martes, 21 de julio de 2020

Reflexiones sobre la llamada "izquierda"

Viñeta de El Roto (16/7/2020)
Nuestra izquierda, por llamarla de alguna manera, se ha llenado de espabilados, pero también de ignorantes. Aunque los haya que luzcan título universitario, da igual; su sentido de la ética, su cacumen, su capacidad intelectual y su espíritu crítico están en horas bajas, salvo muy  honrosas excepciones. La prueba es que suele considerar prioritario dar cierto apoyo a los nacionalismos más casposos, como el catalán sin ir más lejos, o a las causas más peregrinas, como la del derribo de estatuas de personajes controvertidos de otro tiempo —la parte de  nuestra historia que no gusta, se demoniza, se falsea o se elimina de un plumazo— y otras futilidades de ese nivel. También está dispuesta en muchos casos a indignarse con los que no piensan como ellos, a censurarlos y a silenciarlos. En estos últimos aspectos, su manera de comportarse se parece cada vez más al de la derecha fascista de toda la vida, y de eso ya tuvimos bastante hace muchos años (45) y volvemos a tener; un resurgir que esa izquierda ha fomentado de tanto invocarla y se diría que agradece un montón que vuelva, aunque se rasgue las vestiduras de cara a la galería por ello.

Todo ese ridículo postureo pretende enmascarar el hecho de que no hagan nada de izquierdas; sea porque no quieren, porque no pueden o porque, en realidad, no son tan de izquierdas como proclaman y lo único que desean algunos es vivir bien a costa de la política, que es un chollo. Y, para ese objetivo, el populismo barato da votos, y en esas estamos.


Pero lo malo del asunto es que a sus estulticias se pliegan medios de comunicación, universidades, editoriales y, en general, todo aquel que no quiera tener problemas con ellos, quedar relegado o soportar sus insultos, burlas y boicots.

Pero a G.U. le da igual que lo tachen de facha o de ultraderechista cuando da una opinión que no le gusta a la peña. Sabe que no lo es, pero le sienta bastante mal ese trato cuando es aplicado contra tipos a los que aprecia por su labor y que no lo merecen. Quizá en parte por ese motivo, en cierto sentido se considera más conservador de lo que era antes (¿o es cosa de la edad, tal vez?). Lo cierto es que la palabra "izquierda" hoy no significa ya nada, dado que cada uno acomoda ese concepto a su gusto para poder incluirse tranquilamente dentro de él y así sentir que está en el bando "políticamente correcto", aquel en que "queda bien" estar. Por todo lo dicho, lo que opinen ciertos indocumentados que se las dan de progresistas se la trae al pairo a G.U., por decirlo finamente.

5 comentarios:

  1. El estalinismo, y posteriormente la caída del imperio soviético, llenó a las izquierdas europeas de complejos y mala conciencia.

    Perdieron de vista su objetivo fundacional, el corregir las desigualdades sociales y dignificar a la clase obrera.

    Y para llenarse de contenido, pasaron a ser feministas, antifascistas, ecologistas, igualitaristas, vegetarianos, pro-LGTBI y etcetera.

    Pero el resultado de esto, es que son partidos que parecen una navaja suiza : sirven para todo, y en el fondo no hacen nada bien. Salvo calentar escaños, poltronas oficiales y recibir jugosas nóminas cada mes.

    Y no digo nada de los sindicatos que se mantienen gracias a las subvenciones

    Tienen que volver a los orígenes : pelear contra las desigualdades sociales, conseguir igualdad de oportunidades para todos, dignificar empleos y salarios, y fomentar la cultura en toda su extensión, partiendo de una buena enseñanza.

    Con todo esto, lo demás vendrá rodado.

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  2. La exposición de RODERICUS la considero acertada.
    La palabra comunismo se acabó, además, cuando se empezó a disponer de algún bien inmueble al que por ningún motivo estamos dispuestos a compartir.
    Así, lo más correcto sería hablar de liberales y conservadores.
    El virus ha hecho aparecer una quiebra más grande en la sociedad, pues afecta a las capas más bajas, y la distancia entre el que tiene y el que no se ha alargado. Dicen que uno de cada tres ciudadanos de Barcelona se ha quedado en su segunda residencia, y todos sabemos que los del Raval no tienen segunda residencia como si la tienen los de Tres Torras San Gervasi/Bonanova. Y no nos equivocamos.

    Gran Uribe. Las autonomías son un fracaso. Lo ha demostrado la pandemia y la sanidad llevada a cabo por los 17 adalides. Nuestro problema es que sobran personas que viven gracias a ellas, importándoles un carajal los demás, y han hecho de esto su finca particular, léase Catañunya , Galicia, pais Vasco o Cantabria, la del anchoero.
    Aún espero ver levantar un sólo hospital de la linea del Valle Hebrón, o Bellvitge, sin embargo contamos con 16 embajadas catalanas que mantenerlas nos cuesta un dineral.
    Ya sabe ahora lo que opino.
    salut

    PD: https://www.heraldo.es/noticias/nacional/2020/01/17/estas-son-las-16-embajadas-de-cataluna-en-el-extranjero-1353889.html

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  3. Muy acertado su escrito, que comparto al cien por cien. También los comentarios de dos de mis predecesores (1º y 3º).
    Muchas gracias
    F.G.

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  4. Gracias a ti, F.G.
    Yo también comparto las opiniones de los comentaristas 1º y 3, como ya te puedes suponer.

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  5. Sí. Los postureos me revientan.

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