Lo prometido ayer es deuda hoy. Un poco de relax en jornadas que se prevén altísimamente convulsas por estos lares...
La romanza para violín y orquesta op. 40 de Beethoven no es mala opción. Una música deliciosa y tranquila dirigida por Kurt Masur en un marco incomparable que, sin duda, agradaría a Junqueras (la Iglesia de St. Nicolai, Leipzig, Alemania).
ohhhhhhhhhhh....esto es gloria.
ResponderEliminar¿A que sí?
EliminarGracias por esta entrada musical perfecta. MJ
ResponderEliminarPuesto que la música es el menos molesto de todos los estruendos, escuchémosla, que ya estamos harto de la sinfonía de fanáticos.
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