
Bueno, lo dicho. En esos medios solo parece noticiable aquello que tenga que ver con el procés, y a ello dedican toda la plantilla de presentadores y contertulios transformados en hooligans a sueldo. Crítica de la realidad social "cero patatero" —por si acaso se nos ocurriera pensar que quizá no todo sea culpa de Madrit— y a cambio provincianismo ramplón a raudales. El mundo de la cultura sólo existe cuando el científico, creador o artista sea de aquí y partidario del procés, se le pueda vislumbrar algún antepasado "pata negra" o, en su defecto, se trate de un foráneo convertido a la causa. Y en el deporte, Barça, Barça y más Barça (o Madrit, si pierde o le ayudan los árbitros). En fin, para abreviar: todo lo contrario de una ventana abierta al mundo porque adonde mira únicamente es al propio ombligo.
Una verdadera pena.
Una verdadera pena.
Jordi Soler viene decirnos, en su artículo de hoy en EL PAÍS, que la credibilidad que se pierde es muy difícil recuperarla, y eso es lo que nos está pasando a más de uno con los medios de comunicación (públicos o dependientes del dinero público) de Cataluña. Y añade que esa mediocridad del discurso monocorde se ha contagiado a una ciudad que antes era abierta y plural. Él nos lo explica así:

Enlace al artículo de Jordi Soler: Cultivar nuestro jardín
Añoramos aquella ciudad, y reconforta que alguien la añore con nosotros.
ResponderEliminar