martes, 30 de abril de 2019

Petróleo de donde solo había fango

Estamos muy solos

29.04.2019 | 19:16

En política, como en todo lo demás, se acaba uno conformando con lo que hay. Nos conformamos con Casado, pues, y con Sánchez y con Rivera y con Iglesias, y hasta con Abascal nos conformamos. Nombro a estos por no descender a niveles autonómicos y municipales, donde tampoco nos mata el entusiasmo. Hay épocas de escasez de filósofos como hay épocas de escasez de músicos. Nosotros llevamos una racha en la que el talento político brilla por su ausencia. Pero como somos de buen conformar, hacemos un gesto de resignación y nos tomamos el amargo jarabe. Y no solo eso: en nuestra largueza magnificamos incluso la mediocridad reinante. Es lo que ha ocurrido con los dos debates de televisión con los que nos han castigado estos días y que resultaron un desastre. Carecieron de retórica, lo que significa que carecieron de semántica. No hay pensamiento sin artificio retórico, de ahí que los clásicos dedicaran tantas horas al aprendizaje de la oratoria: no por amor a la filigrana, sino por cariño a las ideas, y las buenas ideas anidan en el interior de las frases brillantemente construidas. Pues bien, ¿qué hemos hecho nosotros con toda la basura verbal de esos dos encuentros entre los representantes del PSOE, PP, Ciudadanos y Unidas Podemos? La hemos convertido en un material precioso, semiprecioso al menos. En otras palabras, hemos dedicado cientos de horas a analizar unas intervenciones completamente huecas. Hemos permanecido horas frente a la televisión escuchando con expresión concentrada las interpretaciones de los politólogos, que han sacado petróleo de donde solo había fango. Hemos fingido que tales análisis nos interesaban y que podían ayudarnos a la hora de decidir nuestro destino.Los aficionados a la prensa, hemos leído decenas de artículos en los que se destacaban aspectos interesantes de una u otra intervención. Aspectos que en la realidad no se dieron, pero que los analistas, en su infinita piedad, han logrado encontrar a base de pico y pala. En definitiva, hemos convertido en un acontecimiento de carácter social lo que solo merecía nuestro silencio. Somos buena gente, pero estamos más solos que la una.

3 comentarios:

  1. Es una opinión en la que no estoy de acuerdo del todo. Unos han votado por convicción; por simpatía otros, y muchos, entre los que me cuento, hemos votado al que hemos creído el menos malo, dando por menos en la ecuación, que no todo el postulado que se me llevaban entre manos era aceptable a mi entender. Pero lo que tenía claro es que tenía que votar.

    Una de las condiciones básicas que impuse es que mi voto fuera al carro de los constitucionalistas. Así, sin más. Eso era lo primordial y lo que anulaba una serie de partidos a los que me podría acercar ideologicamente pero imposible sin este requisito.
    Visto así, comprenderá que mi abanico ya empezaba a quedar reducido.
    Y le diré más, G.U. , Sanchez no me aporta nada, porque lo que veo de él es humo. A Casado lo encuentro falto de rigor, soberbio, en fin. De Ribera sólo me gusta el vino, el resto es un bluff. Y no votaría a Vox por nada del mundo, no me gustan las pistolas ni los golpes de estado a su estilo.
    Pero tenía que votar, y mi silencio hubiera sido culpable si no hubiera ejercido mi derecho a voto.
    Tal como lo veo.
    Un abrazo
    Salut

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  2. Como no vi los debates, no puedo opinar al respecto, pero creo que Millás tiene razón, después de oir (poco) a los líderes en campaña. Esta vez creo que se podría clasificar a los políticos en los siguientes grupos (con perdón de los animales y especialmente de los burros):
    . auténticos animales
    . burrísimos
    . burros
    . un poco burros
    . otros
    Cada cual habrá hecho sus grupos y, como decía Rubén Amón, habrá encontrado contra quién ha votado. MJ

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    1. Y según San Andrés, el que tiene cara de burro lo es.
      El Tapir

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