A Juan Marsé
Definitivamente
parece confirmarse que
este invierno
que viene, será duro.
Adelantaron
las lluvias, y el
Gobierno,
reunido en consejo de
ministros,
no se sabe si estudia
a estas horas
el subsidio de paro
o el derecho al
despido,
o si sencillamente,
aislado en un océano,
se limita a esperar
que la tormenta pase
y llegue el dia, el
día en que, por fin,
las cosas dejen de
venir mal dadas.
En la noche de
octubre,
mientras leo entre
líneas el periódico,
me he parado a
escuchar el latido
del silencio en mi
cuarto, las conversaciones
de los vecinos
acostándose,
todos esos rumores
que recobran de pronto
una vida
y un significado
propio, misterioso.
Y he pensado en los
miles de seres humanos,
hombres y mujeres que
en este mismo instante,
con el primer
escalofrío,
han vuelto a
preguntarse por sus preocupaciones,
por su fatiga
anticipada,
por su ansiedad para
este invierno,
mientras que afuera
llueve.
Por todo el litoral de
Cataluña llueve
con verdadera
crueldad, con humo y nubes bajas,
ennegreciendo muros,
goteando fábricas,
filtrándose
en los talleres mal
iluminados.
Y el agua arrastra
hacia la mar semillas
incipientes, mezcladas
en el barro,
árboles, zapatos
cojos, utensilios
abandonados y revuelto
todo
con las primeras
Letras protestadas.
Jaime Gil de Biedma
Bárbaro.
ResponderEliminarPaso de la indignación a la tristeza. Luego vuelvo a lo mismo como en un círculo vicioso. MJ
ResponderEliminarSe me olvidaba. Geniales Viedma y Marsé
Eliminar¡Qué bien describe nuestro estado de ánimo!
ResponderEliminarnvts
Un poema de rabiosa actualidad, sí. Así nos sentimos. Está visto que "La poesía es un arma cargada de futuro". Yo también paso de la indignación a la tristeza, aunque últimamente me permito algún momento de esperanza. Sobre todo, al oír voces como la de Marsé, y otros muchos. Cada vez más...
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