Se ha hablado bastante en Twitter estos días de un edificio que se construyó en los años noventa. Pues sí, se ha puesto de actualidad en las redes y su arquitecto es
Manolo Nuñez Yanowsky. Es también arqueólogo y director de teatro o algo así. Se trata de un tipo que empezó trabajando en el Taller de Arquitectura de Ricardo Bofill,
pero se ve que aquello se le quedaba un poco alicorto y emprendió el vuelo por
su cuenta.
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Edificio ESADE, en la avenida de Esplugas (Barcelona) / Arquitecto:
Manuel Núñez Yanowsky
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Edificio ESADE, en la avenida de Esplugas (Barcelona) / Arquitecto: Manuel Núñez Yanowsky
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La primera noticia que tuvo G.U. se remite a aquella época en que pasaba
diariamente con el coche por la carretera de Esplugas, en los primeros
noventa. Allí emergió un edificio cuya sola visión le desagradaba bastante: la
escuela de Dirección de Empresas ESADE, de los jesuitas (naturalmente), con aquellas absurdas pelotas gordas en la coronación.
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El Erecteion, en la Acrópolis (Atenas)
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Se ve que nuestro hombre, tras remodelar el
Mercat de les Flors, debió de viajar a
Atenas, y en su visita a la Acrópolis se enamoró del Erecteion (G.U. también),
con aquellas cariátides imponentes asomadas al paisaje ateniense.
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Reproducciones de La Venus de Milo y de otra escultura más vestida,
heredadas del padre de G.U. [granuribe50]
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La Venus de Milo es una escultura a la que tiene gran aprecio G.U., porque la
dibujó al carboncillo muchas veces en su primer año de carrera, y las últimas
versiones le quedaron la mar de bien, no es porque lo diga él. Heredó de su padre una reproducción en pequeño
formato que tenía en su despacho y que este bloguero aún conserva como oro en paño.
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Edificio del arquitecto Manuel Núñez Yanowsky, en la ciudad de Guyancourt (Francia) (Vista general) |
Ya de vuelta a Francia, Núñez Yanowsky heredó las pelotas gordas de ESADE y, además, quiso poner en práctica para sus nuevos proyectos esos
entablamentos soportados por estatuas. Para no imitar a las de Atenas, eligió
ni más ni menos que a la ya citada Venus de Milo para su nueva aventura arquitectónica, pero apoyadas la terrazas sobre el hombro del brazo ausente, o eso parece. Encontrarán el edificio que les mostramos —para más INRI— en la esquina de las calles Frank Lloyd Wright con Andrea Palladio, en Guyancourt (una población francesa cercana a París). La arquitectura tomada como una bromita para
turistas, en un edificio sin mucho más interés que ese.
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Edificio del arquitecto Manuel Núñez Yanowsky, en la ciudad de
Guyancourt (Francia) (Detalle de la zona porticada)
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Edificio del arquitecto Manuel Núñez Yanowsky, en la ciudad de
Guyancourt (Francia) (Detalle de la zona porticada, con una especie de oculus)
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Quizá se debió de aburrir de la Venus de Milo y en su siguiente
incursión optó por otra de las esculturas favoritas de G.U., una de esas que
estaban expuestas en el aula de Dibujo de la ETSAB y que uno copió un montón de
veces desde todos los ángulos, allí y en la Academia Rosell, a la que acudía por las tardes para adiestrarse y aprobar el examen de Análisis de Formas. Se trata de uno de los
esclavos de Miguel Ángel, que está El Louvre, al igual que la Venus de
Milo.
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Comisaría de policía / París (distrito 12) Arquitecto: Manuel Núñez
Yanowsky
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En fin, repetimos: a G.U. no le va el llamado "postmodernismo" ni le seduce la
arquitectura como espectáculo, como broma, como guiño al espectador. La buena
construcción, la solidez, la habitabilidad, la función, la adecuación al medio
ambiente o al paisaje, etc.; esas cosas son las que cuentan para él y las que le gusta ver reflejadas en un edificio. Lo demás son brindis al sol, aunque
atraigan a los turistas que no saben adonde ir. Pero en fin, que cada uno proyecte
lo que quiera, si se lo pagan, y que cada uno que piense y opine lo que quiera, faltaría
más.
No entiendo mucho del tema, sólo se que una cosa me agrada o me desagrada, y no me agrada este arquitecto. El porqué no lo se, pero no me hace el peso.
ResponderEliminarSalut
Sé que te gustan las líneas puras, las líneas rectas, el art déco, y creo que también los edificios propios del racionalismo, con su economía de adornos y puñetas. Por tnto, no me extraña que no te agraden las obras que presento.
EliminarSaludos.
El primer edificio,paso muchas veces por la carretera de Esplugues,lo miro de reojo y la verdad es que "canta " lo suyo,ahora por lo que explicas me entero de su arquitecto y motivaciones.Para mi es un problema porque se mete en la acera y cuando voy en bici,tengo que poner cuidado en no caerme al foso.No entiendo que obtuviera permiso para cargarse la acera pública, todo para poner esa fachada,sin ninguna utilidad,que yo vea.Me hace la puñeta.
ResponderEliminarSaludos
Viendo las fotografías, no me extraña que te hiciera la puñeta para pasar en bicicleta por allí. Como yo iba en coche no me enteraba del problema...
EliminarSaludos.
Amigo GranUribe, lo dices en el último párrafo: " La buena construcción, la solidez, la habitabilidad, la función, la adecuación al medio ambiente o al paisaje, etc." esto es lo que cuenta, en definitiva la tríada de Vitrubio (firmitas, utilitas, venustas) lo demás forma parte del espectáculo: las grandes pelotas, la espectacularidad y mamarrachada del edificio de Esade, las Venus desubicadas y mal interpretadas, el desconocimiento de lo qué son las cariátides, o el esclavo de Miguel Ángel...
ResponderEliminarHay muchas formas de molestar al personal, una es contando chistes ordinarios y otra es construyendo edificios horrorosos; lo que ocurre es que el chiste es pasajero y el edificio es una masa pétrea que perdura y vale mucho dinero.
Salud
Yo escribía «Pero en fin, que cada uno proyecte lo que quiera, si se lo pagan», pero leyéndote veo que tienes razón. El chiste es pasajero y, en cambio, esos edificios tenemos que soportarlos de por vida. Es el caso de ESADE, en la avenida de Esplugas, muy cerca del colegio Thau, de MBM. Ahora hace tiempo que no paso por allí, pero me lo tuve que comer con patatas bastantes años.
EliminarUn saludo
Por éste y otros artículos supongo a Gran Uribe como gran seguidor del movimiento racionalista, concepto que tiene su gracia ya que el movimiento no suele ser una característica destacada en la arquitectura. Esas líneas blanquitas de los años 30, con bordes redondeados y luz mediterránea para subrayarlas, son de una belleza canónica también para mí. Pero la gente no iniciada necesita adornos para valorar los edificios, haciendo caso omiso al pobre Loos. Y como los que autorizan los proyectos son unos inútiles de tomo y lomo, pasa esto que se cuenta en la entrada. Eso sí, al menos puede servir para que algunos aprendan quién era la Venus de Milo, que no es algo tan obvio.
ResponderEliminarMateo M.
Poco que objetar a lo que dices. Es tal como lo cuentas. Y, en efecto, me declaro seguidor del movimiento racionalista y sus derivados.
EliminarEsas formas me recuerdan a los alerones traseros en coches de tracción delantera, un adorno caro, que no sirve para nada y que aumenta el coste y el consumo del coche.
ResponderEliminarUn saludo
No sabía eso de que los alerones traseros no hicieran nada. Tuve un Seat Córdoba con ese artilugio y siempre pensé que me agarraba mejor al asfalto y ahorraba gasolina. Pero sí, la coronación de ESADE recuerda un poco a esos cachivaches. Veo por los pueblos de la España profunda a jovenzuelos que tunean sus coches de segunda mano, y ponerse un superalerón trasero es uno de los elementos básicos de ese tuneado, además de unos altavoces de 1000 watios para pasear por los pueblos a ver si pica alguna.
EliminarLos edificios de Manuel Núñez Yanowsky me parecen feísimos. Saludos
ResponderEliminarA mí, también. Pero es un arquitecto-estrella (muy valorado en Francia), qué le vamos a hacer.
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