martes, 4 de septiembre de 2018

Ya no se escriben novelas como "Mi prima Rachel"

Daphne du Maurier
A Gran Uribe le pasa lo mismo que a Pérez-Reverte: es raro que recomiende una novela actual. Las novelas las carga el diablo, y cada cual tiene sus gustos. Uno no es fiable en eso. Otra cosa son novelas de antes, clásicos y asuntos así; cosas que a uno le parecen poco conocidas, o injustamente olvidadas. Y en esas estamos, en este caso con Daphne du Maurier (1907-1989), una escritora maravillosa de la que ya hablamos con ocasión de su recopilación de cuentos de "Los pájaros".

Nos referimos ahora a "Mi prima Rachel", una novela que le ha encantado a este bloguero. Como dice José María Guelbenzu "desgraciadamente, ya no se escriben novelas así". G.U. le da la razón. Va a las librerías y no sabe qué demonio llevarse para casa; lo que se edita nuevo suele ser decepcionante.


Pero dejemos hablar a Guelbenzu, un crítico fiable:

«No, ya no se escriben novelas así, con tramas que parecen árboles centenarios de copas frondosas y ramas cargadas de hojas. Daphne du Maurier —la autora de La posada de Jamaica— es una escritora tradicional, de las de "exposición, nudo y desenlace". Posee un sentido del ritmo excelente y es una gran creadora de personajes, al punto de que podemos considerarla una maestra de la novela psicológica. Pero además esta novela nos remite a otra suya, Rebeca, de la que Hitchcock hizo una recreación memorable.[...]

Philip es un joven que lo desconoce todo del mundo de las mujeres, criado en la admiración por Ambrose [su primo] y la recia camaradería masculina, y paso a paso Rachel [la viuda de Ambrose] le va rodeando de gentileza, de afecto, de ensalzamiento, hasta que el muchacho, afectado por esa "esencia de mujer", pasa del odio a la admiración y de la admiración a una, para él, misteriosa turbación que le lleva al extremo de la generosidad. Por su parte, Rachel se ocupa del chico como nadie se había ocupado de él, con ternura, afecto, delicadeza y discreción, una forma de seducción indirecta con la que ella juega y a la que a él le encanta jugar. La sutileza con que ambos modos de ser y actuar se entrelazan sin llegar nunca a la evidencia es extraordinaria. 

La admirable y calculada cadencia con que desarrolla los acontecimientos en el último tercio de la novela (y las dudas, y las sospechas, y los sentimientos) es un prodigio de inteligencia narrativa.

Novela para lectores tradicionales, sí, propia del estilo decimonónico que se dirige a la extinción con el propio ancien régime a principios de siglo; el tipo de novela que se resiste a morir ante el avance de las vanguardias. Lo que sucede es que, mientras estas están tanteando los nuevos y asombrosos caminos de la narrativa del siglo XX, Du Maurier se aferra a la sabiduría tradicional, a lo que nunca muere».


En efecto, Daphne es una autora coetánea de otras corrientes británicas más vanguardistas, pero ella prefirió mantenerse en un tipo de escritura más clásica —detestaba que la calificaran de romántica—. Aunque pertenecía a una familia muy adinerada, prefirió vivir de su pluma. Se percibe a la legua que disfruta escribiendo, y nos hace disfrutar con temas que rozan el suspense psicológico o gótico. Ambientada principalmente en la costa de Cornualles, a 400 km al oeste de Londres, un paisaje que le encantaba, "Mi prima Rachel" desarrolla la historia de una pasión amorosa y a la vez, de lo que parece un gigantesco engaño. Y... hasta aquí puedo leer. En cierto modo, a uno le recuerda a algunas de las novelas de Wilkie Collins, aunque aquí queda patente que Rachel está escrita por la pluma de una mujer.

Por cierto, una recomendación: al llegar al final, vuelvan a leer el capítulo I, ahora desde otra perspectiva. Y ya para acabar: Gran Uribe ha leído en un blog (o web) que sigue bastante, titulado El placer de la lectura, unos párrafos que dan plenamente en el clavo en lo que se refiere a la importancia del paisaje, del clima, de la luz y de la atmósfera en esta novela:

[...] «El paisaje, la naturaleza, tiene una importancia radical en esta obra. La confrontación entre la húmeda y fría Inglaterra con la cálida y luminosa Italia, el amor que los protagonistas tienen hacia los jardines, las flores, la vegetación, etc.; la alternancia de los días primaverales con los invernales, el rugido del mar en la costa sur de Inglaterra; el viento en las ventanas, la prematura oscuridad británica…todo ello crea por momentos un clima casi gótico, en el que los desplazamientos por el interior de la mansión a la luz de las velas crea sombras gigantescas, del mismo modo que la oscuridad del cerebro racional de Phillip crea monstruos».

10 comentarios:

  1. Pues añado que hay una más de la que se no habla y que me pareció siempre una trama y un desarrollo impresionante. El buen soldado, de Ford Madox Ford. Prueben, prueben. Naturalmente, la lectura es siempre algo muy subjetivo.

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    1. Muchas gracias por la sugerencia. No la conozco. Me haré con ella en cuanto vuelva a Barcelona. Usted y Guelbenzu son tipos fiables, y no anda uno sobrado de libros para leer en estos tiempos.

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  2. De Daphne du Maurier, aún tengo pendiente "Los pájaros". Es la próxima. Luego quizás sí, "Mi prima Rachel", antes o después de algún clásico ruso. MJ

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    1. Yo creo que debería usted leerlo antes que el clásico ruso. Tiempo habrá para él.

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    2. Hola Tapir. Hemos recordado una intervención suya en el blog sobre Daphne du Maurier. Le mandamos un saludo afectuoso.

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  3. En mi intervención del pasado 9 de junio no decía nada de particular. Sólo que Daphne du Maurier es una escritora de gran calidad e injustamente olvidada, incluso por mí, que no he leído más que dos libros suyos ("La posada de Jamaica" y "Rebeca"). A fines de ese mismo mes de junio me rompí un pie y he llevado forzosamente una vida de lo más sedentario, lo que me ha permitido leer 18 libros, pero ninguno de Daphne du Maurier. Me he vuelto a "olvidar" de ella, cosa que pretendo subsanar adquiriendo dos de los libros recomendados por GU ("Mi prima Rachel" y el libro de relatos que contiene "Los pájaros"). Estoy seguro de que no me arrepentiré.
    Esos 18 libros que citaba me los he leído íntegramente, salvo dos que he dejado a mitad, a pesar de que me estaban gustando mucho (posiblemente más que alguno de los que he acabado): misterios de la lectura. Seguramente no los leí en el momento adecuado.
    El Tapir

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    1. Siento mucho lo de su pie roto. Espero que esté recuperado. Saludos.

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    2. Pues muchas gracias, "Anónimo 8 de septiembre de 2018, 21:30". Mi pie progresa adecuadamente, aunque no tan rápido como uno desearía. Mañana, cita con la traumatóloga, a ver si me dicta más sesiones de rehabilitación, que es lo que deseo...
      El Tapir

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    3. Curioso eso que comenta de que abandonó a mitad los libros que más le estaban gustando. Ya me lo explicará a media tarde ante un gin tonic.

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