", como diría Arturo Barea en La forja de un rebelde. Hay que añadir el barriobajero rifirrafe continuo de los parlamentarios de todo pelaje discutiendo memeces y repartiéndose insultos.
Y a toda esa gente la pagamos nosotros, así como a los medios públicos de comunicación, radio y televisión (por ejemplo TV3, dirigida a la mitad de la población de Cataluña pero sufragada por toda ella). En lo que se refiere a los diarios (digitales y de papel) y a los sindicalistas (a éstos les damos de comer en plato aparte), ni les cuento, transformados todos en "La voz de su amo", sea cual fuere el amo de éstos, de los otros y de la madre que los parió.
Pero hay bastantes cosas de las que dice J.J. Millás (un tipo que parece haber caído del caballo recientemente) en su columna titulada El rosario que compartimos, solo que él las dice mucho mejor que este modesto bloguero.
«Hasta aquí hemos llegado (por ahora). Tras los líos políticos de los últimos días, renuncio (de momento) a comprender el mundo y a comprenderme a mí. Seguiré leyendo periódicos, viendo telediarios, escuchando tertulias radiofónicas, pero ya sin la ansiedad de completar el puzle, de cerrar el círculo, de concluir el párrafo, de despejar la incógnita. Quizá no había puzle ni círculo ni párrafo ni incógnita. Quizá el mundo sea de verdad un cuento contado por un idiota lleno de ruido y furia. No obstante, seguiré atento a sus latidos como el que continúa rezando tras perder la fe. La oración posee virtudes terapéuticas y lo que más se parece hoy a la misa es un telediario. Todos tienen algo de homilía, igual que los editoriales de la prensa. No habiendo logrado edificar una idea propia sobre la realidad, recopilaré las de los otros en un intento de aproximarlas, como si fueran las piezas de un territorio único dividido en el pasado por un fenómeno semejante al de la deriva de los continentes. ¿Hallaré el hilo conductor entre la realidad económica y la realidad política y la realidad social, que nos venden informativamente como separadas? A la mierda, me retiro temporalmente de la fe. Me descatalogo, abdico, apostato. Adiós. Pero continuaré atento a los avances de las teorías de la unificación y navegaré por internet y acudiré cada día al quiosco de la prensa, lo que ya es un ejercicio de devoción extremo, y comenzaré la jornada desplegando las páginas de tres o cuatro periódicos no ya distintos, sino seriamente antagónicos. Nadie notará, en fin, mi cambio, nadie percibirá que he atravesado un grumo de niebla del que he salido transformado. Votaré incluso, cuando llegue el momento, a quien nos grite menos, pero votaré con expresión letárgica, desatenta, aburrida, como cuando rezábamos el rosario en familia» |
En TdC lo rezan cada día y en ocasiones me preguntan para quien quiero rezarlo (jejejeje), la hermana que me lo pregunta, lo hace entre risas, sabe la respuesta.
ResponderEliminar-Para mis enemigos ,y apostillo, son los únicos que se acuerdan de mi.
PD: Sigo perdíendome en las Salves, Gran Uribe 50, pero me lo disculpan.
Me parece entender que es probable que superes mis mil quinientos rosarios. Es una buena cifra, pero reconozco que nunca se lo dediqué a nada ni nadie en concreto.
EliminarEn cuanto a la Salve, no te me pierdas, es fácil: «Dios te salve Reina, Madre de Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva». Etc. Yo uso esa cantinela a veces para dormir (padezco temporadas de insomnio).
Un abrazo, Miquel.
No sé qué hay que esperar de la política,además la de hoy día, está muy alejada de la economía y el bienestar ,sólo inmersa en el placer sexual,el consentimiento,las diferentes formas de personalidad escogida.Como soy normalito,he rezado pocos rosarios y no he ido a colegio religioso,no me interesa mucho ,por decir nada la política. Cuando algo me interesa,como es el caso de las pensiones,veo tanta mentira y triunfalismo,que mejor ni escucho ni miro,asi me va mejor.
ResponderEliminarSaludos
Yo también soy normalito, y mis padres también lo eran. Aunque en mi colegio había gente de esa que llama el doctor Sánchez «Los de arriba», mis padres las pasaban putas para pagarme esos estudios.
EliminarYo tampoco espero nada de la política, salvo cuando algo me interesa especialmente, pero en esos casos me encuentro también populismo e informaciones interesadas.
Un saludo.
Nunca he rezado el rosario y creo que nunca he rezado nada. Ni en casa ni en el colegio -mi colegio era una cosa rara en aquel tiempo- siempre he estado apartado de curas y de iglesias, no sé si esto es bueno o malo, tampoco me interesa demasiado saberlo.
ResponderEliminarAhora, de las noticias políticas, sólo escucho los titulares y evito opiniones y tertulias, realmente debo decir que estoy tan ocupado en otras cosas que este circo mediático me interesa tanto como aquellos rosarios que nunca recé.
Salud.
No me sorprende, Francesc. Si no has visto nunca una película desde los tiempos de los hermanos Lumière, ni leído novelas posteriores al XVIII, me hubiera sorprendido que hubieras rezado alguna vez el rosario. No te creas, no me arrepiento de los 1500 que atesoro, casi récord Guiness. He descubierto que esa monodia monótona y harto repetitiva me ayuda en ocasiones a dormir cuando tengo problemas, por lo que sigo aumentando esa cifra poco a poco.
EliminarYo también solo leo ahora titulares, pero tiene el problema de que no suelen ser asépticos y dependen de lo manipulado que desee estar quien los escribe, con el problema añadido de que éste muchas veces no sabe hacer la "O" con un canuto.
Un abrazo, Francesc.
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