Es detectable un cierto desconcierto por parte de los soberanistas de aquí a la hora de valorar "el derecho a decidir" de Crimea su escisión de Ucrania y el referéndum de adhesión a Rusia. No le ha pasado desapercibido a Francisco Morente en su columna de hoy en EL PAÍS.
[...] "Para acabar de arreglarlo, solo ha faltado la decisión del Parlamento de Crimea de segregarse de Ucrania e incorporar (reincorporar no sería tampoco una palabra inadecuada) el territorio a Rusia, previo paso por una consulta a la población que debe celebrarse de forma perentoria en menos de dos semanas. Todo este asunto ha pillado descolocados a quienes en Cataluña impulsan la consulta del próximo noviembre. Lo mostró perfectamente este pasado jueves Pilar Rahola, quien, ante un Josep Cuní que parecía estar divirtiéndose con la situación, no acertaba a articular un discurso coherente sobre la cuestión y se limitaba a decir que aquello era algo muy diferente a lo que pasaba en Cataluña, pero que sobre lo del derecho a decidir de los crimeos, la verdad, no tenía las cosas claras.
Otros columnistas orgánicos del secesionismo han salido en tromba a destacar las enormes diferencias entre el caso de Crimea y el de Cataluña. Solo les ha faltado invocar lo que en memorable ocasión pronunció en las Cortes el olvidado presidente Calvo Sotelo: se trata de un asunto distinto y distante".
El enlace al artículo es: Distinto y distante
Pues no es fácil pescar "descolocados" a los ideólogos del "procés"... Tienen respuestas para todo y los descolocados siempre resultamos los demás.
ResponderEliminarEl Tapir
Tiene usted razón: no es fácil. Pero, a día de hoy, sólo he oído repetir a "El patufet de Taradell" (Homs) que Cataluña no es Crimea y que la Comunidad Europea no tiene una hoja de ruta fija para estos asuntos, sino que va caso por caso. Según él, el caso catalán es un ejemplo de democracia popular y el de Crimea no porque hay armas por en medio. Quizá en el futuro profundicen un poco más en el argumentario. De momento, es lo que hay.
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